Capitulo 16: En perfecto estado.

1.4K 126 17
                                    


Fuimos a un restaurant cercano al teatro. Ya era tarde, probablemente cerca de la media noche, pero la hora daba igual. No quería que esta noche acabara.

–Adelante–Me invitó Thomas mientras sostenía mi silla para que me sentara.

Me senté y observé el lugar. Era bastante íntimo, las luces bajas, pero algunos pilares adornados con redes de delicadas luces pequeñas, dándole un ambiente mágico. Las mesas, cubiertas de blancos manteles, rodeaban un espacio vacío que supuse que luego sería de baile. Había una pequeña tarima donde un grupo de música tocaba algunos covers de canciones suaves. Era un grupo sencillo, conformado por un piano de cola, un chelo, una guitarra y una cantante, todos vestidos de gala. El lugar era acogedor pero elegante. Perfecto.

–Es hermoso –comenté sin dejar de mirar alrededor. Thomas se sentó frente a mí.

–Lo sé, Jeremy me lo recomendó –dijo y una tierna expresión apareció en su rostro.

–Se ve que tienen una hermosa relación –observé mientras se acercaba el mesero con la carta.

–Bueno, hemos pasado por muchas cosas juntos –comentó ausente mientras nuestra conversación se veía interrumpida por la llegada del garzón.

Fruncí el ceño a Thomas, mientras el chico comenzaba a hablar de los platos y vinos de la casa, y él se fijaba en la carta ¿A qué se refería? Si lo pensaba, apenas sabía nada de la vida de Thomas, sólo sabía que era antropólogo y tenía un hermano menor, nada más. Hicimos nuestro pedido y el chico se fue. Yo me incliné un poco sobre la mesa.

–¿Por qué no me cuentas un poco de ti? –pregunté curiosa. 

Él me observó algo sorprendido. Por un instante sentí que se invertían los papeles, y ahora era yo quien lo interrogaba. Un fantasma de sonrisa destelló en su rostro y supe que pensó lo mismo que yo.

–Está bien –contestó apoyando los codos sobre la mesa y tapando su mentón con las manos entrelazadas, mientras pensaba en cómo comenzar.

El mesero llegó con el vino y lo sirvió silenciosamente, mientras él pensaba en silencio. Cuando el chico se fue nuevamente, no pude soportar más el silencio.

–Comienza desde el principio ¿Cómo fue tu infancia? –Lo ayudé.

–Hmm... Creí en New Hampshire, con mis padres y Jeremy –comenzó lentamente-. No recuerdo mucho de mi infancia, pero sé que fue buena. Mi madre era muy dulce, y mi padre algo tosco y conservador –Hizo una pausa breve mientras acariciaba el borde de su copa de vino–. Mi madre murió cuando yo tenía 16 años de un cáncer terminal, que le descubrieron pocos meses antes de su muerte –Me llevé la mano a la boca para ahogar un jadeo. No me esperaba eso. Él me observó rápidamente–. Está bien, en serio, en parte ya lo superé. Me consuelo con que aproveché mucho su compañía mientras pude, era muy cercano a ella, ya que mi padre siempre fue más frío–continuó y tomó un sorbo de vino. Yo lo observaba en completo silencio–. Para Jeremy fue más complicado... No sé si lo notaste, pero Jeremy tiene otras preferencias –dijo y me miró para tantear terreno yo fruncí el ceño ¿A qué se refería?–Jeremy es gay –alcé las cejas con asombro, la verdad no lo había notado. Negué con la cabeza. Él sonrió suavemente–. Su etapa de descubrimiento personal, fue más o menos en la misma época en que mamá nos dejó. Yo siempre sospeché que Jeremy era distinto, cuando me lo confesó, no me llevé ninguna sorpresa. Por supuesto que lo apoye, el problema era nuestro padre–Su semblante se ensombreció mientras seguía acariciando ausentemente la copa de vino–. Cuando se enteró, se encolerizó. Le gritó cosas horribles, Jeremy estaba destrozado. Lo echó de la casa cuando apenas tenía 15 años, yo a esas alturas ya estaba terminando la secundaria. No quiso saber nada más de él, lo echó con lo puesto–Sus ojos estaban vacíos, su mente en otra parte-. Yo me enfrenté a él, le pedí que lo aceptara, por mamá, pero él no me escuchó. Siempre fue terco y llevado a sus ideas, arisco como nadie. Cuando mamá murió, esos rasgos empeoraron. Por supuesto que negó a Jeremy, y yo, como no podía permitir que mi hermano estuviera sólo, me fui con él –Tomó otro sorbo de vino.

Maldito destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora