Capítulo 21.

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Behati Pov.

El saber que mi bebé está bien, me tiene... feliz, creo que la esencia que perdí cuando era una niña volvió, por que a cada rato quiero estar jugando con alguien, parezco un estúpido gato. Pensar que hace un mes pude haberla perdido, me mata por dentro, pero de ahora en adelante ni siquiera quiero moverme para dejar que ella descanse sin ningún percance. Hace unos días, Chazz compro un par de zapatos para bebé, rosas. En un par de días le diríamos a la familia que será una niña, con todo el cuento de la guerra de los vampiros no hemos podido comunicar mucho sobre el bebé, ni siquiera saben que una niña. Pero hoy vamos a darles la noticia en la cena. He estado más calmada desde que estuve fuera de peligro de aborto, ahora puedo caminar más tranquila y estoy contenta de que mi bebé se noté más, creo que es porque empecé a comer un poco—demasiado—más.

Estábamos adentrandonos en el bosque y saludamos a los guardias que estaban afuera, ahora no sólo eran hombres lobos, sino también hadas y brujas, porque sabemos que el punto en que más fácil se presente un ataque en nuestra manada, por que somos quienes mediaron la paz entre todas las especies y están esperando a que alguno de nosotros se peleé con alguno diferente a los vampiro para que así vayan todos en guerra y después quien gané es la especie que gobernará entre nosotros.

Chazz me ayudó a bajar del auto. Está más sobreprotector que antes, aveces no me deja caminar mucho y en la Universidad sólo me deja levantarme para cambiar de clase o llegar a la cafetería para luego tener que volver a sentarme, algunas veces me duele el trasero, pero nadie se soporta a Chazz con ese tema de que tengo que estar en reposo todo el día.

Tocamos la puerta y mi mamá fue quien abrió, me abrazo mucho tiempo y luego le dio un beso en la mejilla a Chazz para dejarnos pasar. Su mano derecha no abandonó mi vientre mientras entrábamos en la sala principal. Saludamos a todos y me dejaron sentar en uno de los sofás individuales con Chazz en el apoya brazos.

Las cosas con la madre Chazz cambiaron un poco, sólo un poco, antes no me sonreía, ahora hasta toca mi vientre, creo que nos estamos empezando a entender. Quiero que ella sepa que no voy a hacerle daño a Chazz. No sería capaz de hacerlo, creo que voy a estar junto a él como un chicle por el resto de mis días. Él es la única que sabe entenderme completamente, porque ni siquiera mamá fue tan comprensiva conmigo.

Me estaba quedando dormida en el sofá con las caricias de Chazz detrás de mis orejas, mi punto débil—¿Tienes sueño, Be? —me pregunto papá cuando noto que estaba a punto de caer encima de Chazz.

—Si —bostecé—. Pero antes vamos a decirles algo —me acomode en la silla—. Hace unos días me hicieron la ecografía y nos confirmaron que era una niña. —ellos sonrieron y se levantaron a para felicitarnos a ambos.

—Mi bebé se convirtió en mamá lo más rápido de lo que pensé. —papá me estaba abrazando fuertemente y reí un poco.

Después de todos los abrazos y felicitaciones pude subir a nuestra habitación con Chazz para dormir un rato. Chazz me estaba llenando de besos en el cuello y su mano le daba leves caricias a mi vientre, que volvían loca a Alice por que empezaba a soltar sus patadas y manotazos en las manos de Chazz. Me quedé dormida de un momento a otro y no me di cuenta de nada a mi al rededor.

Estire mi cuerpo mientras me despertaba. No sé que hora es, pero ya todos están dormidos y yo hambrienta. Moví un poco a Chazz que también estaba a mi lado y con la ropa con la que se quedo dormido, lo que significa que también durmió conmigo todo este tiempo.

Me miro confundido mientras se levantaba—Tengo hambre. —murmure. Me dio un beso y se levantó de la cama, quería levantarme así que lo seguí hacia la cocina.

Me senté en la encimera mientras lo veía moverse en la cocina, buscando cosas y empezando a freír cosas. Cuando se hice de espaldas entre mis piernas, lo abrace y puse mi cabeza en uno de sus hombros. En diez minutos estábamos comiendo un poco de espaguetis.

Volvimos a la habitación para cambiarnos de ropa y dormir un poco más cómodos. Suspiré al ver que única pijama que tenía me quedaba corta, sólo me tapaba un poco del vientre, pero ya que, sólo era para dormir un rato y estaría al lado de quien me embarazó.

—Me encantas. —Chazz tenía sus pupilas dilatadas y vino a mí para repartir besos y guiarme a la cama. Suspiré cuando levanto mi blusa del todo y cuando bajo mis shorts. Él estaba en sólo sus boxer.

Desde que estoy embarazada empecé a dejar de utilizar algunas veces las bragas, son incómodas para mí, al igual que él sostén y prefiero estar cómoda. Y por supuesto que Chazz aprovechaba esos días. Últimamente tiene muchos calentones y yo no me puedo resistir mucho a él cuando sabe los lugares correctos donde tocar y besar.

Suspiré al sentirlo adentrarse en mí, y solté gemidos pequeños cuando empezó a moverse. Intente no hacer tanto ruido, en la habitación del lado están mis padres y sería muy incómodo que me escucharan o a Chazz, aunque a él no le importaba soltar algunos improperios.

—Oye, Chazz... —maldición. Ambos miramos a la puerta y miramos asustados a la madre de Chazz.

—¡Mamá! —le grito Chazz al ver que no se movía. Ella se fue y cerró la puerta. Ambos búfamos y Chazz se acostó a mi lado. Eso nos quito la inspiración por completo.

(°••°)

Espero que puedan pasarse por mis otras historias y les den una oportunidad como lo hicieron con ésta.

Con amor.
Italia.

Mi mate el alphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora