Capítulo 23

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Dave's POV:

—¡¿Por qué demonios hiciste eso?!—grité cuando Matt me intentó explicar lo que había pasado.

—Lo siento Dave, no quería meterte en problemas, no creí que te fueran a buscar—contestó Matt nervioso.

—Conmigo no juegues—lo señalé con un dedo amenazador—Ni siquiera somos amigos y te he salvado la maldita vida dos veces, la próxima no te será tan fácil.

—De verdad lo siento—repitió.

Sin decir más, agarré mi mochila y salí de aquel oscuro estacionamiento. Tenía otros asuntos que resolver.

Llegué a casa y mientras subía las escaleras hacia mi habitación, la voz de Chris sonó a mis espaldas.

—Dave—me llamó, rodé los ojos antes de ir con él—Hola, hijo.

No contesté, él carraspeó y siguió hablando.

—El día de hoy vendrán unos hombres muy importantes de una compañía muy importante—noté que no decía nombres, como si yo no comprendiera los negocios—Así que necesitas vestirte muy elegante porque cenarás con nosotros. Quiero que crezcas para ser un gran hombre de negocios, y escuchar nuestra plática servirá de algo.

Lo vi con cara de pocos amigos.

—Gracias por tu interés en mí, pero yo no estoy interesado—le dirigí una sonrisa sarcástica y me di media vuelta.

En ese momento escuché como la silla en la que estaba sentado Chris se arrastraba hacia atrás y él me detenía por el hombro.

—Dave...—lo miré de reojo, sonaba dolido—Enserio lo intento hijo, tal vez deberías ser más condescendiente.

—De todas las personas en esta tierra—dije al voltearme para mirarlo a los ojos—tú eres el menos indicado para sermonearme sobre ser condescendiente—lo miré furioso.

—Hoy en la noche—concluyó con la tristeza reflejada en los ojos—Deberás usar corbata, no permitiré que faltes, si lo haces, habrá serias consecuencias.

Mi padre sabía cuánto odiaba las corbatas. Pero yo estaba al tanto que si no hacía lo que él me ordenaba, las consecuencias serían reales, de eso no tenía duda.
Me solté bruscamente de su agarre y subí a buscar una horrible corbata para ponerme esa noche.

Elegí una roja y una amarilla, ambas eran horribles e igual de incómodas. Bajé al cuarto de lavado. Era algo que nunca en mi vida había hecho, pero sabiendo que Ary estaba ahí, no tuve ningún problema.
Abrí la puerta al escuchar la inconfundible risa de Ary al otro lado, en cuánto entré, ella y la chica que se encontraba a su lado se callaron y me miraron expectantes y un tanto preocupadas.

—Hola—dije—Sólo venía porque necesito que laves esto—le enseñé ambas corbatas, la roja con una mancha en la esquina, y la amarilla llena de polvo.

Noté que sólo me había dirigido a Ary, y aunque la otra chica me miraba fijamente, no podía despegar mis ojos de los de Ary, eran demasiados verdes en ese momento, cómo si algo los hubiera encendido, su rubio cabello también brillaba. No pude evitar pensar lo bien que se veía. Incluso noté que el uniforme de la servidumbre parecía tierno en ella.

•Desire• (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora