Ya No Soy Aquella - CDM

Capítulo 50: Casa.

—¡Ayer acabo de venir a buscar a mi otro hijo porque dejaron decenas de folletos en contra de su orientación sexual y hoy día mi segundo hijo vuelve a casa todo lastimado! ¿Qué clase de Instituto es este?

—Lo sentimos mucho, señora. Pero es que desde la llegada de la señorita Leroux los estudiantes se han descontrolado.

—¿Está diciendo que todo lo que ha sucedido es culpa de mi hija? –Exclamó mi mamá apoyando sus manos en el mesón.

—¿El acto de homofobia también es culpa de la señorita? –Siguió exclamando la madre de los gemelos mientras apoyaba una de sus manos en mi hombro. —Discúlpeme, pero esto es realmente insolente. ¿Cómo pueden culpar a una jovencita de un cargo tan grave como este? Es su trabajo proteger a sus alumnos, no el de ella.

—Es que no puedo creerlo –murmuraba mi mamá mientras llevaba sus manos a la cabeza.

—Como profesionales de la educación estamos dando nuestro mayor esfuerzo por hacer del Instituto Amoris un lugar seguro para todos nuestros estudiantes, pero deberán ustedes comprender que, si los estudiantes no ponen de su cooperación, es un trabajo realmente difícil.

—Pero si nosotros no hicimos absolutamente nada –habló Armin.

—Es cierto, nosotros estábamos en biblioteca llevando unos libros del profesor Farres cuando Nathaniel apareció para sacarnos del lugar –lo apoyé.

—El profesor Farres nos confirma su versión, pero asegura que solo la mandó a usted.

—Armin me ayudó cuando llegué a biblioteca, lo topé en los pasillos junto a Priya. Y aunque eso no fuera así, ¿Qué sentido tiene? Nos están castigando una semana mientras que a Nathaniel ni siquiera le han dado un castigo.

—Él fue quién comenzó a tratarnos mal.

—¿Entonces dice que porque él empezó, usted lo golpeó? Eso es excusa de niño de primaria, joven.

—No intento justificarme, solo le explico el porqué lo golpeé —se apresuró en contestar. —Él insultó a mi... Amiga –titubeó. —Y después la empujó. Sé que la violencia no resuelve nada, pero ¿Qué más podía hacer en ese instante?

—Venir y hablarlo en Inspectoría para resolver las cosas hablando.

—¿Así como resolvieron lo de los folletos de mi hermano? ¿O así cómo resolvieron las amenazas que recibe mi amiga?

Un silencio inundó la sala por completo.

—Tomaré en cuenta todo lo que han dicho –rompió el silencio la inspectora mientras anotaba algo en su libreta. —Pero el resto de la semana deberán volver a casa, el consejo de convivencia escolar se reunirá y discutiremos si su castigo deberá prolongarse. La respuesta estará lista para el lunes

Los cuatro nos levantamos y junto a Armin salimos rápidamente de la oficina.

Nathaniel esperaba apoyado al lado de los casilleros. Se suponía que alguno de sus padres debía haber estado a su lado hace más de una hora, sin embargo, seguía ahí solo.

—¿Crees que ellos vengan? –Le susurré a Armin mientras nos hacíamos a un lado.

—Parece ser que no...

El rubio apenás nos notó se alejó y esperó al fondo del pasillo, sentado en las escaleras.

Apenas pudimos seguir hablando, pues enseguida nuestras madres salieron de la oficina.

—Si tan solo existiera otro Instituto en esta ciudad... –Murmuraba mi mamá.

—Estoy completamente de acuerdo... —Le contestaba la madre de los gemelos.