6. Pelea.

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Carolina Pov's

Al día siguiente el humor de Agus había empeorado, y lo noté a penas Jorge me dejó en casa después de la U. Hablaba (o discutía) por teléfono.

-¡No, maldita sea! No necesito tus explicaciones... Es que tampoco me importan.. ¡Si, como no!.. Ya supéralo ¿no? - Y colgó. Luego con enojo estampó el control remoto contra la mesa. Yo di un saltó sorprendida, pero luego lo miré con enojo fui hasta él.

-Oye oye cavernícola. Aquí no se tiran las cosas ¿eh? Tus descargas a otra parte.

Se giró hacia mi con enojo.

-Si te preocupa el control remoto compro cuatro si quieres.. ¿No tienes otra cosa que hacer fuera de aquí? Como jugar con tus muñecas, por ejemplo.

-¡No! ¡Esta es mi casa y estoy donde se me antoje!

-Al menos piérdete de mi vista.

-¿Y si no quiero? -alcé el mentó y puse los brazos en jarra, desafiante. Su mirada recorrió mi cuerpo de arriba abajo, lo que me hizo sentir un poco nerviosa, pero al mirarme a los ojos hizo una mueca de desagrado.

-Madura ¿si?

-Y tú se hombre y aprende a tratar a una mujer.

-Niña, querrás decir.

-¡Yo no...

-Y creo ser más hombre y más maduro que la nena de tu novio. -me interrumpió.

-¡Jorge no es una nena! Y me trata mucho mejor de lo que tu en la vida podrás tratar a una mujer.

-¿Estás muy segura de ello?

-Lo estoy.

-¿Verdad? Y en la cama ¿que tal? -separó las piernas y se cruzo de brazos. -Porque si te lo hace como te tocaba en la fiesta, déjame decirte que me dio sueño. Ya entiendo por que vives amargada.

Yo reí histérica.

-No soy una niña cono piensas, Agustín. Lo que hago en cama lo disfruto, no me hace falta nada. -«que mentirosa eres Carolina» pensé para mis adentros.-... ni nadie. -agregué sin pensar y al ver que alzaba las cejas quise golpearme con algo por bocona.

-¿Verdad? -rió él. -¿Hombres tampoco te faltan?

-No, puedo tener a quien quiera... cuando quiera. -alcé las cejas desafiante, tampoco es que era mentira, tenía a muchos niños detrás solo que no me interesaban. - ¿como es que llegamos a este tema?

Él apretaba la mandíbula.

-Porque me pareces una niña inmadura, y no me has convencido de lo contrario. -lanzó el control a la mesa y se alejó escaleras arriba.

***

-Te juro que no lo soporto, Valen. Es un cavernícola.

-¿Si? Así son tan sexys.

-¿De verdad parezco una niña? -le pregunté, obviando su comentario.

-No, amiga. Solo lo hace para molestarte.

Me paré frente al espejo de mi cuarto con el teléfono en la oreja. Mis camiseta de flores, mis pants holgados y pantuflas de Hello Kitty decía todo lo contrario. Hice una mueca de desagrado, necesitaba arreglar eso.

-¿Jorge parece una nena?

Carolina rió.

-¿También te dijo eso?

-Si.

-¿Quieres que sea sincera?

-Si, Valen. Por ello te lo pregunto.

Mi Hermanastro | AguslinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora