Capítulo 75: Verdad o reto

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—¿Cómo es posible que en un momento cómo este, ocurra una situación tan grave como esta? –Nos retaba la profesora de quimica a primera hora en la mañana.

—¿Por qué nos reta a nosotras? –Exclamó Ámber con un gorro sobre su cabeza. —¡Si fue ella quién me cortó el cabello!

—Ámber tiene razón, Emma y yo ni siquiera estamos involucradas en esto –gruñó la albina.

—¡Me da igual quién estuvo involucrada y quien no! Las cuatro estaban en esta cabaña y ninguna fue capaz de resolver este problema de manera civilizada... Es una vergüenza para nuestro Instituto, ¿qué ejemplo le dejan a sus menores?

De reojo observé a las chicas, Rosa tenía sus ojos en blancos, Ámber trataba de ocultar su cabello, mientras que Priya obdervaba a la profesora pacíficamente de brazos cruzados.

Cualquiera que viera la escena, diría que quiénes habían estado involucradas habían sido Ámber y Rosa.

—¿Y ahora qué van a hacernos? –Lloriqueó la rubia. —Yo no puedo salir con el cabello así...

Doña Delanay, quien se había ganado la mala fama de ser demasiado insensible frente a los problemas, rápidamente se acercó a Ámber y la hizo avanzar lejos de nosotras.

—Pediremos un cambio de habitación para usted –le habló a la rubia. —Y ustedes tres estarán vigiladas...

—¿Qué? –Exclamó Ámber alejándose de ella. —¿Por qué me van a sacar a mí y no a ella? Yo me quiero quedar aquí.

—Es usted, señorita, quien tiene un pésimo historial académico, Priya quedará bajo supervisión y escribiremos en su expediente, pero hasta entonces, ha mentenido una conducta excelente.

Rosa soltó una risa irónica.

—Tiene que estar bromeando... –Soltó Ámber indignada. —¡Pero si ella cortó mi cabello! Yo no le hice nada.

La profesora soltó un fuerte suspiro y volvió a acercarse a la rubia para llevársela de la habitación.

Tan pronto logró sacarla y solo quedamos tres personas en la cabaña, Priya se echó a reír.

—¿Qué te da risa? –Soltó Rosa cruzándose de brazos. —¿Molestar a Emma no te fue suficiente? ¿Vas a comenzar a meterte con el resto?

—Oh, vamos, solo es cabello –sonrió. —Ella también ha tratado de molestarme.

—No puedo creer que en serio consideraste volverte su amiga –me habló la albina.

La castaña volvió a soltar otra risa.

—Yo también creí que seríamos amigas, pero tu actitud egoísta, arrogante y vanidosa solo demuestran que Debrah tiene razón contigo.

—¿Sigues haciéndole caso a Debrah? –Suspiré. —Cuando te des cuenta en que estás del lado equivocado va a ser demasiado tarde...

—Él único que está del lado equivocado es Armin, no puedo creer que haya caído tan bajo como para salir contigo.

—¿Eras mejor opción tú? –Solté.

Ella frunció su ceño y cruzó sus brazos.

—Te prometo que no tengo nada contra tí –seguí hablando. —Como dijo Rosa, en verdad sigo creyendo que tú y yo podríamos hacer las pases, dejando de lado todo lo que hiciste, creo que eres una chica agradable, en verdad me gustaba salir contigo –le sonreí. —Pero si sigues creyéndole a Debrah, vas a hundirte con ella.

—Tú no sabes nada de Debrah.

—La conozco antes que tú –suspiré. —Y solo hace falta cuestionarla un poco para entender que nada en su argumento tiene sentido.

Ya No Soy Aquella - CDMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora