50. Lo que el fuego se llevó

1.8K 231 63
                                    

―¡Que es todo eso!

Me exalto. Ahora estoy en la sala de mi casa... En el sofá, donde me había quedado... dormida. Sudo como un camionero, y hasta creo que tengo fiebre tocándome la frente. Entrecierro los ojos; porque mi cabeza ha empezado a doler. Aun sin comprender que fue... todo eso. Me encuentro con la mirada preocupada de, Jacob. ¡Cielos! Jeremy ya abrió la boca. No le voy a perdonar hacerlo mientras yo dormía.

―¡Em! ―Habla y me mira con los ojos consternados―. No dice más que mi nombre y me abraza. ¡Qué le pasa!

―¿Que pasa tonto? Solo tuve una pesadilla ―me burlo, no dice nada, solo sigue abrazándome.

―¿Donde esta mamá? Creo que tengo temperatura.

―Mamá ya viene.

―¿A dónde fue? ¿Acaso ellos todavía están con Jeremy?

―Ella fue a atender una emergencia. Papá ya viene en camino. No te preocupes... no demora... ―Su voz es quebradiza, y eso no es normal en él, cuando debería estar burlándose de mí.

―¿Pasa algo JB? ¿Por qué te oyes tan raro? Como si quisieras llorar, no es para tanto, tampoco me voy a desaparecer ―hablo como urraca pero él no cambia su actitud, y pienso un poco en que ha dicho que papá viene en camino. ¿Aún no se ha visto con Jeremy?

―A qué viene esa rara actitud, ¿dime en serio que pasa? Estás asustándome Jake.

―No es nada, solo espera que venga papá; así que se fuerte hermanita, yo voy a estar allí, todos estaremos allí... para ti.

―¿Jacob que pasa? ¡En serio me estás asustando! Habla.

―Solo... espera ―él repite y calla.

La puerta se abre y es papá. Está tan sucio y lleno de hollín, como suele suceder luego de apagar un gran incendio; sin embargo, la expresión de su rostro, no es... la de siempre. Su expresión me dice que algo muy malo pasa. Recordé lo que Jeremy me dijo que haría. ¡Sí, ya se lo dijo! En serio no esperó que lo hiciéramos juntos. Es por eso que papá está así. Y eso quiere decir que estoy en serios problemas. Con mamá es fácil hablar de estos temas, con papá, no.

―Papá, lo siento, eso tarde o temprano va a pasar. Y-Yo... amo... a Jeremy y... me voy a vivir con él ―digo y papa parece a punto de echarse a llorar.

¡Mierda! Lo sabía, esto definitivamente iba a ser así de difícil.

―Cielo... ―él se corta.

Jacob solo observa y su expresión es tan fúnebre, sombría, y tan triste como la de papá, y me preguntó por qué en vez de gritarme y enojarse. Llora.

―¿Que pasa papa? ¿No has hablado aún con Jeremy? ―él niega, me preocupo.

―Díganme, entonces qué demonios pasa.

―Cielo... no pude hablar con él.

― ¿Entonces? Por qué se comportan así. ―Él se acerca y me abraza tan fuerte que me quejo de dolor en mis costillas, algo extraño le pasa.

―¿Le pasa algo a Jeremy? ―él sacude su cabeza afirmativo

―Cielo, tienes que ser muy fuerte.

― ¿Habla papa? ―lo increpo enojada―. Estoy a punto de sufrir un colapso con tanto misterio.

―Jeremy... Murió.

―¡Es broma! No juegues con eso papá, sé que le vas a odiar por llevarme; pero no bromees con eso ―papá menea su cabeza de nuevo y me aprieta tan fuerte como si con eso el quisiera trasmitirme toda su fuerza. Eso tenía que ser una broma.

―Jeremy murió en... la explosión, causada por el incendio que se propagó y consumió... la casa de campo de los Ross. Él... estaba dentro... buscaba a su madre...

