―¿Segura de qué estás bien cariño? –Me preguntaba mi mamá mientras esperábamos a que nos llamaran de la oficina para firmar los últimos detalles de mi retiro.―Si, si, lo siento –balbuceé observándola.
―Desde que llegué estás en las nubes, ¿sucedió algo?
Enseguida noté que una de mis manos continuaba jugando con mis labios y rápidamente la aparté.
―Solo estoy algo nerviosa por los papeles –sonreí. ―No esperaba que hoy estuviera ya todo listo.
―¿Comienzas a arrepentirte?
―No, no, por supuesto que no. Solo estoy algo...
―¿Algo..?
―Asustada –suspiré.
Ella me sonrió y rápidamente me rodeó con su brazo.
―¿Qué es lo que te preocupa?
Después de aquel encuentro con el azabache, mis sentimientos eran una montaña rusa.
Sabía que estaba yendo por el camino correcto, pero de alguna forma, no podía dejar de pensar en autosabotearme.
―¿No es cobarde estar huyendo? –Susurré.
Ella frunció su ceño.
―¿Y quién está huyendo?
―¿Yo..?
―Tú no estás huyendo de nada ni nadie.
―Estamos a nada de firmar para poder retirarme del instituto... Y tú estás haciendo lo imposible para que podamos irnos de la ciudad...
―Pero eso no significa que vayamos a huir. Nosotras no somos prófugas.
Yo apoyé mi cabeza en su brazo.
―Solo estamos a punto de comenzar nuestra vida de nuevo –acarició mi cabeza.
Ese mismo día y a tan solo un par de horas después de aquel intenso reencuentro con Armin fui sacada abruptamente de la última clase con la noticia de que finalmente el permiso para comenzar mi nueva modalidad de estudios había sido aceptaba.
Cuando la orientadora me recibió en aquella oficina apenas podía creerlo. De no haber sido por dejarme guiar por aquel sentimiento, o de haberme dejado convencer por los chicos, nunca podría haberme despedido del azabache. De alguna forma, aquella situación no dejaba de repetirse y hacerme pensar que, así como casi había perdido la oportunidad con Armin, estaba a punto de hacerlo con el resto de chicos.
―Esta es una buena noticia, deberías estar contenta –me sonreía mi mamá. ―No sobrepensando en lo que dirá el resto.
―Solo no quiero sentir que por marcharme dejaré asuntos pendientes –susurré.
―¿Qué asuntos?
―No lo sé... Conversaciones, problemas por resolver, malentendidos...
―Cariño, ya estuviste un semestre completo asistiendo a clases y ya ha pasado casi un mes tras tu regreso. Tú no tienes porqué buscar solucionar todas esas cosas que te preocupan, si tuviste un malentendido con alguien y no es tu culpa, entonces esa persona debe acercarse a tí y resolverlo.
Yo me quedé en silencio.
―Todos ya tuvieron tiempo más que suficiente para hacerlo, así que no pienses demasiado en ello –acarició mi cabello. ―Debes rodearte de personas que acepten sus errores, que sepan hablar las cosas y sobre todo que respeten tu tiempo.
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Ya No Soy Aquella - CDM
ФанфикEmma sufrió acoso escolar durante todo un año, después de su intento de suicidio y tras un año lejos de la ciudad, por obra del dos conflictivos padres, deberá volver a su antiguo Instituto y lograr enfrentar nuevamente a su pasado. La historia int...