Capítulo 70: Secreto

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—¿Pero serán cabañas para toda la escuela? –Levantaba la mano Rosa.

—Si, el instituto se consiguió unos fondos y quiere destinarlo a la convivencia escolar –habló Nath, quien no había demorado en volver a retomar sus actividades.

—¿Vamos a estar con otros cursos? –Se quejó Karla. —Porque si voy a tener que compartir habitación con gente extraña, no pienso asistir.

La noticia era sencilla: El instituto había recibido una gran suma cantidad de fondos y como estaban al ojo de todos los apoderados debido a los últimos “accidentes”, el comité de convivencia escolar había propuesto usar ese dinero para realizar una actividad extracurricular. Por lo que ahora, todos en el Instituto, teníamos la posibilidad de pasar un fin de semana en unas cabañas en la playa.

—No, no, vamos a distribuirnos –intentó explicar el rubio. —Tenemos cabañas por curso.

Como teníamos tres semanas de vacaciones, cada curso se dividiría los dos primeros fines de semana. Hasta el momento, primero, segundo y tercer año irían la primera semana, y a la siguiente iríamos cuarto y quinto año. Solo debíamos confirmar cuántos alumnos asistirían.

—A mí me parece una idea muy divertida –comentó Priya mientras levantaba su mano para hablar. —Y es todo gratis, ¿Qué mejor?

—De hecho, cada curso debe organizar que comprar para comer –se apresuró en hablar Nath. —El instituto nos dará una noche de malvaviscos el viernes cuando lleguemos y el sábado por la noche una parillada, pero de los almuerzos y desayunos debemos encargarnos nosotros.

—Ah, pero eso es fácil de manejar, ¿no? –habló Alexy.

—Si, por eso deben anotarse, de ese modo el lunes podremos discutir sobre esto.

—Bien, yo me anoto –dijo Kentin alzando su mano.

—Yo igual –lo acompañó Alex.

—Bien, bien, pueden venir a anotarse en esta hoja.

Yo no estaba tan segura de si ir sería lo correcto. Sonaba como un plan divertido, sobre todo para salir de los rutinarios que iban a ser mis días de vacaciones, sin embargo, pensar en que también estaría el resto y en que debíamos estar obligados a convivir a la fuerza me desanimaba un poco.

—¿Pensando en ir? –Me susurró Armin mientras todos se levantaban para anotarse.

—¿Debería hacerlo? –Volteé a verlo.

—Mmm... –Soltó mientras apoyaba su cabeza en el escritorio. —¿Por qué no? Suena como un buen momento para que te distraigas y diviertas un poco.

Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro al oirlo.

—¿Tú irás? –Le pregunté sin quitar mi vista de sus ojos.

—Bueno... Considerando que debe ser un lugar con pésima señal, donde va a haber mucha gente, cuartos compartidos, dónde va a estar Alex... Y va a haber mucho aire libre... –Musitó.

—Si no te agrada no debes ir, de cualquier forma vamos a vernos en vacaciones, ¿no?

—Creo que va a valer la pena si estás tú ahí –me mostró sus dientes.

Enseguida sonreí de oreja a oreja.

—Tiempo juntos suena genial, ¿No? –Solté.

—Si, si, y cuando alguno de los dos se sienta incómodo, siempre podemos fugarnos para hacer algo entre nosotros.

—¿Qué vamos a hacer en la playa? –Reí.

—Llevaré mi consola –me guiñó el ojo. —Y si eso no es suficiente, estoy seguro de que vamos a encontrar la forma de pasarla genial.

Ya No Soy Aquella - CDMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora