45. "¿Y que es para ti ser feliz, Carolina?"

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Carolina.

Sentir sus labios contra los míos fue como sentirme en casa. Fue sentirme en cualquier rincón de su habitación o la mía, fue sentirme protegida en sus brazos en una noche de tormenta, o en la playa en Cancún. Había extrañado tanto la calidez y la profundidad de ese beso, su lentitud y desespero..su pasión y... ¿y que? Podía jurar que era algo mucho más, más que solo «locura» o tal vez era solo yo la que percibía amor.

Me separé de él poco a poco, teníamos mucho más por hablar, no podía sucumbir así de simple. Por más hermoso que pareciese, el que volase hasta acá el último día del año para verme no me era suficiente ¿que pasaría después? ¿follaríamos, pero esta vez con la etiqueta de «novios»? Eso me hizo pensar una cosa.. ¿que les dijo a nuestros padres? Como si me leyera la mente, susurró:

—Nuestros padres lo saben.

—¡¿Qué?! Pero.. ¿como?

Me atrajo hacia él y me abrazó, me contó lo que había hablado con su padre y como me había nombrado en mitad de la conversación, adivinando de quién le hablaba, y que días después, le parecía chistoso. A mi aun me parecía increíble. Sabía que el Sr. Agustín era muy perspicaz, pero nunca pensé que se lo sabría y que lo tomaría de ese modo.

—No imaginas la vergüenza que pasé.

—Oh, si. Lo imagino. —reí.

—Pero si me pidió algo, Caro...

—¿Que?

—Que hablara con Tysha. Tenía miedo, no te lo niego, pero luego de comprar el boleto me decidí. Estaba en la cocina y osé a interrumpirla, necesitaba hacerlo en ese momento pero pareció no importarle, hasta que... bueno, le conté.

—¿Y que pasó?

—Estaba enojada. —apretó los labios en una fina línea.

Cerré los ojos con angustias. Imaginé a mi madre decepcionada de ambos imaginando que hicimos las muchas veces que nos quedamos solos en casa, en como engañé a Jorge o peor de como él lo hizo y en como se le ocultamos. Mi madre era el ser más importante para mi, y en ese momento sentí haberla decepcionado y haberla hecho enojar.

Mis ojos se aguaron y en ese instante Agus rió a carcajadas y me besó la cabeza. Yo lo aparte enojada.

—¡Yo no le veo la gracia! Yo no quería...

—Caro... —me interrumpió— está enojada contigo por haberle hecho creer que estabas mal por Jorge, o algo así.

—¿Que?

—Bueno, eso me mandó a decirte —se encogió de hombros— está... umm.. feliz.

—¿Feliz?

Agus asintió esbozando una sonrisa.

—Confía en nosotros.

Agus.

En mi, sobre todo.

Fue todo un desafío para mi hablar con ella, estaba aterrado y el cuchillo en su mano -con que cortaba los vegetales no me estaba ayudando en nada. Pero todo terminó resultando mejor de lo que esperaba. Incluso me animó a decirle a Caro que la amo ¿la amo? No lo sé, necesito averiguarlo. La quiero y no puedo vivir sin ella pero no sé si sea suficiente.

Pero verla envuelta en ese hermoso vestido blanco que parece de ángel, con una trenza descuidada a medio lado, sus ojos cafés rodeados por un fino hilo negro rodeados de unas largas y espesas pestañas, las pequeñas pequitas de su nariz puntiaguda, sus labios y la forma en que los muerde cuando está nerviosa.. Todo eso me está revolviendo un montón de cosas por dentro.

Mi Hermanastro | AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora