Carolina Pov'sLa siguiente media hora de camino lo pasé al contrario: mi cabeza de lado con mi vista fija en Agus. La musica del reproductor era un murmuro y ninguno de los dos habló. No me incomodaba y tampoco me importaba a donde me llevaba con tal y fuera lejos de casa, fuera de la ciudad.
Tenía la necesidad de preguntarle si me había llevado a ese bar con la intención clara de que viera a Jorge engañándome, y si era así, le había funcionado perfecto. Aunque era obvio ya que Martina no se apareció ni un momento.
No sabía si enojarme con él por entrometerse o agradecerle por... Pues por entrometerse.
Lo que si sabía era que sentía una opresión en el pecho y la cabeza echa un lío, no quería detenerme a pensar demasiado para que la culpabilidad se enfrentara con la misma traición e hiciera estragos en mi cabeza. No quería llegar a casa y encontrarme con una cama que esperaba mis lágrimas ni una almohada que se preparaba para mis puños.
Si había aceptado ir con Agus era por ese motivo, me convencí.
—Se siente feo cuando te son infiel ¿no? —yo levanté la vista que sin querer había bajado a su mano en los controles de cambio, y fruncí el ceño, lo era— Confiar en tener a alguien solo para ti y que de repente veas que en algún momento, lo has compartido. Te sientes estúpido.
—¿Así te sentiste con Martina? —me aventuré a comentar. Y sorprendentemente, él solo asintió.
—¿No quieres partirle la cara a Jorge? O al menos, herirle en el ego para salvar tu dignidad.
¿Quería? Oh, vaya que quería. A pesar de la culpabilidad, había algo que crecía y era igual de fuerte... ¿Orgullo? ¿Rencor? No lo sé, pero quería soltarle en la cara que yo también lo había engañado con Agus, que me había acostado con él y lo había disfrutado muchísimo. El pareció leerme la mente porque dijo:
—¿Ya entiendes porque la idea de pedirte ser mi novia? Quería vengarme. ¿Y que mejor venganza que decirle que estaba enamorado? Sabe que nunca lo estuve del todo con ella.
Claro, ahora lo entendía con mayor claridad. Él era un simple hombre con el orgullo herido por verse engañado.
—No eres tan maduro después de todo. —comenté como al pasar viéndolo de reojo mientras me percataba que salíamos de la vía.
Él se quedó en silencio hasta que aparcó en lo que era un mirador y apagó el motor.—Y por como actuaste en la disco, no eres tan inmadura después de todo. —dicho eso, se quitó el cinturón y salió del coche.
Me quedé un momento ahí sentada, asimilando las palabras ¿Le parecí madura? ¿Creería que haría un show frente a todos como cual niña infantil? No me conocía en nada.
Aún así me permití sonreír satisfecha. No es que me importaba demasiado lo que él opinara, pero sus palabras me sentaron mejor.
Bajé del auto y me senté a su lado sobre el capó. Suspiré, emocionada. Teníamos una vista increíble de la ciudad desde aquí, las luces de las casas y de los edificios eran luminosos puntitos que se repartían por sobre toda la vista, y detrás, las montañas. Era tan tranquilo, la luz de la luna y el viento en mi cara me parecía tan relajante que cerré los ojos por un momento, disfrutando de la intimidad, olvidándome de Jorge.
Experimenté una oleada de satisfacción que me hizo temblar y me froté los brazos. Sentí algo caliente caer suavemente sobre mis hombros y giré mi cabeza, era Agus a mi lado colocando sobre mi un saco que seguramente había bajado del coche.
Por instinto solo apoyé mi cabeza en su pecho, estaba caliente a diferencia de mi cuerpo que estaba frío como el hielo. Inspire su loción y reprimí las ganas de abrazarlo apretando los puños, Agus por su parte, metió sus manos en los bolsillos, tranquilo y sin un ápice de ganas de hacer lo mismo.
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Mi Hermanastro | Aguslina
Fiksi PenggemarLa madre de Carolina se casa con el papá de Agus. Todo bien. Pero estos hermanastros se odian a más no poder. Y todo comienza porque el mismo Agus chantajea a Carolina haciéndola fingir que es su novia. Y se darán cuenta que la tranquilidad no es lo...