Ya No Soy Aquella - CDM

Capítulo 40: Pelea

—¿Estás escondiéndote de nosotros? –Murmuró Kentin sobresaltándome. —¿Qué haces aquí sola?

La noche anterior había sido algo movida. El divorcio había salido a beneficio de mi mamá, pero debido al supuesto interés de mi papá, no podíamos salir de la ciudad.

Las discusiones entre ambos no cesaron en toda la noche, apenas había logrado dormir un par de horas, por eso había venido a biblioteca para descansar un poco. Así que mi plan era quedarme trabajando en mis trabajos escolares hasta tarde en el salón, de esa forma llegaría tarde a casa y me dormiría de inmediato.

—Solo quería adelantar algo de tareas –respondí.

—Oh... Ibas a hacer tareas...

—¿Por qué?

—Oh, no, lo que pasa es que con Armin y Alexy íbamos a ir a comprar algo para animar a Nath... Creímos que sería buena idea que nos acompañaras, tú lo conocer mejor.

—Oh, pero si es algo por Nathaniel, puedo dejar mis tareas de lado.

—¿En serio? ¡Eso sería genial, porque no teníamos ni la menor idea de que comprarle!

—Él ama los gatos, podrían ir pensando en algo que tenga gatos...

—¿Lo ves? Eres la persona indicada.

Sonriendo, rápidamente me levanté de mi asiento.

—¿Entonces vamos? Los chicos estaban en el baño, debo avisarles.

—Tengo que ordenar estas cosas... ¿Los alcanzo en la salida?

—¡Perfecto! –Exclamó. —Cualquier cosa, me escribes.

El castaño rápidamente salió del salón y se fue corriendo por el pasillo.

Yo por mi parte, comencé a divagar. No podía dejar de pensar en que el pelinegro iba a molestarle mi presencia.

Creía que iba a negar a ir, o que iba a echarme del grupo frente a todos, comenzaba a arrepentirme de ir, porque pensaba lo peor.

—Aquí estás –escuché de pronto saliendo de mis pensamientos.

La melliza de Nath, furiosa, se acercaba rápidamente hacía mí.

—¿Donde está mi hermano? –Exclamó empujándome contra los últimos asientos.

Eso me había tomado completamente por sorpresa.

—¿Qué pasa contigo? –Exclamé levantándome rápidamente.

—¡Nathaniel lleva dos días sin dar rastro alguno y estoy completamente segura que el estúpido solo va a acudir a ti en busca de ayuda! –Exclamó volviendo a empujarme.

—¿Dos días desaparecido? –Sonreí atónita. —¿Quién te dijo que está desaparecido?

—¿Quién va a decírmelo? ¡Si cuando llegamos a casa, el ya se había ido con todas sus cosas!

Aún sentada tumbada sobre los bancos, mi única reacción fue llevar mis manos a mi cabeza.

—¿Qué se llevó todas sus cosas? –solté tratando de mantener la calma. —Amber, tu hermano escapó de casa porque tu padre lo golpeaba.

Esta frunció el ceño.

—¿¡Entonces fuiste tú quién publicó eso!? –Exclamó estampando su mano sobre mi mejilla.

—¿Por qué lastimaría a Nath con algo como eso? –Mi paciencia esta al límite, pero no quería pelear, creía que si seguía hablando, la rubia finamente iba a hacer "click"