47. ¿Celos controlados?, fotos y Lionel en México.

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Carolina.

—Contesta. —dijo Agus apartándose y tomando su vaso.

—No. —dejé el móvil sobre la mesa, aún sonando.

—De verdad, amor. Contesta.

Se le veía tranquilo, como si no le molestara que me llamara Lionel ¿sería ese el comienzo de su cambio para bien? Si era así, me agradaba. Le tomé la cara y le di un suave beso, antes que el móvil dejara de sonar lo contesté.

—Hola, Lionel.

—Hola hermosa ¿que tal estás? ¿no molesto, no?

—No, para nada.

—Bien, te llamaba para preguntarte si sigue en pie tu despedida. Digo, como llegó tu novio... Tal vez él no quiera... uhm... ya sabes.

Había olvidado por completo la despedida. Tres días atrás había adelantado mi viaje para el lunes 4 y a Lionel y Tatiana se les ocurrió hacerme una despedida el sábado -que era mañana- para descansar el domingo y partir el lunes. No había hablado eso con Poncho, pero de igual forma era algo que estaba ya planeado ¿no?
—Claro que está en pie, y por eso no hay ningún problema, tranquilo.

—Ah, perfecto. Nos vemos mañana entonces ¿vale? Un beso, guapa.

—Vale, igual. Adiós. —colgué.

Agus me veía con curiosidad, le conté lo de la despedida él no tuvo ningún problema. Sonreí y lo abracé, me agradaba mucho la forma como se estaba tomando todo, a diferencia de cuando había llegado.

Rato después hablamos por Facetime con Valen y Karol, luego con mi madre. Las 3 estaban más que felices por nosotros. Según Valentina la "empalagamos de miel" desde la pantalla, y Karol por supuesto más feliz que todos juntos. Mi madre, claro, no me salve de mi regaño por no haberle contado sobre nada, pero compartía nuestra felicidad y amor. ¿Podría ser todo tan perfecto? No lo sé, pero disfrutaba cada segundo a su lado.

Al día siguiente llegó la famosa despedida. No esperé que fueran tantos de los amigos de Tatiana que había conocido en nuestras salidas, la verdad. Pero la estábamos pasando bien. Lionel se limitaba a hablarme ya que Agus no se despegaba de mi, sentía que quería decirme algo hasta que se animó a acercarse.

—Caro, ¿me acompañas afuera a fumar un cigarillo?

El agarré de Agus en mi cintura se intensificó, él sabía que eso solo era una excusa. Aun así acepté.

—¡Claro! ¿Me esperas aquí, bebé? —giré la cabeza a Agus que estaba abrazándome desde atrás. Él hundió su cabeza en mi cuello y murmuró un «no» que solo yo oí, y lo suavisó con un beso— Amor..

—No te tardes que te extraño —dijo esta vez más alto y dándome un pequeño beso en los labios me soltó. Estuve tentada a acurrucarme de nuevo a él, yo tampoco quería separarme de mi novio, pero no debía ser mal educada.

—Será rápido y te la regreso —sonrió Lionel que no tuvo otra sonrisa de vuelta por parte de Agus. Suspiré y salí con Lionel.

Él encendió su cigarrillo y me ofreció uno, a lo cual me negué. Él asintió y los guardó en su chaqueta.

—Caro... —comenzó— me hubiese gustado haberte conocido por más tiempo, pero bueno, debes irte. Aún así me encantaría poder seguir en contacto contigo.

—Claro, con esto de la tecnología todo es más fácil.

—Si... Yo quiero ser tu amigo.

—Lo eres.

Mi Hermanastro | AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora