Capítulo XXII. Cuidaré de ti.

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— ¿preguntas por SeHun,mh? —susurro al oído ajenos, mientras estaba tras de el con las manos en su bolsillo —

— sintió un escalofríos, siempre le causaba eso — no se de me hablas JongIn —murmuró desviando la mirada nervioso —

— Esta enfermo, esta en casa —se alejó sonriendo de medio lado — el es pésimo cuidandose sólo, pero nunca pedirá ayuda, nos vemos. — se despidió con la mano alejándose y perdiéndose entre los alumnos —.

Jun trago saliva mirando como se alejaba.

"No vayas a hacer una tontería, no vayas ha hacer una tontería".

Y ahí estaba, fuera de la pensión parada teniendo un debate mental por haberse saltado las clases y haberse salido de la escuela para sólo ir a ver si realmente SeHun estaba enfermo.

Suspiro, ya estaba ahí, y no perdía nada en ver si estaba —bueno, realmente perdería muchas cosas en el sentido emocional — y ver si podía ayudarlo en algo.

Entró, estaba completamente en silencio y olía a limpio, miro a todos lados y no había nadie, ni un alma.

Camino en puntillas, como un ladrón en casa robando —ni modo que jugando — hacia el segundo piso, para después subir hasta el tercer piso.

Se detuvo frente aquella puerta color café oscuro, realmente ya ni estaba segura de que si estaba bien o no, estar ahí.

"El nunca se preocupa por mi. . .  ¿Porque debería yo hacerlo?"

Tomo el pomo de la puerta, y lo giró de forma lenta. Un pequeño chillido sonó al entre abrir un poco la puerta.

Fruncio un poco el ceño al darse cuenta que estaba sola la habitación; entró y comenzó a maldecir en silencio a JongIn.

'Seguro es una broma de aquel negro. .  . Ahg, maldito, me las pagará'

Suspiro caminando hacia la ventana, la calle estaba tranquila y un tanto fresca.

— ¿Que haces aquí?

Se congeló al escuchar aquello tras su nuca, esta vez no era un aliento fresco, si no un tanto caliente; a la vez, era demasiado ronco, pero sentía bien que solo aquella voz como muchas veces anteriores, le daban demasiado miedo.

Giro y se encontró con el, aunque quedó más sorprendida al mirar como se veía. El cabello era un desorden fenomenal, parecía un nido de pájaros —deberíamos decir que el siempre andaba muy bien peinado — su nariz estaba completamente rojo y sin olvidar que tenía unas ojeras que sin duda se veían mejor las que el panda de Tao tenían, y no olvidemos mencionar que llevaba puesta una pijama de conejos con moños rosas.

— ¿pe-pero que te paso SeHun? —balbuceo sin dejar de mirar a aquel chico —

— fruncio el ceño más, la tomo de la muñeca y la jaloneo un poco — te pregunté ¿que haces aquí? —volvió a cuestionar, pero esta vez, una tos seca se escapó de sus labios, soltando a la más baja para cubrirse la boca —

— Te ves. . . Muy mal —murmuró alejándose un poco y escaneadolo una vez más — realmente si estas enfermo.

— ¿Mh? ¿quien te dijo que. . .? ah espera. . . Ese maldito de JongIn, seguro fue el. Ya me las pagará. —murmuró apretando sus manos hasta caminar a su cama, para acostarse y darle la espalda a la presente — si viniste a ver que estaba enfermo, ya viste que si, puedes irte.

— ¿¡Ah!? —lo señaló un tanto alterada — ¡ni creas que vine a ver como estabas! ¡so-sólo vine porque se me olvidó un libre!  —chasqueo la lengua — ¿crees que yo me voy a preocupar por alguien como tu? Por favor.

Roommate House. » EXO «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora