Ya No Soy Aquella - CDM

Capítulo 85: Despedida

―Estás aquí... –Me hablaba el azabache alejándose de su hermano.

Yo rápidamente comencé a retroceder hasta chocar con el pecho de Lyss.

―Yo no sabía que tú seguías aquí... Pensé que...

―Ven, debemos irnos –soltó su gemelo tratando de alejarlo.

―No, Emma, por favor, necesito hablar contigo.

Castiel rápidamente avanzó un paso para cubrirme.

―Ya te dije que no quería saber nada de tí –balbuceé temblando.

―Ven, ya vamonos –continuaba tratando de arrastrarlo su gemelo.

Lyss apoyó su mano sobre mi hombro. Sabía que él quería que nos marcharamos de aquel lugar.

―Por favor, solo quiero hablar contigo –susurró. ―Me iré de la ciudad si es lo que realmente quieres, pero necesito escucharte, que me digas que en serio me odias.

―Ya basta de tu escándalo –exclamó Priya. ―Solo estás haciendo el ridículo aquí.

―Ven, salgamos de aquí –susurró Lyss sujetándome por los hombros.

―Emma, por favor, una última vez... Veamonos en la azotea antes de comenzar la clase.

Lyss logró arrastrarme del lugar y rápidamente me llevó hasta uno de los salones.

Mi corazón latía a mil por hora. Seguía procesando lo ocurrido y por más que tratara de evitarlo, no podía dejar de repetir lo último que el chico había dicho.

―¿Estás bien? –Murmuraba Lyss sacándome de mis pensamientos.

Sabía que posiblemente era una mala idea, que no debía seguirle la corriente, que nada bueno saldría de aquella azotea. Pero la curiosidad y sobre todo, aquella extrema necesidad de volver a verlo, me gritaban a los cuatro vientos que debía ir.

Tenía mucho que decirle.

―Si estás pensando en escaparte de clases para juntarte con...

―Necesito hacerlo –solté interrumpiendo al pelirrojo.

Lyss dejó de sostenerme y retrocedió unos pasos.

―Se que es una pésima idea, pero no lo sé...

El pelirrojo frunció su ceño y dio un pequeño suspiro.

―Solo quiero escucharlo –susurré.

Lyss tuvo la intención de hablar, pero enseguida se retractó.

―¿Estás segura de que quieres escuchar lo que tiene para decir y no es solo un impulso? –Preguntó Castiel.

―Sé que no lo entienden y está bien. Pero algo me dice que debo verlo...

―¿Un impulso?

―Sea un impulso o no, quiero escucharlo, quiero hablar con él y dejar las cosas claras.

―Recuerda que tú no debes explicarle nada a él, tú eres la victima aquí y...

―Lo sé, lo sé. Tengo todo eso claro. Pero entiendan que no quiero dejar la ciudad y...

―Sentir que dejaste algo pendiente... –Me interrumpió Castiel. ―Una conversación pendiente.

―Lo entiendes –sonreí.

―Lo entiendo –susurró.

―Entonces no te enfades, ni mucho menos trates de hacerme sentir culpable por querer juntarme con él.