Capítulo 1: Extrañamente diferente.

11.8K 613 16
                                    

Alice Walker Pov.

Terminé de poner la última prenda de ropa en mi maleta, mirando por última vez mi habitación. La voy a extrañar estos dos años. No me molesta viajar estos dos años, quizás por dejar a mis amigos aquí en Alemania, pero quería las respuestas de todo, y ellos no podían darmelas.

Mamá entró en la habitación y me sonrió con esa cálida sonrisa típica de una mamá. Acarició mis cabello y yo le sonreí-¿Lista?

-Siempre. -me dio un beso en la mejilla y otro en la frente mientras me abrazaba.

-Te esperamos abajo. -asentí.

Ella se fue y me quedé de nuevo en mi habitación. Llevo dos maletas llenas de ropa y lo único que me llevé de valor sentimental fue mi almohada, lo único que nunca me puede faltar, sino no duermo en toda la noche. Cuando bajé ya estaban mis dos hermanos menores y mi padrastro, Ryan. Todos nos subimos en el elevador y luego tomamos un taxi para que nos llevará al aeropuerto.

En los asientos del avión me fui con un par de desconocidos, ellos hablan en inglés y en realidad estoy un poco atascada con el idioma, lo entiendo, pero no lo hablo con total fluidez, al menos no como mamá y Owen, mamá fue quien nos enseñó.

Estuvimos casi un día viajando, no estaba cansada porque la emoción de saber que voy a ver a toda mi familia es más grande que el cansancio, aunque si dormí en el avión de New York a Dakota. Mamá me levanto antes de aterrizar para ponerme el cinturón, y tenía una enorme sonrisa mientras miraba el paisaje de la mañana en Dakota.

-Cariño -me llamó mamá-, no quiero que te asustes si todos se muestran cariñosos contigo, nadie te ve desde que tiene un año. -asentí.

Luego de esperar las maletas cuando abordamos, salimos del aeropuerto y me sorprendí cuando mamá abrazo a un hombre y a una mujer con evidente embarazo. Ella les habló algo luego de separarsen mientras nos mirabas. Ellos se acercaron y la mujer fue la primera en saludar a Ryan con una amable sonrisa. Desde aquí podía sentir su olor a mujer loba y eso no me gustaba.

Cuando se acercó a mí me sonrió, pero se desvaneció un poco cuando vio mis ojos, de seguro estaban verdes-Cambia esos ojos, Alice, no es manera de saludar a tu tía Amy. -cerre mis ojos un momento, jamás la había visto, pero si hablado con ella. Sonreí y nos abrazamos. Cuando abrí de nuevo mis ojos, pude ver al hombre que terminaba de saludar a mis hermanos.

Él se me quedo observando un momento antes de abrazarme muy fuerte, correspondí el abrazo, seguro es el hermano de papá, Jason, se parecen mucho-Creciste mucho, pequeña Alice -susurro en mi oído. Me abrace fuerte a él. Sé separó de mí y nos miro a todos con una sonrisa-. Bienvenidos todos, ahora a casa.

Subimos en una camioneta en donde cambiamos todos junto a las maletas. El viaje en el auto fue poco más de media hora, encaminandonos dentro de un bosque, en donde al pasar, los ojos de mamá, los tíos y mis hermanos cambiaron de color. Mire el espejo retrovisor un momento y noté que mis ojos estaban dorados. Eso es muy malo.

-No te asustes, amor. Todo va a estar bien. -dijo mamá al notar mis ojos. Cerré mis ojos un momento e intente cambiar mis ojos a púrpuras claros. Es lo más neutro que pueden llegar. El auto se detuvo frente a una enorme casa de mármol blanco.

Mire todo a mi alrededor y me encantaba, en Berlín no podía estar en contacto con mucha naturaleza, siempre estaba rodeada de la ciudad y alemanes enojados, aquí todo parecía tan tranquilo que no entiendo porqué mamá se fue de aquí.

Mi tío abrió la puerta de la enorme casa y entramos, quise retroceder cuando una gran cantidad de personas se abalanzaron a saludarnos, pero recordé las palabras de mamá. Eran familia, no tenía porque asustarme.

Luego de recibir varios abrazos, presentaciones familiares y algunos apretones en mis mejillas por mis abuelas, nos sentamos todos en un gran comedor para cenar, tenía hambre, no lo niego, nunca lo hago, menos hoy que no comí por la ansiedad de conocer a mi familia. Jamás creí que fueran tantos, pero yo soy de los nietos más grandes, sólo mi primo Aiden es mayor por unos meses.

-Eres tan parecida a él -abuela paterna acaricio de nuevo mi rostro, pero está vez, un poco más suave que la anterior-, la misma nariz y los mismos labios, ni tu hermano menor se parece tanto a él -suspiro-. ¿Quieres descansar? -asentí.

Ella me llevó a una habitación totalmente blanca, en donde estaban mis maletas. Busque una pijama y me acosté en la comoda cama con mi almohada. No sé que hubiera hecho sin mi almohada en un lugar desconocido por dos años.

Voy a marcar mis objetivos en mis estadía en Estados Unidos, en general, son tres:

-Saber que ocurrió cuando fui una bebé.
-Saber quién asesinó a mi padre.
-Quizás encontrar a mi mate.

Esas son las preguntas que siempre he tenido en mi vida. Mamá nunca se sintió lista para decirme que ocurrió, por más que lo intentará, ella nunca soltó una palabra, y es que mamá es un hueso duro de roer; de lo que si me habló fue de mi mate, dijo que los hombres lobos encontrábamos a nuestra pareja por instinto, dijo que sentiría mi olor favorito en ese momento. Así que, también tengo curiosidad de conocer a mi compañero, aunque mamá dijo que por lo general son muy posesivo y no me gusta eso, más cuando soy un espíritu libre.

Aún tengo que terminar el instituto este años, así que mamá dijo que tendría que estudiar aquí, creo que es algo bueno y puede ayudarme para quitar un poco mi acento alemán. Mi primo Aiden se rió de mí cuando estaba hablando con él y me sentí extrañamente diferente a todos los que hay aquí en esta casa.

Aquí el primer capítulo de la historia de Alice, espero que les guste y gracias por el apoyo que me dan.

Una estrella y/o un comentario si les gustó.

Los quiere.
Italia.

Mi mate el alphaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora