Ary's POV:
En cuanto cruzó el umbral de la puerta, algo se iluminó en mi interior. Aunque sólo habían pasado unas semanas, parecían años desde la última vez que vi a Kit. Su anaranjado cabello me deslumbró como siempre solía hacerlo.
Al verme, no sonrió, lo cual fue raro en él, parecía preocupado. Se acercó a mí con ojos curiosos y prácticamente se abalanzó hacia mí.—¡Ary! ¿Cómo estás? ¿Dónde has estado? ¿Que te pasó? ¿Quién te hizo esto? ¿Estás bien?—Kit me bombardeó con preguntas mientras me abrazaba y me examinaba en la camilla.
—Kit, Kit, tranquilo—lo alejé de mí, dándole palmaditas suaves en el hombro—Debes dejarme hablar si quieres saber lo que sucedió.
—De acuerdo—respiró hondo, intentando tranquilizarse y se sentó en el sillón que se encontraba a lado de mi cama—Pero sólo dime que estás bien.
—Estoy bien—sonreí.
—Esta bien, tienes la palabra, pero espero que expliques todo porque tengo muchas preguntas.
—Prometo que las contestaré todas, pero déjame hablar—solté una pequeña risa y él sonrió.
—Bien—suspiré—Estuve en un motel—cerré mis ojos y apreté mis dientes ante aquella confesión.
—¿Qué?—Kit parecía atónito y no me dejó continuar—¿Qué hiciste tú sola en un motel todo este tiempo?
—Yo...no estaba sola—expliqué lentamente.
—¿Cómo...?—ahora Kit parecía triste y decepcionado—¿Con quién...?
—¿Recuerdas al hijo de señor Anderson?—Kit asintió—Surgió algo, y me tuve que marchar con él.
—¡¿Estuviste con ese hijo de...?!
—¡Kit!—me incorporé para calmarlo—Entiéndeme, él sólo me estaba ayudando.
—¿Él te hizo esto? ¡Lo voy a matar!
—¿¡Qué?!—hice una mueca—¡Por supuesto que no! ¡Te acabo de decir que él me ayudó!
—¿Ayudarte a qué?
Me detuve a pensar. Sacudí la cabeza al no obtener una respuesta concreta a su pregunta.
—Ese no es el punto ahora...
—¿No?—me interrumpió—¿Entonces cuál es el punto? ¿Acaso ya se te olvidó que gracias al él estuve en el hospital?
—No, lo sé, pero él me salvó. Yo estaba en el lugar y momento equivocados y de no haberme ido con él, no sé qué sería de mí ahorita.
—¿Te salvó de qué exactamente?
—No... no estoy del todo segura, pero...
—¡Bah! ¿Qué es todo esto Ary?—ahora parecía desesperado, ansiaba respuestas, y también las merecía.
—Lo siento mucho Kit—una lágrima corrió por mi mejilla. Él tenía razones suficientes para estar furioso conmigo, y ni aunque quisiera podía explicarle exactamente lo qué pasó, ya que ni siquiera yo misma lograba comprenderlo.
—Esta bien, Ary— se acercó a mí, más calmado que antes y me acarició las mejillas con los pulgares, llevándose las lagrimas con ellos—Comprendo que sea difícil de explicar, te daré tiempo si es lo que necesitas. Pero por favor, necesito que me expliques qué haces aquí. ¿Fue él?
—No, no, él nunca me haría daño—dije, sonando más convencida de ese hecho de lo que realmente estaba—Fue... fue mi padre.
A Kit se le pusieron los vellos de punta al escuchar aquello, pero no perdió los estribos, apretando la mandíbula me preguntó que había pasado exactamente y le expliqué todo lo que recordaba, cada detalle que llegó a mi mente.
—Y si Dave no hubiera llegado, no sé que me habría pasado—finalicé.
—Era lo menos que podía hacer, después de todo, él fue el que te dejó ahí.
—Tenía que hacerlo, él no tiene la culpa. Es mi casa, Kit, no debería correr ningún peligro ahí.
—No, no deberías—estaba serio, distante.
—Dime que piensas—pedí.
—¿Qué quieres que piense? La verdad es que no tengo ni idea de qué pensar—me miró expectante.
—Escucha—suspiré—Aún tenemos mucho de qué hablar, pero tal vez debes procesar eso primero, ya hablaremos de los demás después.
Kit asintió, era demasiado para un sólo día.
—Debo irme—dijo al levantarse—¿Te busco en tu casa?
Recordé que ahora viviría en otro lado.
—Nos vemos donde siempre—sonreí y tomé su mano. Estaba fría y dura, él me dio un apretón y me sonrió tristemente.
—Hasta entonces—dijo y se dio la media vuelta, pero antes de marcharse se inclinó y me besó, lo hizo tan rápido que no me di cuenta hasta que sus labios estuvieron sobre los míos.
Extrañaba a Kit, sus delicados brazos rodeándome y él protegiéndome, aunque siempre lo consideré mi mejor amigo, era imposible negar que había algo más entre nosotros.
Rodeé su cuello con mis brazos y le devolví el beso sin dudar.
La calidez de sus labios me envolvió y sentí a Kit en mí nuevamente, me di cuenta de cuanto lo había extrañado.
En ese momento, mientras los labios de
Kit se fusionaban con los míos, vi una silueta en el umbral de la puerta, y unos oscuros ojos azules, mirándonos fijamente.
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•Desire• (TERMINADA)
Romance"Nunca creí enamorarme de él y él nunca creyó enamorarse de mí" Tres reglas, la tercera de ellas, la más importante: Regla #3: Nunca, bajo ninguna circunstancia, te acerques a él. Pero, ¿que no las reglas están para romperse?