Capítulo 24

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Ary's POV:
El cuarto de Dave era muy sencillo. La cama era enorme, por supuesto, estaba cubierta con finas sábanas blancas y grandes almohadas tan voluminosas que parecían nubes de algodón.
Había un gran televisor frente a la cama, estaba puesto sobre un mueble negro con varias consolas de videojuegos y aparatos de música.
Había algunas cajoneras, una pequeña ventana y dos cuadros adornando las paredes color azúl pálido.
A la derecha de la cama se encontraba la puerta del vestidor, que a su vez, digiría al baño.
Ahí estaba Dave en esos momentos. Se había peinado y puesto zapatos de vestir, en ese momento se estaba afeitando la poca barba que tenía.

—¿Por qué me haces quedarme aquí si aún no estás listo?—pregunté fastidiada.

—Cómo si no hubieras vivido en el mismo cuarto que yo por mucho tiempo—Dave rió fuertemente.

—Dave, no vivo en este cuarto, entré porque te ayudaré con la corbata. Ahora trabajo aquí, soy tu empleada.

—Eres empleada porque quisiste serlo. Déjame recordarte que yo te ofrecí un cuarto de huéspedes primero—levantó un dedo en una sabia expresión.

Dejó de verse en el espejo y dejó el rastrillo en el lavabo.
Me volteó a ver y caminó hacia mí, se detuvo a centímetros de donde yo estaba y nos quedamos unos minutos en silencio.

—No entiendo por qué lo hiciste—dije, cuando ya no pude sostenerle más la mirada por miedo a derrumbarme.

—¿Que te haya invitado a un cuarto de huéspedes?—su tono de voz era suave, se acercó más a mí y tomó mis manos entre las suyas, obligándome a verlo nuevamente a los ojos—Me importas Ary.

No dijo nada más, sentí como me sonrojaba y cuando estaba a punto de sucumbir a sus encantos, me levanté rápidamente.

—Te ayudaré con esto—Dave me había dado a elegir entre las dos corbatas, elegí la roja sin pensarlo mucho.
Estaba parada frente a él, sin embargo era más alto y tenía que inclinar mi cabeza hacia arriba un poco para verlo bien.

Dave no dijo nada, se colocó en una posición recta de espalda y estiró el cuello. Pasé la corbata y comencé a anudarla.
Kit me había enseñado a hacerlo, había encontrado una corbata en algún extraño lugar y me explicó cómo hacer los nudos, en un día que estábamos bastantes aburridos como para hacer otra cosa.

Mis pensamientos sobre Kit se esfumaron en cuanto noté los ojos de Dave clavados en los míos. De pronto me sentí nerviosa y me comenzaron a temblar las manos. ¿Por qué reaccionaba así cada vez que me miraba? Intenté controlarme pero los temblores eran cada vez más fuertes.
La expresión de Dave pasó de la calma a la preocupación en segundos, enredó sus dedos alrededor de mis muñecas y retiró mis brazos de su cuello muy suavemente.

—¿Te sientes bien?—preguntó alarmado.

—Sí, ¿por qué?—mentí.

—Tus manos—miró mis manos, refiriéndose al temblor en ellas. Ahora me sudaban las palmas. ¿Qué me estaba pasando?

—Estoy bien, sólo...

—¿Acaso no sabes poner una corbata?—alzó una ceja con expresión juguetona.

—Si sé—contesté—Sólo me distraje, déjame terminar.

Decidida y con trabajo, terminé de ponerle la corbata a Dave. Él me tomó nuevamente por las muñecas, pero esta vez no parecía preocupado, si no como nuevo, brillante, feliz.

•Desire• (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora