25. Otra noche contigo

2.5K 284 23
                                    

No obstante; antes de dejarme caer rendida nuevamente en los brazos, o manos de Jeremy, obligo a mi voluntad con mucha determinación y le aparto. Es cierto que estoy confundida y muy agitada; sin embargo, debo enfocarme, ¿cómo sucedió esto? En qué momento se coló en mi habitación. ¿Por qué está aquí?, ¿no debería estar en otro lugar, y con alguien más?

―¿Cómo entraste? ¿Qué haces aquí? ¿Qué es lo que quieres? ―Lo atiborro de preguntas al mismo tiempo que tomo desesperada una de mis camisetas para dormir que tiene una muñeca con un lazo en la cabeza en la parte de adelante; ¡diantres! No pude vestirme más cursi. ¡Al cuerno! Es más práctica para meter por encima de mi cabeza, y por lo menos con eso va a dejar de verme el culo.

―Demasiadas preguntas, Barnes.

―¡Contéstalas! ―Exijo.

―Antes tu y yo tenemos que hablar ―encaja apretando su mandíbula.

―No creo que haya nada de qué hablar entre tú y yo. Eso no existe; ¿eso dijiste, no? ―Le echo a la cara―. Tomo la toalla caída al piso y camino al baño para colgarla.

―Cuando salga, tú, ya no estarás allí. Te habrás ido ―espeto seria―. Mi batalla tal vez esté perdida; pero, aún puedo dar la guerra. No puedo dejarme engañar, me repito mil veces.

Pedido inútil. Y no es que no lo fuera, salgo del baño y él aún está allí en el mismo sitio, e inamovible. Voy a abrir mi boca una vez más y alguien toca a mi puerta. ¡Diantres! Ian dijo que solo lo haría si yo lo invitaba; cosa que no va a suceder ni enn mil años por mi parte. Y si no es él, quien sí es. Jeremy parece que quiere ir el mismo a abrir la puerta.

―Em, cariño; ¿aun estás despierta? ―Es la voz de papá, él se detiene.

¡Maldita sea! Es mi padre, y sigue diciendo Em y tocando con insistencia. Jeremy ahora ve mi cara, y parece mofarse de mí diciéndome, «te reto a abrirla». Le odio por eso. Hago una señal de silencio con mi dedo índice en mis labios, y él se hincha y alza una ceja. Le increpo más con mi mirada.

―No Pa, aun no ―respondo.

―Cariño, que pasa. ¿Por qué te demoras en contestar?

―¡Pa ya voy! ―Grito para ganar tiempo.

Voy hasta donde Jeremy y lo remolco como puedo hasta ponerlo al lado de la puerta, vuelvo a hacerle la señal con el dedo, y abro un poco la puerta.

―¿Pasa algo papá?

―¿Por qué te demoraste en abrir?

―Lo siento, estaba tomando un baño, y luego cambiándome.

―Papá suspira. Si no me hubiera dado cuenta que Ian está dormido, pensaría lo peor, no de ti cariño; sí de él.

―¡Pa! ―Resoplo en su cara.

―Más le vale que no intente colarse en tu habitación de noche. Si lo descubro en esas, soy capaz de hacer una fogata con su pelo para apagarla yo mismo ―papá bromea con su característico humor negro y yo bufo en respuesta.

Me mira, y hay sadismo en su semblante. Estoy segura que sería capaz de hacer eso por cuidar la vida y la virtud de la niña de sus ojos; y no quiero ni pensar lo que le hará a Jeremy si se entera que está metido en mi cuarto, justo detrás de la puerta, y aparte me ha fotografiado el culo en primer plano con sus ojos.

―Cierra y ponle seguro ―ordena, yo lo hago obediente, y una vez cierro la puerta maldigo recordando quien está dentro. La persona que quiere robarme la virtud. Pongo el seguro, porque no se moverá de allí hasta que escuche el sonido de clic del seguro. Me recuesto sobre la puerta y exhalo fuerte, mi pecho sube y baja agitado, eso me ha agotado, y creo que he consumido demasiada adrenalina con la sola idea de papá descubriendo a Jeremy metido en mi cuarto. Jeremy se acerca y a pesar de mis vanos impedimentos por evitarlo, me abraza fuerte, mi mejilla y un mechón de mi desordenado pelo se aplastan en su pecho que huele tan bien y el olor a rama quemada solo lo hace excitante. Sus brazos me rodean y me apresan de nuevo como si fueran una jaula, que no está dispuesto a abrir. Me resigno y descanso en su pecho.

Antes del fuego✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora