Capítulo 79: Petición

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Las clases habían comenzado hace una semana, pero después de que aparentemente Armin hubiese publicado un post burlándose de todo lo que me había hecho, yo me había negado a abandonar mi casa.

La parte más difícil, había sido probablemente tener que contarle todo a los chicos, pero sobre todo, tener que hacerlo con mi mamá.

—Cariño, si no me cuentas todo, entonces no podré ayudarte –repetía ella los primeros días en casa.

Y es que, de alguna forma que ni siquiera yo terminaba de comprender, no quería que ella se sintiera decepcionada de mí, porque yo ya sentía demasiada vergüenza de mí misma.

—¿Pasó algo en ese paseo? ¿Te hicieron algo?

—No es lo que estás pensando –murmuré escondida entre mis sábanas.

—¿Y entonces por qué no hablas conmigo?

Durante un par de días había estado tratando de buscar las palabras correctas para explicarle todo, pero nada parecía realmente funcionar.

—Emma, entiendo que una ruptura no debe ser fácil y sé que dije que iba a sacarte de esta situación, pero no puedo ayudarte si no vas a hablar conmigo de lo que ocurrió –soltó una noche.

Y fue entonces que, tras posponer por casi una semana la explicación, había comenzado a generar en ella la falsa idea de que yo solo estaba pasando por mi primer ruptura amorosa.

—Armin... Él es solo otro chico, existen cientos de ellos que esperan por conocerte. No está bien que creas que tu mundo se va a acabar solo porque él ya no está contigo, te estás cerrando a la posibilidad de conocer a gente nueva.

—Mamá... –Balbuceé saliendo de debajo de las sábanas.

—Hablé con Victoria sobre lo ocurrido, ambos están igual y pensamos que quizás, una charla con un especialista, con alguien que sepa como ayudarlos a sobrellevar todo esto, podría serles de mucha ayuda. Ambos tienen un historial...

—Mamá, solo... –Balbuceé interrumpiéndola. —No quiero volver a ver a Armin...

Ella rápidamente frunció su ceño, pero una vez más, yo no lograba articular las palabras.

—Él...

—No te entiendo –soltó tras unos segundos. —No entiendo que está ocurriendo, ni que debo hacer para ayudarte, porque lo único que llevas haciendo en toda la semana es enconderte en esta habitación –llevó sus manos a su cabeza. —Desde que llegaste de ese paseo, lo único que haces es dormir y dormir y seguir durmiendo.

Su mirada, hasta cierto punto amenzante, hizo que guardara silencio al instante.

—Tu tía y yo entendemos que estés pasando por algo difícil y estamos tratando de hacer lo posible para ayudarte, pero no podemos hacerlo si tú nunca hablas con nosotras –se sentó a mí lado. —¿No confías en mí lo suficiente? ¿Es por eso que no quieres contarme?

—No, no es eso...

—¿Entonces qué pasa? Porque lo único que me has contado, es que el fin de semana fuiste a casa de Rosalya, alguien publicó algo en Internet y que de pronto, te desmayaste y tuvieron que llevarte al hospital –alzó el tono de su voz.

Ya No Soy Aquella - CDMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora