Maldito destino

Capitulo 15: Es lluvia nada más.

ADVERTENCIA: Este capitulo, y posiblemente otros por venir, contienen spoilers de Los Miserables. Si planeas leer el libro/ver la obra/ver la película te sugiero que lo hagas antes de seguir leyendo :) Recomiendo también ver el multimedia adjuntado y si no has leído/visto Los Miserables, no sé qué estás esperando <3 Eso sería todo, disfruten la maratón de año nuevo! y feliz año a todos! :D

PD: Para las entendidas en el tema, puse escenas de la película porque soy de las que piensan que está bien hecha, y me gustaría que le dieran una oportunidad (aunque obviamente no hay nada como el musical ;) )

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Cuando llegamos al teatro, Thomas estacionó el auto en el subterráneo y salió del auto rodeándolo rápidamente para llegar a mi puerta, ofreciéndome su brazo.

-Señorita... -dijo con un fantasma de sonrisa en su rostro.

Yo le sonreí también.

Me gustaba cuando se comportaba así, tan caballerosamente y alegre a la vez. Probablemente estaba intentando menguar un poco lo tenso que fue el resto de nuestro viaje. Thomas pensaba que lo mejor para mí era estar lejos de él, pero no se hacía la idea de lo que significaba para mí. Era el mejor momento de mi día siempre, aunque sólo lo viera pasar, o dar su clase. Siempre esperaba con ansias el poder verlo. Incluso cuando me hacía pasar malos ratos. El solo hecho de verlo cambiaba mi humor. Si se alejaba de mí, o yo terminaba alejándolo... Todo volvería a ser gris e insípido.

Fui tomada de su brazo, disfrutando el calor que su cuerpo emanaba, contrastando con el frío de la noche. Había mucha gente alrededor del teatro. Probablemente esta era una de las últimas funciones de la temporada.

De pronto me di cuenta que estaba a punto de ver el espectáculo de mis sueños en vivo y una estúpida sonrisa se estampó en mi rostro. Thomas me miró intrigado.

-¿Qué sucede?

-Nada, es sólo que...- intenté explicar la cantidad de emociones que sentía-. Estoy aquí.

Su rostro se iluminó deliciosamente.

-Estás aquí –repitió feliz -. No sabes cuánto me gusta verte así.

-No sabes cuánto me gusta estar así -respondí. Había pasado por tantas cosas, pero aquí, aquí al fin era feliz, y tomada del brazo de Thomas ¿Qué podía ser mejor?

-Vamos –me animó Thomas a entrar y lo seguí.

Entramos al recinto, que constaba de un elegante hall central donde la gente disfrutaba de un cóctel previo a la obra, pero nosotros llegamos justo para el comienzo, por lo que simplemente seguimos de largo hasta el teatro. Las butacas eran antiguas, todo era hermoso, de estilo victoriano y enormemente grande. Nuestros asientos eran bastante privilegiados, estábamos a unas cinco filas del escenario, bastante céntricos. Entre el escenario y los espectadores, había en un nivel más abajo el lugar dónde se colocaría la orquesta que acompañaría el musical. Todo era perfecto.

Nos sentamos a la espera de que comenzara la obra.

Cuando las luces se apagaron y comenzó el retumbante comienzo de la primera canción explicando el trágico pasado de Jean Valjean, sentí mi corazón en la garganta. Las fuertes y profundas voces del coro resonaban en mi pecho, mientras contenía la respiración. Este era mi sueño haciéndose realidad.