39. ¿Por qué no me lo dijiste?

2K 265 22
                                    

Me salgo rápido de la habitación de Jake, y para que no sospeche le digo que la cena me cayó muy mal y me dirijo a la mía, eso es suficiente para qué me bote a patadas. Cierro en el acto la puerta con seguro. Voy hasta la ventana y Jeremy está sentado en el alfeizar con las piernas colgando. Quito el seguro, y la abro, y él entra raudo como pedro por su casa.

―¡Estás loco Jeremy! Que crees que pasará si papá te pilla aquí dentro.

―No lo hará, ya deja el escándalo ―murmura mientras junta nuestros labios, me abraza y luego me levanta por el trasero cargándome sin dejar de besarme, me tira sobre la cama y luego se posa sobre mí.

―Te necesito ―jadea sin dejar de besarme y de intentar arrancarme la ropa.

―Jeremy... para...

―Mmm... mmm... no.

―Jer... mmm, mmm... sí, mmm, no, mmm... ―¡Oh madre mía! Mi cabeza empieza a dar vueltas.

El ruido de alguien dándole vuelta al pomo de mi puerta hace que inmediatamente cesemos todo movimiento, y nos quedemos como estatuas de sal ahora.

¡No otra vez!

―Em, cariño, soy yo, papá, abre la puerta, necesito hablar contigo y es urgente ―papá dice contra la puerta, y por lo que ha dicho es que quiere entrar a mi cuarto, ¡demonios! Miro a Jeremy, y ahora donde le escondo. Él señala bajo la cama y yo asiento ante la insistencia de papá.

Me acomodo la ropa, el pelo, mi cara debe estar roja; así que entro al baño y me echo agua, y trago un poco de crema dental así creerá que me estaba lavando los dientes y la cara. Espero que Jeremy quede bien oculto y abro la puerta con una toalla en la mano.

―¿Pasa algo papá?

―Tenemos que hablar, porque no voy a poder dormir hasta que hable de eso contigo.

Es comprensible su actitud, mamá no miente sobre ello.

―Está bien, pasa ―lo invito y él se sienta en la silla de mi escritorio, y yo sobre la cama. Le miro atenta para que su vista permanezca en mí y no en otro lado, y a mi padre le gusta eso.

―¿En serio te gusta ese muchacho? ―Él pregunta de sopetón, me recuerdo que Jeremy está metido debajo de la cama y puede escucharlo todo.

―¡Papá!

―Em, solo dímelo, y se sincera con tu padre.

―Sí, él me gusta mucho. De acuerdo.

―Y esto cuando sucedió cariño, si tu no parecías estar pendiente de nadie.

―No lo sé, simplemente sucede, además, no pensarás que me voy a quedar para vestir y desvestir santos.

Solo hago intentos de sarcasmo, me da la impresión de que lo que se trae papá va a ser un tanto difícil de ingerir.

―No es eso, cielo, tú más que nadie sabes que deseo que seas muy feliz.

―¿Que te molesta de Jeremy papá? ―Pregunto directa y él me mira un poco renuente.

―No es él cariño, es solo que no quiero que eso te vuelva a pasar otra vez. Sabes que me moriría si vuelvo a encontrarte tratando de cortar con tu vida por otro maldito.

―¡Papá para! ―Chillo y él se levanta de la silla y se arrodilla en frente de mí.

―No, no hasta que esté seguro que él no se convertirá en otro Patrick en tu vida, para arruinarla de nuevo. Casi te pierdo mi cielo. No sabes cuantas noches pasé en vela afuera de esa habitación viendo como querías acabar con tu vida sin yo poder hacer nada al respecto. Crees que como padre no quiero estar seguro que no jugaran contigo otra vez para que eso no vuelva a ocurrir.

Antes del fuego✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora