—¿Lista para el exámen? –Me preguntaba Armin mientras llegaba y se sentaba a mí lado.—Estoy en eso –murmuré sumergida en mi texto.
—¿Pudiste aprenderte todo?
—Trato de memorizarme los números atómicos de los últimos elementos...
El chico rápidamente se asomó a mí para observar el libro.
—Puedes memorizarlos creando...
—Puedo hacerlo sola –solté interrumpiéndolo.
Él rápidamente se quedó en silencio y se alejó de mí.
—L-Lo siento –balbuceé dejando el libro de lado.
—No te preocupes, está bien, quieres estudiar –susurró sacando su celular.
Rápidamente llevé mis manos a mi cabeza. No quería dejar las cosas así, pero tampoco estaba con ánimos como para comenzar una nueva conversación, así que simplemente di un respiro y seguí repasando.
Después de dar el exámen y durante el resto del día apenas intercambié un par de palabras con los chicos. Estaba en algo así, como modo automático. Oía perfectamente lo que el grupo comentaba, de lo que se reían o cotilleaban, pero mi cabeza parecía no retenerlo.
En mi mente solo se repetía una y otra vez la conversación de Alexy y Priya. Por más que la hubiese evitado todo el fin de semana estudiando, lo cierto era que ya no me encontraba haciendo nada, no tenía absolutamente nada con que distraerme y por ende, mi mente solo se enfocaba en ello.
El modo automático pareció finalmente apagarse cuando las clases acabaron y debía ir a ordenar a la biblioteca.
—Te ves algo cansada hoy, ¿Qué te parece si te encargas de todo lo de abajo y yo de lo de arriba? –Me preguntaba Armin mientras entrabamos a la biblioteca.
Ya llevábamos una semana haciendo el mismo trabajo, el desorden evidentemente había disminuido, solo debíamos encargarnos de ordenar los libros que estuvieran fuera de lugar, realmente no era mucho trabajo.
—No, creo que tú al frente y yo al fondo está bien –murmuré antes de estirarme y comenzar el trabajo.
Pese a que íbamos todas las tardes a ordenar, seguía sin poder entender como los estudiantes podían ser tan desordenados cuando se trataba de un lugar público y de acceso gratis.
Ningún libro que era sacado era devuelvo a su lugar y absolutamente todos los juegos de mesa que usaban terminaban con sus fichas, cartas o instrumentos en cualquer lado menos junto a su caja.
—¿Cómo crees que se encarga de ordenar todo este desastre todos los días la bibliotecaría? –Me preguntaba Armin al otro lado del estante que me encontraba ordenando.
—Evidentemente le pagan –murmuré. —También me resultaría motivante ordenar todo esto si me dieran dinero.
La contagiosa risa del pelinegro retumbó en la sala.
—¿Trabajarías a esta edad? –Preguntó de repente.
—En este momento no –murmuré subiéndome a un banquito para llegar a los estantes de arriba. —No me daría la cabeza. ¿Y tú?
—No sé en qué podría trabajar.
—Deberías cobrar por borrar vídeos en redes sociales –bromeé.
—No es mala idea –alcancé a oír su risita.
Y tan pronto dejó de reír, el silencio nuevamente se hizo presente.
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Ya No Soy Aquella - CDM
FanfictionEmma sufrió acoso escolar durante todo un año, después de su intento de suicidio y tras un año lejos de la ciudad, por obra del dos conflictivos padres, deberá volver a su antiguo Instituto y lograr enfrentar nuevamente a su pasado. La historia int...