Condado de Baltimore, Estados Unidos.
Año 1663 Época de la Inquisición.
Abrió los ojos de pronto, sus pulmones se negaban a expandirse y por cosa de segundos, se quedó mirando al techo con la boca abierta. En cuanto el aliento regresó a su cuerpo se sentó en la suave cama, el cuarto estaba completamente oscuro, alumbrado tenuemente por la luz de luna que se colaba por entre las largas cortinas de seda.
Se tocó la frente, estaba sudando.
Su corazón latía a mil por segundo, los sucesos recientemente vividos habían sido una pesadilla, seguían golpeando fuertemente contra su subconsciente.
Un nombre del cual no tenía precedentes daba vueltas por su cabeza, parpadeó rápidamente, buscando mentalmente.
No conocía a ningún Gerard.
Y entonces ¿Por qué tenía tanto miedo de ser alejado de él?
— Thomas… —una voz pastosa le llegó desde el costado, el cuerpo dueño de esa voz apareció desde bajo las sábanas, sus ojos verdes parpadeaban torpes, más dormidos que despiertos — ¿Qué sucede?
Thomas suspiró fuertemente y se dejó caer contra la almohada, unas solitarias lágrimas bajaban por sus mejillas, poco a poco sus latidos se tranquilizaban.
— Una pesadilla, sólo eso —contestó con un suspiro, los dedos de Arthur llegaron a su cabello y empezaron a acariciarlo lentamente, bajando luego a su mejilla y subiendo de vuelta.
— Las pesadillas siempre se vuelven menos tétricas cuando las cuentas… si quieres —bostezó— Puedes contarme…
Thomas sonrió y llevó su mano izquierda al pecho de su pareja, posándolo sobre su corazón, sintiendo sus calmados latidos.
— Despertaba en un cuarto diferente, era yo, pero no era yo… habían tantas cosas diferentes y… Jamia… ella nos quería separados… —sollozó enjugándose un par de lágrimas— Mi nombre era Frank…
— ¿Y el mío? —Arthur le interrumpió, un poco más despierto.
— Gerard —contestó con una sonrisa.
— Muy apropiado —dijo Arthur buscando su mirada.
— Ella hacía tantas cosas malas… y nos separaba, nos quitaba la vida… —su voz estaba a punto de quebrarse— Ella nos odia, Arthur y no descansará hasta separarnos…
La mano de Arthur bajó hasta sus labios y los selló, luego se acercó a su rostro y depositó un suave beso sobre sus labios, acariciándole la mejilla, diciéndole sin palabras que todo estaba bien.
— Shh… —susurró Arthur— Todo estará bien ¿Recuerdas? —Thomas negó, estaba demasiado confundido— Jamia ya no podrá separarnos, amor… Ese día, las cosas no terminaron mal, fue Jamia a quien condenaron por realizar esos actos… nosotros fuimos indultados.
Thomas lo miró sorprendido.
— Y es por eso que nos fuimos lejos de ahí, a empezar otra vida juntos… Ya no hay nada que pueda sepáranos —susurró besándole la frente, los brazos de Thomas se cruzaron en torno a su cintura, aferrándose a él— Nada.
— ¿Lo prometes? —Thomas lo miró a los ojos.
— Lo juro —contestó acercándose lentamente a besar sus labios.
— Te amo Arthur… —murmuró Thomas en un suspiro, besando los cálidos labios de Arthur.
FIN
Terminado el 13/05/2013 03:46 am
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deathless desire ・ frerard
FanfictionHace 400 años Thomas Frost fue invitado a una fiesta para celebrar su compromiso a la mansión de Arthur Woods, su amigo y amante. Pero a causa de su prometida terminan metidos en un enorme lío que los llevará directo a la hoguera. En el 2012, Fran...