1. Es un sueño. ✔

67.3K 3.3K 1K
                                    

🔆Y derrepente todo tu mundo comienza a desvanecerse lentamente y no tienes a nadie a tu lado🔆.

DESTINY

Un juego de billar.

Todo había comenzado con un maldito juego de billar, siempre en el mismo lugar.

Deslicé mis ojos color almendra por cada persona a mí alrededor. El pozo no era la mejor opción para venir a perderte del mundo. Literalmente era un mini mundo subterráneo. Mis pupilas barrieron cada punta del asqueroso sitio, estaba Chuck, el tipo que siempre armaba problemas, olía a rancio y su barba no era del tipo amistoso, luego estaba Teddy el chico veinteañero que solo venía a flirtear con las chicas. Después estaba Hennessy, quien logró obtener su apodo por su específico pedido de siempre escoger el coñac. Y al final estaba él.

No había barba ni tampoco un apodo en nombre a una bebida alcohólica, solo había misterio.

¿Te has preguntado que se siente mirar a través de sueños?

No.

Yo jamás me lo habría preguntado.

Pero, sucedió. Había soñado con ese rostro por semanas. Desde siempre. Hasta hace unos meses no me había percatado de que ese rostro siempre había estado presente en todos los años de mi vida. Yo había suprimido esos recuerdos.

Permanecí sentada en el extremo opuesto de donde se encontraba. Decir que lo acosaba no era normal, pero realmente no lo hacía, el querer saber más de él se lo atribuía a que existía ese algo que me atraía; como si estuviera destinada a desatar el caos.

Dan se dejo caer a mi lado.

—Te puede poner una orden de restricción —murmuró a mi lado con una sonrisa. Dio varios golpecitos en mi rodilla.

—Para que lo haga tengo que acosarlo —respondí.

—¿Y que es lo que estás haciendo aquí? —me preguntó mientras estiraba sus piernas. Reconocí su tono burlón—. Hemos venido aquí cada día de la semana por más de un mes, Dess, dime que es lo que estás buscando en ese tipo.

El olor a cigarrillo mezclado con sudor me asqueó. La música, con un volumen bajo pero fastidioso solo me advertía que tenía que marcharme.

Y de repente las cosas se tornaron interesantes.

—Creo que estoy a segundos de averiguarlo —repliqué.

Una chica rubia se acercó. No flirteo con él, en cambió le susurró algo al oído y una sonrisa ladeada surco en los labios de él. Sonreía con facilidad, tenía esa seguridad que irradiaba superioridad. Sin vacilar tomo los billetes de la mesa y le dijo algo a Chuck, quien no pareció contento.

Salió detrás de ella.

—Por supuesto que no.

Y de nuevo la vocecita de mi «cordura».

—Por favor, Dan —me gire hacía él. Sus ojos azules me examinaron en desacuerdo—. Solo iré a ver que es lo que hace. Puedes quedarte aquí, juro que volveré. 

Estaba siendo una pésima amiga. Lo sabía. Pero ¿cómo debías reaccionar cuando un rostro aparecía a través de tus sueños?

Se inclinó hacía mí. Apretó sus labios y se levantó haciéndome una señal de que me cuidaría cuando saliera por la puerta trasera.

El pozo era un lugar de mala muerte y cosas ilícitas, cualquiera que viera a una chica tan fuera de lugar sería presa viva, así que, ajusté con incomodidad mis pantalones negros, odiaba el negro, deje caer mi cabello y acomodé mi blusa mientras trataba pasar desapercibida en mi recorrido por llegar a la puerta de salida.

El chico de los ojos verdesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora