Esa iba a ser la primera vez que iba a ver a Thomas desde nuestro encuentro en su oficina hace un par de días, no estaba segura de cómo iba a ir, pero debía cumplir con la asistencia de su clase, por lo que estaba obligada a asistir.
Lily me miró con expresión comprensiva.
–Hey, tú tranquila –decía mientras nos encaminábamos a nuestros puestos de siempre–. Soy tu excusa ¿Recuerdas?
Yo sonreí. A fin de cuentas, era bueno tener una aliada. Había hecho bien en contarle a Lily acerca de Thomas.
–Claro –contesté.
Steven estaba sentado al final del salón, al verme no hizo ademán de acercarse, pero sí cambió su postura incómodo. Yo lo ignoré. Quizás me había pasado un poco de la raya con él, pero, aun así, él se lo buscó.
Una estúpida sonrisa se plantó en el rostro de Lily mientras levantaba la mano para saludar un chico que se sentaba al lado de Steven. Así que ese era Bernard. El chico era alto, tenía un poco de acné en el rostro, sin embargo, su mirada era tierna. Inspiraba confianza, por ahora. Más le valía que no le hiciera daño a Lily, si no se las tendría que ver conmigo, y le tocaría mucho peor que a Steven. Bernard la saludó también desde lejos y le sonrió como idiota. Al menos eso era mutuo.
–Señoritas...–dijo una voz gruesa a nuestras espaldas, su voz.
En seguida mis músculos se tensaron, me giré para verlo, al igual que Lily, quien aprovechó el movimiento para tomarme del brazo en un gesto ridículamente protector. Thomas frunció el ceño extrañado ante aquel gesto, pero luego se volvió a dirigir a mí.
–Me quedé esperando su respuesta, señorita Green –dijo cauteloso, aunque lo disimulaba bastante bien. No supe qué responderle ya que me pilló de sorpresa, sin mencionar que tenerlo al frente automáticamente me ponía en modo imbécil–. Es mucho más elocuente vía e-mail –agregó disfrutando el momento.
Yo me sonrojé y un amago de sonrisa apareció en su rostro. Lily carraspeó, distrayendo a Thomas.
–Tomen asiento, por favor –ordenó de pronto volviendo a su papel de profesor, nosotras obedecimos.
–Eso no estuvo tan mal –susurró Lily mientras nos sentábamos, yo asentí en respuesta.
Se dirigió hacia su puesto, dejando sus cosas sobre él y apoyándose sobre su escritorio. Estaba increíblemente guapo. Llevaba pantalones color beige y una camisa clara, sobre la cuál llevaba una chaqueta azul oscuro. Se acomodó los lentes y acarició su mentón con los dedos mientras me lanzaba una rápida mirada. Estaba un poco nerviosa, algo me decía que esta no sería una clase ordinaria, algo estaba pasando. Parecía estar pensando en cómo comenzar la clase. Todos guardamos silencio esperando que dijera algo. Luego de un par de minutos en los que sólo se quedó ahí, pensando en silencio, finalmente alzó la vista hacia la clase.
–Chicos, debo pedirles disculpas.
Silencio absoluto. Todos se lanzaron rápidas miradas entre sí, confundidos y expectantes.
¿De verdad iba a hacer eso ahí, frente a todo el mundo? Es decir, sí, quería que se disculpara, pero esto...
–Estas últimas clases me he comportado como un idiota, he sido muy poco profesional, incluso he ofendido a algunos de ustedes, víctima de un arrebato –dijo mirándome. Yo me encogí mientras sentía cómo se encendía mi rostro–. Lamento sinceramente lo ocurrido, no volverá a suceder –me sostuvo la mirada. De pronto, y a pesar de que el salón estaba lleno de ojos curiosos, sentí que hablaba sólo conmigo. Estaba siendo sincero. Fruncí mis labios en una sonrisa reprimida, como señal de que aceptaba sus disculpas. Podría jurar que una de las comisuras de su boca se curvó hacia arriba, en un gesto de alivio. Una dulce sensación me abrazó el corazón. Luego volvió a dirigirse a todos–. Este es mi primer empleo como profesor de planta. He estado un poco nervioso, no se los voy a negar, pero no es excusa para mi comportamiento. Por lo que sinceramente lo lamento, y les pido que empecemos desde cero.
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Maldito destino
RomansaMailen es una chica que ha pasado por momentos difíciles, y está dispuesta a hacer cualquier cosa para que su pasado permanezca en secreto. Sin embargo, el destino tiene preparado para ella un camino lleno de baches y de sorpresas que le harán todo...