•Desire• (TERMINADA)

Capítulo 1

Ary's POV:
Kit corrió hacia mí en cuanto vio que lo esperaba en nuestro rincón de siempre. Iba sonriendo, lo cual me hizo pensar que había completado otra de sus "misiones".

—Hola nena—se sentó junto a mí y me dio un rápido beso—¿Cómo te fue hoy?—preguntó.

Kit siempre fue mi mejor amigo. Él estuvo enamorado de mí desde que éramos niños pequeños. Pero por más que yo intenté mantener lo nuestro en amistad, cuando cumplimos la edad suficiente, él dio por sentado que nuestra amistad se había transformado en algo más.
A mí no me molestaba en absoluto.
Kit era un chico bastante guapo. Alto y delgado. Su cabeza estaba cubierta por una mata de pelo rojizo, el cual me parecía muy gracioso, y tenía los ojos del color del bronce.

—Muy bien, gracias—repondí— ¿Se puede saber por qué estás tan feliz?—pregunté devolviéndole la sonrisa.

Él me guiñó un ojo y sacó su pequeño morral de tela, donde guardaba sus "ganancias", como a él le gustaba llamarlas, y sacó dos piedras brillantes de él.
Me las tendió y al tomarlas me di cuenta de que eran pendientes de diamante.

—¡Wow Kit! Esto es...

—¿Fabuloso?, lo es.

—Si pero... Iba a decir... Muy valioso.

—También lo es. Y muy costoso aparte—sonrió triunfal—¿Sabes como cuanto dinero ganaré con esto?

—Kit— hice una pequeña pausa, nerviosa por lo que estaba a punto de preguntar— ¿De dónde los sacaste?

—¡Oh vamos!—contestó, abriendo mucho los ojos—No tiene importancia.—se removió nervioso en la roca en la que estaba sentado.

Èl y yo solíamos reunirnos siempre en ese mismo lugar cuando queríamos estar solos. Únicamente él y yo lo conocíamos. No era muy grande, y por supuesto no era bonito.
Un rincón al fondo de una calle, normalmente desierta. Con sólo dos rocas que utilizábamos como asientos.

—Si la tiene Kit— lo contradije— ¿De dónde los sacaste?—repetí poniendo énfasis en cada palabra.

—Ya sabes lo que hago, y sé que no estás de acuerdo, pero es mi manera de ganar dinero y no la pienso cambiar—se cruzó de brazos.

Por supuesto que sabía que Kit se dedicaba a robar y revender. Pero había algo en aquellos costosos diamantes que me decía que no los había sacado de la bolsa de cualquiera.

—¿No piensas contestar mi pregunta?

—Esta bien—se rindió con un suspiro— Entramos a una casa.

—¿Entramos?

—Ahora trabajo con otros tres chicos. Ellos también hacen esto... Y decidieron ayudarme.

—Si, claro, ayudarte.— dije sarcásticamente.

—Ary, no te pongas así...

—¿¡Qué no me ponga así?!—estallé—¿Cómo quieres que me ponga si me acabo de enterar que entraste a una casa a robar?

—Era gente muy rica, no les hará falta. Aparte sabes que robo, eso es lo que hago.

—Es diferente sacarle algo a alguien de bolsa cuando no se da cuenta, que entrar a una casa. ¡Te pueden arrestar!