―¡Nooooooooo! ―Grito como en mi sueño, y recuerdo sus palabras. Acaso... estaba despidiéndose. La tierra a mis pies se abre y yo caigo por ella. Mi mundo entero se apaga.

∞∞∞

Intento abrir mis ojos y pesan, también me arden y duelen, como si hubiera llorado a mares, y mi cabeza palpita como si me estuvieran martillando la cabeza. Entonces todos los recuerdos vienen a mí de sopetón. Jeremy ha muerto, es tan difícil de digerir, tan difícil de tragar, tan difícil de tolerar. Lloro, y las lágrimas duelen al salir de mis ojos, duelen. Veo borroso. Parpadeo varias veces hasta que me enfoco y me doy cuenta que no estoy en mi cama, estoy en el hospital donde trabaja mamá. Y también me duele la mano que tengo ¿canalizada? Me levanto exaltada y tiro de lo que tengo en mi nariz. Hiperventilo. Me ahogo.

―¡Mamá! ―Grito asustada.

―Cielo, aquí estoy ―ella dice tomando mi mano libre―. Intento levantarme y me lo impide, retirando lo que tengo en mi nariz.

―Es mejor que descanses ―miro a mi alrededor y solo estoy con mama.

―¿¡Quiero verlo!? ―pido con mis ojos llenos de lágrimas―. ¿Quiero verlo? ―Le imploro.

―Es mejor que no, cariño.

―¡Quiero verlo! ―Grito poniéndome histérica, y creo que mi garganta sangra.

―Jeremy, ya fue enterrado, cielo, no podían... esperar....

―¿¡Como!? ¿Por qué hicieron eso? Solo fue anoche. Yo quiero verlo, ¡me estás mintiendo!, no pueden enterrarlo tan rápido, y odio que me mientas mamá. ¡Lo odio! ―sigo gritando.

―Cielo, eso fue hace cuatro semanas.

―¿De qué hablas? No ha podido pasar tanto... tiempo...

―Te desmayaste y entraste en estado de shock, has estado en coma por cuatro semanas. Creímos... que no ibas a despertar, y gracias a Dios ya despertaste ―mamá se quiebra y llora.

Me abrazo a ella, no sé qué pensar, he estado durmiendo como una morsa, mientras Jeremy...

―¡Mamá, yo quería verlo!

―Cielo, es mejor que lo recuerdes como era, y lo guardes en tu corazón.

―Tan mal quedó.

Ella asiente consternada. Inmediatamente mis lágrimas siguen resbalando por mis mejillas, queman mis ojos, me llevo las manos a la boca. Me aferro fuerte a mamá y vuelvo a llorar sobre su hombro.
Lloro como una niña pequeña, y sé que seguiré haciéndolo al día siguiente, y el siguiente; y el siguiente; porque él no iba a volver jamás. Jeremy, el hombre que amo, con quien me iba a casar, estudiaríamos juntos y tendríamos seis hijos, ya nada de eso iba a pasar. Nunca, esos sueños se harán realidad. Se rompieron todos. Fueron enterrados para siempre.

∞∞∞

Al día siguiente luego de constatar que estaba bien y de hacer todo el papeleo, mama me lleva a casa. Estaba tan débil que casi no me podía sostener. Papa me carga en brazos, y aunque su cara era un enigma por que trataba de estar sereno, sé que debía estar quebrado por dentro. Afuera junto a la camioneta, estaban mis dos mejores amigas. Papa me acomoda y ellas se ponen a cada lado me abrazan, me protegen y lloran conmigo. ―Regresar a casa y a mi vida va a ser tan difícil sin ti, Jeremy.

∞∞∞∞

Lo se, sin palabras. Muy seguramente no se lo esperaban así de fuerte. Sin embargo, no lo pierdan, ustedes han sido testigos del nacimiento de un gran amor con grandes lecciones de vida que se consuma antes del fuego.

Gracias por leer!!

Antes del fuego✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora