Capitulo 17: Imprevisto.

1.2K 109 16
                                    


Ya eran las una y media de la madrugada cuando salimos del restaurant. Sentía que caminaba entre nubes de algodón. Nunca jamás olvidaría esa noche, había sido perfecta. No tenía idea de qué iba a suceder ahora que habíamos aceptado el hecho de que había algo entre nosotros ¿Qué podíamos hacer? No importaba cuanto lo ignoráramos, el próximo lunes seguiría siendo mi profesor. Sin embargo, sentía un apoyo, un piso firme. Ya no era mi imaginación, era la realidad. Thomas y yo nos deseábamos, y saber que no era sólo yo la que se sentía así, me hacía sentir ridículamente segura. Por lo menos, lo que sea que sucediera ahora, lo enfrentaríamos juntos.

Llegamos a su auto y cuando puse mi mano sobre la manilla para abrir la puerta, Thomas colocó su mano sobre la mía, evitando que cumpliera mi tarea. Volteé y el atrapó mis labios en un rápido movimiento, besándome desesperadamente. Me tomó un poco más fuerte del cabello, haciendo que levantara mi cabeza, dándole el ángulo perfecto para invadir mi boca con su lengua. La mano que tenía sobre la mía, atrapó mi muñeca y la pasó tras mi espalda, alcanzando mi otra mano, uniéndola a su prisión. Me tenía totalmente a su merced. Me besaba apasionadamente, estaba completamente inmovilizada, mi espalda contra su auto, su cuerpo aprisionándome. Estaba en las nubes, nunca jamás me había sentido así, tan vulnerable y extasiada a la vez.

Hizo una pausa para tomar aire mientras apoyaba su frente contra la mía. Jadeaba erráticamente, al igual que yo.

–Tengo ganas de hacerte tantas cosas, Mailen Green–susurró sugerentemente muy cerca de mis labios, mientras yo me derretía ante él. Quería que me hiciera lo que quisiera–. Pero no será ni aquí ni ahora.

Casi hice un mohín ante su decisión. Estuve a punto de protestar, pero mi yo interior me cacheteó mentalmente para que reaccionara. Estaba en medio de un estacionamiento ¿Qué estaba pensando?

Se separó un poco de mí y abrió la puerta, esperando a que subiera. Lo miré y él me dedico una media sonrisa. Este hombre me iba a matar. Entré al auto y él lo rodeó para entrar a mi lado. Encendió el motor y partimos. Era hora de volver a la realidad, en un par de horas más llegaríamos al territorio donde no podíamos estar juntos, donde sin importar cuanto lo deseáramos, debíamos mantener la distancia.

Miré mi celular, tenía un mensaje de Lily, desde antes de la obra, en el que me avisaba que llegaría al día siguiente en la mañana. Bueno, en realidad, en unas horas más ¿Qué le diría a Lily? Estaba segura que se enfadaría, pero quizás al final lo aceptaría, al verme tan feliz. Así me sentía, totalmente feliz, como nunca me había sentido. Thomas tenía el poder de borrar todo lo malo, y llevarme al cielo como si nada.

Si lo pensaba, Thomas tenía mucho poder sobre mí, manejaba mis emociones como quien maneja una bicicleta. Me había hecho llorar tan fácilmente hace unas semanas, llevándome cuesta abajo y ahora me tenía en el cielo, sin ni una intención de bajar. Eso me hacía pensar, ¿Tendría yo también poder sobre él? Recordé cuando le dije que era solo mi profesor, para que me dejara en paz. Sé que le afecto, pude verlo en la expresión de su rostro. Pero también recordé su felicidad cuando le dije que sí a nuestra cita. Quizás sí tenía algo de poder. Era como si de alguna forma, dependiéramos el uno del otro.

Suspiré. Era un peligro depender de alguien, hasta ahora estaba bien por mi cuenta, pero desde que Thomas entró en mi vida, todo se volvió un completo caos. Era más difícil, pero a la vez, más excitante.

–¿En qué piensas?–Thomas interrumpió la corriente de mis pensamientos.

Tenía la vista pegada en el camino.

–En qué haremos ahora–confesé.

Thomas hizo una mueca.

–¿Qué quieres hacer tú?–Me preguntó cauteloso.

Maldito destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora