Capítulo 45: Consejo

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—Ahora no puedo ni mirarlo a los ojos, fue la hamburguesa más incómoda que alguna vez haya comido.... –Le terminaba de contar a Lyss todo lo ocurrido.

—Si lo miras o no, lo que pasó ayer no va a borrarse –me decía Lyss atento al partido en la cancha. —Aparte, mira a tu chico, solo queda él y Kentin, hacen un buen dúo.

—¿Qué? –Pregunté finalmente observando a la cancha.

Llevábamos más de media hora jugando quemados, todos habíamos sido eliminados, pero sorprendentemente, Armin seguía dando la cara por el equipo junto a Kentin.

De Kentin, todo el mundo esperaba que quedara de los últimos, tenía un físico de envidia, la mitad del curso quería hacer equipo junto a él, pero Armin... Nadie lo esperaba, ni siquiera su propio hermano.

—Lo tienen acorralado –murmuró Lyss acercando su cuerpo a la cancha. —Se va a ir eliminado.

El pelinegro rápidamente esquivó el balón girando a la derecha, una vez más volvió a esquivarlo agachándose y en un tercer tiro seguido, este tropezó con sus cordones, cayó de boca al suelo y el equipo rival rápidamente aprovechó su descuido para eliminarlo definitivamente.

—¡Un momento, un momento! –Exclamaba Kentin alzando sus manos.

El profesor tocó el silbato anunciando una pausa y el castaño corrió hacía Armin.

—¿Estás bien? ¿Puedes levantarte? –Le preguntaba al pelinegro, quién seguía estampado contra la cancha.

—Lo estoy –soltó mientras giraba hasta quedar mirando hacía arriba.

—Tienes un pequeño raspón en tu rodilla, pero hiciste genial, ve a beber algo de agua y a desinfectar eso –le sonreía Kentin mientras le extendía el brazo.

Armin se levantó y tirándole aire con su mano al raspón, rápidamente avanzó hasta las bancas.

—Ve con él –me empujó el peliblanco.

—¿Qué? No, no, no –levanté mis hombros oponiendo resistencia.

—Solo acércate, de seguro va a ir a enfermería, es un buen momento para que hablen.

—¿Hablar sobre qué? –Pregunté sin quitar la vista de Armin.

—No lo sé, ustedes se besaron, ustedes deben aclarar lo que significó eso –balbuceó.

—Creo que tienes razón... –Balbuceé levantándome de la banca.

Pero apenas di el primer paso, Priya rápidamente se acercó al chico y ambos salieron del gimnasio.

—Te dije que fueras antes... –Murmuró Lyss.

—No importa, ya podré hablar con él después –murmuré volviendo a tomar asiento para observar la cancha.

El juego no duró mucho sin Armin, en el equipo contrario, el de Castiel, todavía quedaban cinco jugadores, tenían rodeado al pobre Kentin. Los cinco solo necesitaban un pequeño descuido del castaño para atacarlo y ganar.

—¡Fin del juego! Bien hecho equipo rojo –gritaba el profesor después de tocar el silbato.

Castiel se acercaba a nosotros entusiasmado.

—Las duchas están listas, pueden meterse a los camerinos para enjuagarse –terminaba de gritar.

—Hey, tu amigo es bastante bueno –me hablaba el pelirrojo mientras tomaba algo de agua. —Voy a cambiar a Lysandro por él en el próximo juego –se burlaba.

—Yo siempre he dicho que los deportes no son los míos –murmuraba Lyss mientras sacaba su ropa de cambio.

—¿Vas a bañarte? –Le preguntaba Castiel.

Ya No Soy Aquella - CDMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora