—¡Oh, Dios, al fin estás aquí! –Exclamaba Rosa mientras yo me sentaba a su lado en una pequeña cafetería.—¿Estás bien? ¿Qué es tan urgente? –Balbuceé.
—Por favor, toma asiento, creo que necesitaras estar firme antes de mostrarte esto...
Rosa, quien lucía algo distraída, rápidamente sacó su celular y me mostró una foto en su galería.
—La vi anoche, mientras regresaba del trabajo –susurró.
Muerta de curiosidad, me acerqué a la peliblanca y observé su pantalla.
En la enorme pantalla, enseguida logré observar una foto de Leigh, junto a Priya. Ambos estaban sentados afuera del local de Leigh y en sus manos, sostenían dos latas de, muy posiblemente, cerveza.
—La observé hablando por teléfono y algo me dijo que debía seguirla –siguió hablando. —Cuando me quise dar cuenta, ya estábamos afuera del local de Leigh.
-Ella dijo que era nueva en la ciudad, ¿Cómo es posible que conozca a Leigh?
—No lo sé –balbuceó. -Pero creo que quizás tienem amigos en común.
—¿Amigos en común? ¿Cómo sabes que..?
—Los vi –me interrumpió. —Cuando ella entró al local, habían dos personas, una era una chica de cabello largo y el otro era un chico alto.
—¿Les viste el rostro?
La peliblanca rápidamente negó con su cabeza.
—Solo logré ver sus siluetas desde la ventana.
Un silencio algo incómodo se adueñó del ambiente.
—¿Crees que ella pueda estar involucrada con los mensajes que recibes? –Susurró tras varios segundos.
—Ya no sé que pensar –musité volviendo a reposar mi espalda en la silla. —A este punto puede ser cualquiera, no hay forma de rastrearlo.
—¿Le has preguntado directamente?
—No sé que ganaría con ello. Si lo es, nunca lo admitiría y si no es, creo que dejaría de confiar en mí.
—¿Y qué si deja de confiar en ti? Apenas la conoces... Si la enfrentaras, podrías ver y analizar su reacción, incluso podría soltar algo que la delate.
—¿Entonces prefieres quedarte con la duda para siempre? –Se cruzó de brazos. —Sigues igual que siempre.
En realidad, a ese punto, no me importaba mucho que Priya fuera el cerebro de todo. Lo que realmente me importaba era Nathaniel, y el tema de los mensajes comenzaba a deagastarme tanto, que quería olvidarme de eso, al menos hasta que la situación de Nath mejorara.
—Si no lo haces tú, entonces yo voy a enfrentarla –soltó bebiendo de su taza.
—¡Rosa, no! –Me acerqué a ella.
—Rosa nada. Que tú seas una tonta que nunca hace nada, es tu problema.
Rápidamente me quedé en silencio.
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Ya No Soy Aquella - CDM
FanficEmma sufrió acoso escolar durante todo un año, después de su intento de suicidio y tras un año lejos de la ciudad, por obra del dos conflictivos padres, deberá volver a su antiguo Instituto y lograr enfrentar nuevamente a su pasado. La historia int...