Mi mate el alpha

12.

12. ¿Qué es esto?

Las cosas con mis mellizos cambiaron un poco, ahora cada uno se está concentrando en tener una buena convivencia y conocer a su compañero de vida. La ultima vez que vi a mis hermanos salieron con su pareja y yo me quedé en casa durmiendo y comiendo como la glotona que soy. Estaba quedándome de nuevo dormida cuando de repente la puerta de la habitación se abrió de repente. El olor a ansiedad y celos se hicieron presente en mis pulmones y miraba los ojos de Chazz, trasmitiendo enojo e incluso un destello de odio hacia mí. Me asuste un poco al ver sus dientes afuera y sus garras enterrándose en las palmas de su mano, provocando que su palma sangrara. En una de sus manos traía su móvil y cuando estuve a punto de preguntar el porque de su reacción, Chazz me lanzo el móvil, que manchó mi cama con la sangre negra de su mano.

-¿Qué es esto? -pregunto al ver una foto mía en el móvil, junto a un chico que me tocaba el trasero y me estaba besando.

-¿Acaso me preguntas? Tú deberías ser quien me responda esa pregunta -su voz se volvió más ronca y con el paso de los segundos en los que trataba de contenerse parecía que iba explotar-. ¡¿Quién diablos es ese hombre y que hacía tocando tu trasero?!

Casi suelta una carcajada por está idiotez. ¿Acaso no nota que en la foto tengo el cabello en mis hombros? Que poco observador, aunque es lindo que tenga muchos celos, o al menos los suficientes para convertirse en un lobo. Me acerqué sonriendo y pasé mis manos por su cuello a la vez que me inclinaba a dejar un beso sobre su mejilla. Él no movió un solo músculo y sólo podía escuchar el fuerte latido de su corazón y su respiración incontrolable.

-A veces te pasas con los celos, Chase -su mano se puso en mi trasero apretándolo con un poco de fuerza-, pero me gusta.

-¿Cómo quieres que no esté celoso? Te estás besando con otro hombre. -gruñe.

-Vamos a jugar un juego de observación -me separe de su cuello y puse la pantalla en su rostro-. Si no te das cuenta, aquí -señalo mi cabello-, tengo mi cabello más corto, ahora me esta rozando el trasero y ahí lo tengo en mis hombros.

[***]

No he podido parar de reír desde la reacción que tuvo Chazz cuando se dio cuenta que era verdad lo que decía. Su mueca de vergüenza fue tan graciosa que explote de la risa. Incluso no quiso dormir conmigo el muy desgraciado.

Ahora siento la extraña necesidad de estar todo el día pegada a Chazz, creo que es una especie de efecto secundario de la mordida, el que nuestros sentimientos hacia el otro sean más agudos. No medí mis consecuencias el sábado cuando dejé que me mordiera, pero mi enojo y atracción interfirieron en mi cabeza, sin darme cuenta ya estaba debajo de Chazz soportando el insoportable dolor de dela mordida de mi mate.

Chase es quien hace los desayunos para ambos y lo que más me gusta es que puedo observar su espalda musculosa mientras revuelve o agarra algo de espaldas a mí. Los martes entramos un poco más tarde a la universidad, por lo que ambos aún estamos en pijamas. La mía es un short corto y una ramera de tirante, la de Chase simplemente son sus bóxer, de Calvin Klein, la mayoría del tiempo y no hay nada más mejor que un hombre con unos Calvin.

Lo que los hombres no saben es que cualquier mujer que vea a un hombre con una marca de ropa interior es realmente sexy, te hace querer tocar ese cuerpo bronceado y musculoso que anda mostrando por toda la casa. Me pasaría todo el día viendo a Chazz con unos Calvin Klein haciendo los deberes del hogar, e incluso se los puedo quitar en menos de dos segundos si hay una cama de por medio.

Me acerqué a él y lo abrace por la espalda, haciendo un intento fallido de intentar poner mi mentón en uno de sus hombros, pero solo conseguí poner mi mejilla contra su espalda. Dejé un beso ahí cuando escuché su corazón ir más rápido-¿Qué es todo esto? -pregunto metiéndome bajo su brazo y ver toda la comida que hay encima de la encimera. Había desde Nutella hasta yogur de todos los sabores.