51. Sin ti

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Ha pasado una semana desde que regresé a casa luego de pasar mas de un mes en el hospital. Ahora solo me la paso metida en mi habitación. Las ventanas cerradas, y uso solo un camisón. Mi pelo es un huracán y tampoco quiero bañarme. He bajado un montón de peso, y lo último que quiero hacer es comer. Mama y mis amigas siempre me insisten, y yo solo me niego. Ellas siempre vienen a visitarme; pero de alguna forma siguen con sus vidas y no las culpo. En cambio yo, es como si me hubiera detenido en el tiempo, como si me hubiera muerto en vida. Ni siquiera sé qué día es hoy, tampoco es que quiera saberlo. Los estoy cansando, lo sé; sin embargo, parte de mí solo quiere morir y desaparecer. Pero no tengo oportunidad ni fuerzas para hacerlo. Se han llevado de mi cuarto todo aquello con que pueda tener la intención de hacerlo, hasta los cubiertos son desechables. Ellos temen por mi vida, y no los culpo cuando es lo único que pretendo. Tal vez, solo así vuelva a ver a... Jeremy.

Mientras mamá intenta que coma una especie de asquerosa papilla, me dice que Natalie Ross vino a verme muy temprano para despedirse, y que me dejó un regalo. No estaba de ánimo para regalos, tampoco me imaginaba que podría ser. Pero despedirse, entonces se va, ¿y que hay del juez?, seguro se van juntos; ambos deben estar destrozados. El juez...

―Em, cariño, ¿puedes colaborar? ―Mama insiste ansiosa con esa cosa pastosa―. Tu padre está pensando en volverte a canalizar con suero, y yo no quiero eso. Tu puedes hacerlo cielo.

―¿A dónde se va la señora Ross?

―No lo sé, creo que a su país. Alemania.

―¿Y qué hay del juez?―insisto con mis preguntas, pero me fijo en que mamá ha palidecido de repente.

―Cariño... ―dice y se queda en silencio.

―¿¡Qué hay de él mamá!?

La tomo del brazo, y ella parece petrificarse. Traga en seco, su rostro se constriñe. No me gusta como se comporta, sé que algo malo saldrá de su boca...

―Jonathan... también murió.

―No es gracioso mamá.

Ella suspira hondo y audible.

―Es difícil, cielo; pero de todos modos ibas a enterarte.

Murió. El padre de Jeremy... no... más... por favor.

―¿Cómo pasó...?

―Una semana después de la muerte de Jeremy, él sufrió... un ataque cardio pulmonar en el despacho de su casa, estaba solo. Cuando Natalie llegó, era tarde. Fue llevado a la clínica, y él medico dijo que no había nada que hacer. Tuvo muerte cerebral, tres días después ella pidió que le desconectaran. Todo esto también ha sido horrible para ella, no la culpo si solo quiere huir y olvidarse de todo.

―Todo esto parece un mal chiste. ¿Me porté muy mal mamá al intentar quitarme la vida que Dios me castiga de este modo? ¿Por qué tantas cosas malas suceden por mi culpa?; si ellos están muertos; ¿por qué debería yo vivir? ―Grito y mi mente vaga con tan malos pensamientos que no siento la bofetada que me da mamá, por pensar de esa forma tan egoísta. Me mira con desespero. Suspira cansada, la deprimo con solo verme, recoge todo y antes de salir me mira otra vez con tristeza.

―En el escritorio te dejé lo que te trajo Natalie, y también un regalo que dejó Jonathan antes de sufrir su accidente. Él vino a verte todos esos días, y murió sin saber que despertaste.

Mamá sale, y cierra la puerta. Lo cierto es que si tengo hambre, pero mi estómago se niega a recibir comida, todo lo vomito después; mis ganas de desaparecer de esta tierra se limitaron a dejarme morir de hambre. Me tiro en la cama, enciendo el reproductor y dejo que Stay with me de Danity Kane, ruede una y otra vez destrozando a pedacitos mi corazón.

Antes del fuego✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora