Ya No Soy Aquella - CDM

Capítulo 11: Te odio.

—Vengarse es algo malo. Solo alimentas el rencor que tienes guardado, no podrás sanar nunca así.

—L-Lo sé... –Balbuceé mientras caminabamos. —¿Pero no crees que es algo injusto que solo parezca que los más afectados seguimos lidiando y cargando con ese peso?

—¿A qué te refieres? –Me preguntó el peliblanco observándome de reojo.

—Debrah simplemente fue expulsada, probablemente se mudó de ciudad y ahora está viviendo su vida como si nunca hubiese hecho nada... –Suspiré. —Eso me frustra un poco...

—Pero entonces solo deberías vengarte de ella, ¿no?

Yo me quedé en silencio.

—¿Puedo contarte algo? –susurré tras unos minutos.

Lysandro asintió levemente.

—La otra vez Castiel trató de que habláramos...

Este se quedó en silencio, esperando a que yo siguiera hablando.

—No me siento cómoda pensando en hablar a solas con él –susurré. —Creo que... Si hubiese alguien de quien quisiese vengarme, definitivamente sería él.

—Creo que sería mi primera opción también –rio.

—¿Verdad qué si? –Murmuré. —Con tan solo escuchar su nombre, me dan ganas de golpearlo en la cara.

—Deberías golpearlo cuando lo veas de nuevo.

Yo solté una pequeña risa.

—Pero hablando en serio...  Siento casi como un dolor en el pecho cada vez que lo veo... Y me siento mal, porque sé que debo y en serio necesito escuchar lo que quiere decirme, pero me da miedo...

Lysandro bajó el ritmo de sus pasos.

—Suena tonto, lo sé –reí. —Lo siento por abrumarte así, me da demasiada pena contarle esto a Nath –suspiré.

—No suena ni es tonto –soltó este tras unos segundos. —Castiel y tú eran muy cercanos. Yo también me siento así cuando pienso en él...

—Pero hoy en la mañana pudiste hablar con él, yo no sé si me atrevería a pasar ub segundo con él.

—El proceso de perdonar o incluso sanar una herida es diferente para todos –dijo mientras daba un gran suspiro. —No deberíamos compararnos...

Yo solo me quedé en silencio.

—Aparte, llevas recién una semana en la escuela, yo no me he apartado nunca de aquí –me sonrió. —No debes presionarte a querer arreglar todo ahora. Todo toma su tiempo.

—Lo sé –susurré.

Lysandro siguió avanzando.

—Me alegra poder hablar contigo –susurré mientras nos deteniamos justo afuera de mi casa. —Con Nathaniel no me atrevo a hablar de esto –reí.

—Pensé que eran mejores amigos...

—Lo somos –sonreí. —Pero Nath lidia con demasiados problemas, no me gusta abrumarlo con simples pensamientos.

Este llevó su mano a su mentón.

—Deberías priorizar un poco más lo que sientes.

—Shh... –reí.

—En todo caso, ya somos amigos de nuevo, así que si necesitas a alguien con quien desahogarte, sabes que puedes contar conmigo.

La razón principal por la que había decidido volver a acercarme era esa. Con Lysandro siempre habíamos sido muy buenos amigos, a difet9de Nathaniel, con él no me sentía incómoda o un estorbo hablando de mis sentimientos, por lo que me dolía un poco perder con todo su apoyo y entendimiento.