003| Aceptación.

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B E H A T I  M I L L E R .

Mis ojos se abrieron con pesadez y la oscuridad de la inconsciencia empezaba a esclarecerse. Lo primero que logré localizar fueron las paredes de una habitación que no es mía, ni la de mi casa, ni de la fraternidad, pero si en una habitación azul oscura con pocos muebles como unos estantes, un escritorio y la mullida cama en la que estoy acostada.

Aún me siento muy débil, casi no puedo mover mi cuerpo. Sé que si no beso rápido a mi mate cuando lo encuentro voy a estar así, incluso si estamos a mil kilómetros de distancia. Pero no quiero besarle, no aún. Prefiero estar en cama un buen tiempo.

La puerta se abrió y de ella entró Chase. Su cara está sería, como la lleva desde que lo vi hoy y cruzamos nuestras miradas sabiendo que teníamos que pasar el resto de nuestras vidas juntos.

-Sé que no quieres, pero lo necesitas. -dice cuando está a mi lado. Toma mis muñeca y me hace levantarme para luego poner una de sus manos en mi nuca y antes de negarme ya tengo sus labios sobre los míos.

Sus labios se mueven en sincronía mientras que los míos se movían de apoco, mientras que una extraña línea morada salía de su boca hacia la mía. Mis fuerzas después de un rato se restauraron y la línea morada dejo de salir de la boca de Chase. Pero lo raro fue que no quería separarme de su boca, es como si mis deseos de no besarlo se fueran por la cañería. Como pude me separe en el momento que sus dientes se cerraron en mi labio inferior.

-Tú no puedes ser él. -niego con la cabeza repetidas veces, aún sin creerme que esto esté pasando.

-Pues creelo, eres mía y sabes lo que pasará si me rechazas. -dice antes de irse de la habitación con un fuerte portazo. Suspiré profundamente mientras caía de nuevo en la cama.

Si alguno de nosotros llega a rechazar al otro ambos estaremos lo suficientemente deprimidos como para morir en un corto tiempo. Es otra de las cosas que, además del metal, nos puede matar.

Me quedé mirando al techo un par de minutos, imaginando todo lo que va a pasar.

Puede que hayan momentos duros en la vida y que hay enfrentar, pero no esperaba encontrar a mi mate tan pronto y menos que fuera un alpha, esperaba un beta o al menos un humano, no un alpha, nunca un alpha, en mi vida me vi como la luna de mi manada, se cuidarme desde pequeña y no estoy acostumbrada a que velen por mí. No tuve tanto esmero practicando y entrenando desde pequeña para que me cuiden a cada paso que doy. No sé cómo resistía eso la señora Walker, aunque en realidad creo que ella es una completa arpía y se va a sumar a la lista de personas que no nos quieren juntos, después de mis celosos hermanos mayores. Sí, Adam, Kendrick y Channel son los primeros inconformistas de la lista; Adam y Kendrick por que no soportan que su hermana menor esté con cualquier hombre y Channel por estar con su amor platónico, pero en mi defensa, no es mi culpa, es culpa de la diosa luna o lo que sea que alabamos los hombres lobo.

Suspire mientras me levantaba nuevamente de la cama y escuchaba como las voces de abajo perfectamente, como todo mundo se quejaba y hacía que me doliera la cabeza. Solté un gruñido y acomode mi cabello y el vestido para salir de la habitación. Bajé de la segunda planta, y justo en frente de las escaleras estaba el living, tal y como escuché arriba todos estaban hablando de que no podíamos estar juntos, excepto Chazz, él estaba en completo silencio y luego me observó con esos profundos ojos color miel. Se levantó de la silla y paso en medio de todos haciéndolos callar.

-Tenemos que hablar -dije cuando estuvo en frente de mí. Asintió y me hizo caminar al patio trasero, aún sintiendo la mirada de las dos familias sobre nosotros-. Esperaba algo más privado, pueden oírnos.

-No van a oírnos -niega-, las paredes son a prueba de los oídos lobunos, excepto para el Alpha y su mate. -asiento.

-Bien, es mejor -suspiro-. ¿Qué vamos a hacer? Nadie quiere que estemos juntos, en especial tu mamá.

-Eso no lo decide nadie -pone un mechón de cabello detrás de mi oído-, eso sólo lo decidimos tu y yo.

-Lo sé, pero estoy en la universidad y no vivo aquí entre semana, solo los fines de semana. -murmuré.

-Sabes que no tengo que estar aquí siempre, soy el Alpha pero la mayoría de la manada vive afuera, los más veteranos son los que se quedan en el bosque, tienen experiencia -se encoje de hombros-. Y yo una carrera que terminar.

-¿Vas a estudiar en mi universidad? -asiente.

-Si, tengo cuatro semestres por delante. -sonrío de lado.

-Bueno, ¿que tal si nos conocemos de a poco? -pregunto-, Ya sabes, pasaron diez años desde la última vez que nos vimos y no sé si cambiaste o sigues siendo el mismo niño engreído de nueve años. -me miró un poco mal.

-Bueno, pues yo no sé si tu aún sigues siendo una niña fastidiosa y tediosa a hacer travesuras locas de nueve años. -reí un poco.

-Quizás un poco.

Estuvimos hablando un poco y ambos llegamos a un acuerdo. Compraremos un departamento cerca de la universidad para convivir más tiempo y conocernos. Ambos estaremos en la manada los fines de semana, los días que todos venían a reunirse con su familia y así estar al pendiente de lo que pasa en el bosque. Hay veces que tenemos problemas con los híbridos y tenemos que defendernos, al menos ahora los problemas son menos por los tratos cerrados con los vampiros y las hadas.

No hablamos sobre el día en que me va a marcar oficialmente como suya, es un tema más delicado para hablar y que será para otro momento, el momento en que estemos seguros de que vamos a estar juntos incondicionalmente, pero por ahora sólo vamos a conocernos.

Volvimos a donde estaban nuestras familias, ellos estaban hablando de algo que no escuchamos por estar hablando nosotros afuera. Nuestros padres son los primeros en girarse en nuestra dirección, luego nuestros hermanos y por último mis abuelos.

-¿Van a rechazarse, cierto? -preguntó mi hermana. Levanté una ceja en su dirección.

-Claro que no. -respondimos obvios.

Corregido.

Mi mate el alphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora