Mi Hermanastro | Aguslina

Epílogo

3 meses más tarde...

—No, no, señorita. —apareció mi mama detrás, quitandome la bandeja con botanas de la mano— Es tu cumpleaños y si Agus te ve moviendo un dedo, me culpará a mi.

—Mamá, los invitados quieren comer.

—Tú —frenó a Agustín que pasaba justo en ese momento— reparte esto.

—Lo que tu me pidas esposa mía —salió de ahí hasta el salón luego de darle un dulce beso.

—Ese hombre está a tus pies, mami —reí alzando las cejas.

—Igual que Agus contigo, cariño, mira que prepararte el solito esta fiesta sorpresa de cumpleaños.... —sonreímos en complicidad.

—Lo amo muchísimo, ma. Se a portado tan bien conmigo todo este tiempo que.. —suspiré— me enamora día a día.

—Ya ves.. Esos Bernasconi nacieron a medida para nosotras, las Kopelioff.

—Aquí está la cumpleañera más hermosa de todas —apareció Agus en el umbral, abrazándome por la espalda.

—Bebé —lo abracé de vuelta dándole un beso ante la cara de felicidad de mi madre.

Era la mejor fiesta de cumpleaños que había tenido, y que Agus se tomara tantas molestias de planear hasta el último detalle, lo hacía mejor aún. Estaban todos mis amigos más íntimos, incluso Jorge, con el cual había hecho las pases. Michael y Valentina que seguían mejor que nunca, Karol estaba ahora soltera y decía que así se sentía bien, aunque últimamente pasaba mucho tiempo con Ruggero, el cual se había mudado a México en definitiva. La amistad con Lionel, quién ya se había atrevido a invitar a salir a Ana, seguía su curso, Agus parecía de verdad tranquilo al respecto y eso me hacía estar tranquila a mi. De Martina no habíamos vuelto a saber desde que comenzó a salir con un niño unos seis años menor que ella y decía estar esta vez «muy enamorada» pinche vieja loca...

Y Agus... Uf. Las cosas con Agus no podían estar mejores. No sé como lo hacía, pero cada día se inventaba algo nuevo para enamorarme. La confianza era real, el cariño palpable, incluso en la cama todo era mucho más intenso... ¿Podía estar más feliz? Bueno si, hacía dos semanas se había comprado un apartamento y ahí pasábamos la mayor parte del tiempo viviendo nuestro amor.

—Gracias por todo esto, cariño. Me haces tan feliz.

—Quiero darte parte de la felicidad que tu me das a mi, prin....

Su móvil comenzó a sonar por cuarta vez desde que estábamos acurrucados en el sofá charlando con los chicos, pero esta vez era una llamada.

—Quién te molesta tanto ¿eh? —alcé una ceja tratando de parecer molesta, pero no pude evitar sonreír cuando me hizo señas que esperara y contestaba.

—¿Bueno?... ¿Si?... Vale, dame un segundo.

No entendí nada cuando se levantó del sofá, me pidió que le esperara ahí y fue a abrir la puerta principal.

—Hey, bro.. Hola! —saludó a alguien con la mano y luego a alguien más con un beso. Los hizo pasar.

—¡Lionel! ¡Tati!

—¡Caro, feliz cumpleaños!

Corrí a abrazarlos, eso me había sorprendido.

—Ustedes aquí ¡que sorpresa!

—Pues alguien nos invitó.. —Lionel giró hacia Agus que sólo se encogió de hombros con una hermosa sonrisa en los labios.

No pude evitar ir hasta él y abrazarlo.