Dave's POV:
El camino de regreso fue completamente silencioso. Por un lado eso era bueno, tuve tiempo suficiente como para pensar en todo lo sucedido en las semanas que había pasado encerrado en aquel motel con Ary. Sentí una punzada de tristeza al darme cuenta de que ya no la vería todos los días. Dejé que aquel extraño sentimiento desapareciera al recordar lo que ella me había ocultado.
Aún no estaba seguro de si era lo correcto confiar en ella y creer en lo que me había dicho. Así que me limité a esconder el zafiro lo mejor que pude.
Cuando ya estabamos lo bastante cerca de mi casa como para pensar que la suya no estaría tan lejos, pregunté.—¿Por dónde?
—¿Qué?—Ella me miró confundida. Casi todo el camino estuvo mirando por la ventana con lágrimas en los ojos, pensando en no se qué.
—¿Dónde es tu casa?—especifiqué.
—¿Me llevarás a casa?
Me sentí casi ofendido al ver su expresión de sorpresa. ¿Enserio creía que la iba a dejar en medio de la nada para que regresara ella sola en la oscuridad de la noche? Lo cierto era que el camino era bastante largo, así que ya eran las tres de la madrugada cuándo llegamos ahí.
—¿Dónde esperabas que te dejara?
—No...no lo sé.
—¿Dónde es tu casa?—repetí, comenzaba a perder la paciencia.
Ella me indicó una dirección y me fue dirigiendo conforme avanzábamos. El camino se iba haciendo cada vez más angosto, las calles estaban llenas de basura y de gente nada agradable a la vista.
Un hombre de cabello y barba larga, se acercó al coche y comenzó a golpear lo vidrios. Noté en sus ojos lo drogadísimo que estaba y aceleré. En el asiento junto a mí, Ary escondió una risita.—¿De que te ríes?—me giré para mirarla, mi tono de voz era agresivo y me arrepentí de haberlo usado así, sin embargo, ella me miró con ojos pícaros y divertidos.
—Tienes miedo—afirmó.
—Claro que no tengo miedo—le reproché sin saber del todo si era verdad.
—Las cosas son así siempre por aquí, es peor cuando vas caminando, créeme—volteé a verla pero ella se había girado para mirar por la ventana otra vez.
Las calles estaban casi vacías, a excepción de hombres—y algunas mujeres—borrachos y drogados tirados en las aceras.
Seguimos avanzando y yo no veía la hora de llegar, dejarla y largarme de ahí.
La última calle antes de llegar a su casa estaba llena de chicas vistiendo ropas extremadamente cortas, pegadas, y provocativas.
Las mujeres se abalanzaban al coche conforme pasábamos, enseñando su piel desnuda. No es algo que no hubiera visto nunca, pero sentí una punzada en el estómago y aceleré nuevamente después de asegurarme que los seguros estaban puestos. Ary estalló en carcajadas.—¿Qué?—pregunté nervioso.
—Son sólo chicas, no muerden—contestó antes de volver a reir.
—¿Enserio vives por aqui?—me costaba creer que alguien tan tierna como Ary viviera en un lugar como ese.
—Sí, justo en esa casa de ahí—señaló una casa blanca que parecía ser de un piso. Aquella casa era del tamaño de mi habitación. Era fea, estaba despintada en algunos lugares y podía ver los ladrillos debajo. La puerta parecía ser de madera muy vieja, y las ventanas estaban rotas.
—¿Esa es tu casa?—traté de que mi voz no expusiera demasiado desagrado, sin embargo fallé.
—No todos tenemos tanto dinero como tú—contestó Ary, enojada. Rodó los ojos y bajó del coche malumorada—Adiós Dave.
Algo en mí se estremeció. De alguna manera me sentía culpable por dejarla en aquel horrible lugar sola.
—Espera—comenté antes de que siguiera caminando—¿Estarás bien?
Algo lindo apareció en su mirada por unos segundos, pero desapareció inmediatamente.
—¿Ahora te importa?—preguntó sarcásticamente.
Siempre me ha importado, pensé. Pero sacudí aquel pensamiento sin saber de donde salió.
—Sólo quería asegurarme—contesté recobrando la compostura—Está muy feo por aquí—miré a mi alrededor corroborándolo.
—Estaré bien—volvió a rodar los ojos y caminó hacia la puerta de la casa.
Me sentía inseguro, cómo si en ese horrible lugar fuera a pasarle algo malo y yo fuera el responsable por llevarla hasta ahí. Esperé a que entrara a su casa, pero ni así me sentí muy seguro.
En cuánto entró, una luz se prendió e iluminó las ventanas, dejándome ver que había tras ellas, a pesar de encontrarme a cierta distancia, logré ver lo que pasaba.Había un hombre en el sofá, estaba desnudo, encima de una mujer—parecía ser una de las que vimos anteriormente en la calle—también desnuda. Aparté la mirada asqueado. Pero luego recordé a Ary. Ella acaba de entrar ahí.
En ese momento la vi. Acercándose al sofá para luego alejarse. Al verla, el hombre se levantó, y se puso unos pantalones que estaban tirados en el suelo.
Se acercó a Ary y comenzó a gritarle. No logré entender sus gritos hasta donde estaba estacionado, pero sí escucharlos.
La mujer se levantó del sofá y recogió un vestido color morado brillante del suelo para ponérselo, parecía realmente asustada.
Pero no más que Ary, aún de lejos noté en su cara una expresión que rompió algo en mí.
No estaba asustada, si no aterrorizada. Comencé a enfurecerme poco a poco, pero intenté controlarme. De pronto, toda mi ira explotó.
El hombre había golpeado a Ary en la mandíbula, tan fuerte que ella cayó al suelo y dejé de verla. En ese momento no supe que hacer, de pronto me estaba clavando las uñas en las palmas de las manos y me sangraba la mejilla por dentro, debido a tanto que apretaba los dientes.
Vi como el hombre volvía a golpearla y a patearla. Y sin pensarlo más, bajé del coche.
Entré a la casa y ahí estaba ella, tirada en el suelo, sangrando y posiblemente inconsciente. Verla así sólo logró que mi odio creciera aún más. El señor estaba parado frente a mí, se había detenido al verme entrar. La otra muchacha llevaba puesto su vestido morado y me miraba aterrorizada, desde atrás de él.—¿¡Quien demonios eres tú!?—gritó él en mi dirección y a pesar de encontrarse a varios metros de mí, noté el penetrante olor a alcohol.
Sin pensarlo dos veces lo golpeé fuertemente, la chica detrás de nosotros, lloraba y gritaba asustada. Ary seguía tendida en el suelo.
Él era más alto que yo, y era bastante gordo, por lo que me costó un poco de trabajo y varios golpes derribarlo. Pero el hecho de que estuviera ebrio me facilitó las cosas. En cuánto el hombre estuvo tirado en el suelo, sangrando e inconsciente, levanté a Ary en brazos y la saqué de ahí.Al parecer había perdido la conciencia, pero respiraba. La acosté en el asiento trasero de mi auto y llamé a la policía, al mismo tiempo que conducía a toda velocidad hacia el hospital.
¡Hola! Gracias por leer. Ya pronto acabarán mis vacaciones así que no podré subir tan seguido, pero aún tengo tiempo y espero actualizar lo más posible. Espero que disfruten la historia. Por favor voten y comenten :)
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•Desire• (TERMINADA)
Romance"Nunca creí enamorarme de él y él nunca creyó enamorarse de mí" Tres reglas, la tercera de ellas, la más importante: Regla #3: Nunca, bajo ninguna circunstancia, te acerques a él. Pero, ¿que no las reglas están para romperse?