Behati Pov.
Llamas, fuego, desesperación.
No sabía donde estaba Chase, no sabía donde estaba nadie, sólo sabía que tenía que proteger a Alice, quien estaba envuelta en una cobija y me miraba confundida. Desde la distancia en la que estábamos podíamos notar como el fuego terminaba de consumir la casa alpha. Termine de tapar mi capa y me subí en uno de los caballos de uno de los establos del pueblo como pude. Mire por última vez los objetos que ellos querían; mi hija y un diamante que le fue arrebatado a Drácula hace unos mil años, antes de que muriera.
Sentí desesperación al ver todo el pueblo en llamas, y a los vampiros atacar a los guardianes y civiles que estaban ahí, todos distraídos, sin darse cuenta de que hui de ahí hace menos de dos minutos.
—Reciste, por nosotros. —escuche la voz de Chase en mi mente y apreté mis labios antes de continuar mi rápido recorrido por el bosque.
Los vampiro empezaron a incendiar el pueblo hace unos treinta minutos, y las alarmas se activaron en todo el pueblo, para quienes no habían sido afectados pudieran resguardarse en el refugio de sus hogares. En la casa estaban todos, incluyendo a los primos de Chase, Jaden y Jade. Sabíamos que el primer en que nos buscarían si no nos encontraban sería en el refugio subterráneo, así que no quisimos correr el riesgo. Chase quiso quedarse, peleando por el honor de la manada, pero nosotras no podíamos quedarnos con él, y me obligó a llevar a Alice y el diamante a un lugar seguro, en donde nadie los encontrará.
No sabía que lugar iba a ser el correcto para ocultarnos, y por un momento me sopeso la idea de ir con las sirenas del lago, pero es un territorio desconocido en el que en definitiva, no sé moverme. Al final tuve que ir a ese bosque, no tenía ni idea de adonde mas ir.
Mire el diamante que cuelga en el collar de mi hija, quien se quedo dormida en un instante. Mire mi vientre abultado, tenía casi cuatro meses y todas estas emociones no son buenas para mi nuevo bebé. Tuve que dejar la Universidad, no tenía tiempo para asistir con todo esto y Alice me necesita en su vida, puedo estudiar después.
Estaba en frente del lago de las sirenas que me ayudaron hace un par de meses, cuando escapé de los vampiros y nos dimos cuenta de que éramos descendientes de la manada Golden. Dejé a Alice en una pequeña canasta que traía conmigo alejada del lago y con un biberón en su boca para que no llorara. Aún no me fiaba de ellas completamente.
Mientras me acercaba al lago pude ver con se iluminaba, dándome a saber que ellas estaban de camino a la superficie. Me arrodillé en frente del lago y en unos instantes después aparecieron en frente de mí, con su líder encabezando.
—¿Qué buscas aquí, Behati Miller? —preguntó. Observe su cuello y aún llevaba la daga en su cuello, en un colgante.
Chase me dijo que debía encontrar la daga qué él me describió; negra, muy filosa y con su filo parecido al de un diente de tiburon, justo como el que ella tiene en su cuello.
—Refugio —dije mirando a sus ojos completamente negros, como los de un demonio— para mí y para mi hija.
Mi cabeza retumbo por un momento y las voces que me atormentaban en mis sueños, y tuve que agarrar mi cabello mientras escuchaba que me decían está vez.
No le entregues a tu hija, sólo te ayudaron para que la entregaras a ellas y poder asesinarla.
—¿Traes contigo a la descendiente mayor de los Golden Eyes?
Arrebatale la daga y lárgate de ese bosque.
Maldición, sabía que no me iban a dejarme en paz hasta que no hiciera lo que me pedían, pero lo tenía difícil, no sabía como llegar rápido al caballo y con mi hija escondida cerca de él, ellas podrían alcanzarme, pero tengo que arriesgarme, lo haré todo por ella, por ellos.
Ellas se asustaron cuando abrí mis ojos de nuevo y los vieron rojos, ya no queda nada de mis antiguos ojos, ahora soy un alpha. Mis manos fueron a su cuello antes de que ellas nadaran de nuevo al fondo del lago y arranque el colgante con la daga de su cuello, que se hizo más grande cuando estuvo en mi mano.
Corrí hasta donde dejé a Alice, quien se estaba terminando su biberón. Al ver mis ojos rojos, ella también los cambio, por primera vez los cambio, y pude admitirlos por un segundo, notando el dorado intenso que los inundaba y como el cristal que puse en su pecho se encendía. Tome la canasta y corrí lo más rápido que pude al sentir que las sirenas estaban saliendo del lago para perseguirme. Cuando tome la velocidad perfecta salte a un árbol muy alto y empecé a saltar entre los árboles hasta que estuve fuera del bosque, en la ciudad, cerca de la Universidad.
Maldición, mi única opción ahora es ir a la fraternidad, en donde mi hermana está. Necesitaba que al menos alguna de ellas estuviera ahí. Di mi último salto, quedando en frente de la fraternidad. Toqué la puerta rápidamente al ver luces encendidas en la planta de arriba.
Los pasos llegaron a mis oídos hasta que estuvieron en frente de mí en la puerta. Era Channel. Ella me vio preocupada y me dejó pasar.
—¿Qué haces aquí, Be? Creí que todos iban a estar en la manada. —ella están dormida, lo notaba por sus rastros de voz corrida.
—Lo incendiaron todo, Channel. No sé donde está nadie, tuve que salir corriendo con Alice. —dijo dejando salir algunas lágrimas.
—Tranquila, todo va a estar bien, las chicas están dormidas, pero les diré que no den el permiso de dejar entrar a nadie.
Asentí. Miré a Alice en mis brazos, aún seguía despierta, pero sus ojos ahora estaban azules, como siempre están. Besé su frente y la saque de la canasta para cambiar su pañal. Su cabello estaba suelto y pude ver como estaba a ras de sus hombros. Tiene un año, y lo que más crece es su cabello castaño. Ella se quedó dormida de nuevo en mis brazos y la arrope con su manta. Me quedé dormida con ella, pero mis ojos se abrieron cuando escuche una conversación que no me agradó en lo absoluto.
—Tienes qué matarla, Isabella. A ella, a su hermana y en especial a su hija, no sabes lo que viene.
—Sé que somos cazadores, padre. Pero no creo ser capaz de matar a la niña.
—Mata a la beta y a la alpha, trae a la niña, nos encargaremos de ella.
(°°°)
Aquí el nuevo Cap, es jueves, pero aquí está. Hoy me siento inspirada y quizás terminé de escribir el capítulo que tengo escrito hasta la mitad. Dedicaré el siguiente Cap a la primera persona que le una estrella y un comentario al capítulo de hoy.
Los quiere.
Italia.
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Mi mate el alpha
WerewolfAdvertencia: Esta historia no está editada y la escribí cuando tenía unos catorce años, así que me disculpo de antemano por el final y la horrografía, espero tener pronto el tiempo de editarla y mejorar la calidad de la historia. • Simplemente sentí...