Ary's POV:
Al volver a la habitación después de ducharme, Kit no estaba ahí. Me senté a esperarlo, sin embargo desperté al día siguiente con el cuello torcido por la incómoda posición en la que me había quedado dormida. Salí de la habitación un poco mareada y con la nariz picándome, había sido mala idea dormir en un cuarto con el olor a pintura tan penetrante. Ninguno de los chicos estaba en casa.
Aproveché la oportunidad para ir a aprender sobre mi nuevo trabajo. Comí algo ligero y me dirigí a la tienda de pintura, donde el mismo viejito de la vez pasada me esperaba.
—¡Has vuelto!— exclamó cuando sonó la campanilla indicando mi entrada.—Temía que te hubieras arrepentido.
—Por supuesto que no Señor.—hice una inclinación de cabeza.
—Llámame Bob. Ven, te enseñaré todo lo que tienes que saber.
Seguí a Bob a través de la tienda y en un rato ya estaba yo sola atendiendo el lugar. No era nada difícil, simplemente vender pintura, y había más clientes de los que hubiera creído. Ya que el lugar se encontraba en la frontera dónde se dividían las clases sociales, recibí clientes de ambos lados. Fue un buen primer día, sin embargo, regresé cansada y cuando ya había oscurecido.
Entré en silencio a la casa con miedo de despertar a alguien, pero las luces estaban prendidas y Lucas y Tadeo se levantaron de su silla de un salto cuando me vieron.
—¡Ary! ¿Dónde has estado?—exclamó Lucas.—Te hemos estado buscando como locos. Kit salió hace tres horas a buscarte.
Y entonces recordé que no mencioné nada sobre mi nuevo empleo, me había concentrado en Kit y ni siquiera le había contado sobre aquello, me sentí un poco mal al principio, pero recordé la noche anterior con Kit y la culpa se desvaneció un poco.
—Estoy bien, estaba trabajando.
—¿Trabajando?—inquirió Tadeo.
—Sí, lamento no haberlo dicho antes, conseguí un empleo.
—¿Qué? ¿Cuándo?
—Hace unos días.—me encogí de hombros, restándole importancia.
—¿Cómo es eso posible? Yo llevo semanas buscando y aún no encuentro nada.—se quejó Tadeo.
—Supongo que se me da bien esto de encontrar empleo.
—¿Por qué no nos dijiste nada? ¿O al menos a Kit?— la voz de Lucas sonó más como un reclamo que como una pregunta.
—Miren chicos, estoy cansada ¿sí? Lo único que quiero y necesito ahora es dormir. No sé por qué no se los dije, creo que simplemente lo olvidé.—comencé a caminar hacia mi habitación.
—¿No vas a esperar a Kit?
—Seguro no tardará mucho.
—¡No puedo creerlo! Él salió a buscarte, está preocupado por ti y tú actúas como si no importara.—gritó Tadeo, me volteé para mirarlo, estaba rojo del enojo.
—No es que no importe ¿sí? Yo no le pedí que fuera a buscarme.
—¡Lo hizo por qué te ama!—se acercó a mí con gesto amenazador y Lucas lo detuvo por detrás.
—¡Él no me ama!—fue todo lo que pude decir, tenía las lágrimas al borde de mis párpados, aquella frase parecía haber salido por alguien que no era Kit, por alguien con los ojos azules como el zafiro. Alguien que realmente no me amaba.
¿Por qué había vuelto a mi mente tan repentinamente? Tal vez la posibilidad de que Kit realmente me amara, de que hubiera salido a buscarme, de que ahora yo actuara como si no me importara y nunca lo hubiera hecho. Tal vez todo siempre me conduciría hasta él.
—Solo piensas en ti, eres egoísta y malagradecida.—dijo en voz más baja. Esta vez me volteé y me dirigí a mi habitación sin voltear atrás.
Pasaron aproximadamente dos horas más antes de que la puerta principal se abriera con un estruendo y las voces de Lucas y Tadeo le explicaran a Kit que yo estaba bien, que había encontrado un empleo, y que me encontraba encerrada en la habitación.
Silencio. Después sus pasos acercándose, y por último, la puerta abriéndose a mis espaldas. No dijo nada, yo no volteé. Unos minutos después se sentó a mi lado. Su cuerpo a centímetros del mío pero sin tocarme.
—¿Estás bien?—preguntó.
—No lo sé.—contesté. Toda la carga se estaba acentuando en mis hombros, no podía voltear a verlo sin sentir sus manos recorriendo mi piel de forma irrespetuosa, de una forma que nadie jamás había hecho.
—Ary...—suspiró—Lo siento, no quise...
Dejó la frase inconclusa, sin embargo yo no supe qué decir.
—¿Tienes un nuevo empleo?—volvió a romper el silencio.
—Así es. Sé que debí comentarlo, no sé por qué no lo hice.
—Esta bien. Me alegra.
Y después de eso nadie dijo nada más, minutos después Kit se despidió y dijo que se iba a dormir. Era obvio que no dormiría conmigo otra vez, así que tuve la habitación para mí sola. Me recosté en el colchón mirando al techo y luego a la pared.
No tardé mucho en levantarme y encontrar el ladrillo que descubriría la ventana. La abrí y sentí ganas insoportables de salir, me senté en el alféizar y contemplé la noche oscura y carente de estrellas. De pronto me sentí más sola que nunca, como si el peso del mundo recayera sobre mis hombros y la única persona que podía salvarme era aquella que jamás me había amado y jamás lo haría.
Gracias por seguir leyendo, hoy mismo subiré otro capítulo. Espero les guste <3
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•Desire• (TERMINADA)
Romance"Nunca creí enamorarme de él y él nunca creyó enamorarse de mí" Tres reglas, la tercera de ellas, la más importante: Regla #3: Nunca, bajo ninguna circunstancia, te acerques a él. Pero, ¿que no las reglas están para romperse?