Capítulo 54: Pijamada

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El fin de semana finalmente había llegado, y tras un largo intercambio de pros y contras, junto a Rosa habíamos decidido que al final, lo mejor que podíamos hacer era organizar una pijamada solo entre Priya, Alexy, ella y yo.

Habíamos concluído, que tener a todas las chicas en un cuarto, no solo sería antinatural —debido a que yo no me llevaba bien con la mayoría de ellas—, si no que también sería inconveniente para hacer sentir a Priya cercana a nosotras. Esto principalmente porque una habitación con tantas chicas crearía tensión en el ambiente, pues no nos teníamos la suficiente confianza ni el trato como para hacer de las conversaciones fluidas y naturales, quedaríamos estancadas en un mismo tema de conversación —o directamente no tendríamos uno— y eso haría que la reunión fuera un fracaso.

En cambio, con Alexy y Priya ya nos conocíamos, y hasta no hace mucho, salíamos seguido junto al resto de chicos. Era mucho más creíble que Rosa solo nos quisiera invitar solo a nosotros antes que invitar a todo el curso. Sería mucho más privado, cercano y nos vendría perfecto para crear ese entorno de amistad y confianza.

—Por favor, entren, entren –sonreía Rosa mientras hacía pasar al dúo.

—Wow... En la fiesta esto no se veía tan enorme –Murmuraba el chico mientras avanzaba por el pasillo.

—Si, definitivamente recuerdo esta entrada mucho más pequeña y oscura –sonreía Priya.

—La magia de la luz –bromeaba la peliblanca avanzando hacía mí.

—Oh, Emma, llegaste primero –soltó Priya al verme sentada en el sofá.

Yo, como buena anfitriona no anfitriona, me había preocupado en llegar lo más temprano posible. A eso de las tres de la tarde ya había salido de casa y me dirigía al supermercado más cercano para comprar todo lo necesario para pasar la noche. Una vez tenía todo lo que mi presupuesto había podido cubrir, había tomado un taxi y llegado a casa de Rosa para ayudarla a ordenar todo.

—Si, estaba un poco emocionada por la idea –sonreí nerviosa.

El peliazul me dio una pequeña mirada y siguió recorriendo la casa.

—¿Quieren comer algo aquí? ¿O subimos a mi habitación?

—Traje cervezas para más tarde –murmuró Priya mostrando unas bolsas. —¿Puedo guardarlas en tu refrigerador?

—Por supuesto, déjame llevarlas.

—¿Llegaste hace mucho? –Me preguntaba Alexy mientras yo me acercaba a él.

—No hace mucho –mentí. —Creí que ustedes dos iban a llegar antes.

—¿Sabías que íbamos a llegar juntos?

—Si, le pregunté a Armin si sabía a que hora ibas a salir y me comentó que ibas a reunirte con Priya.

Él se quedó en silencio. Pero cuando apenas quise retomar la conversión, las chicas volvieron de la cocina.

—Subamos –nos sonreía Rosa comenzando a subir las escaleras.

El inicio de la pequeña reunión fue algo tenso. No teníamos —o no se nos ocurrían— temas de los cuales hablar, así que a Rosa se le ocurrió romper el hielo jugando juegos de mesa. Enseguida estos hicieron que los cuatro entraramos en confianza y comenzaramos a soltarnos. Estuvimos al menos unas dos horas divirtiéndonos jugando Monopoly y Uno.

A eso de las ocho, volvimos a bajar y pedimos algo para comer. Y como solía ser tradición en las pijamadas de Rosa, apenas la comida llegó, nos pusimos a ver algunas películas de terror.

El ambiente era tan agradable, que por poco se nos había olvidado cuál era nuestro plan original. Probablemente, ninguna de las dos lo hubiese recordado de no ser porque Priya extrañamente comenzó a interesarse en temas un tanto más privados.

Ya No Soy Aquella - CDMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora