Han pasado 20 años desde la última batalla contra los Nephilim.
Nada ha cambiado sustancialmente. La Clave siendo dirigida por cazadores de mente cerrada, la constante fricción con los subterráneos, incluso la actividad demoníaca ha ido disminuyend...
No tenía pensado publicar este capítulo en la semana, pero me acabo de enterar de una noticias que me puso feliz: Si habrá Sebastian/Jonathan en la serie de 'Shadowhunters'. Eso me ha dejado wojfñdwhfñljsa sin palabras, me encanta el actor que le va a dar vida al personaje y lo ame <3 Espero que pronto podamos verlo.
En fin, espero que les guste el capítulo. Muchas gracias por leer, votar y comentar, ya van casi 800 lecturas... me siento feliz y con inspiración. Las gafas de Logan en multimedia.
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Logan siguió al rubio número uno con cautela, hasta llegar a una sala común. No era la biblioteca de la última vez, parecía una sala de estar. En ella había varias personas reunidas, la esposa de Jace también estaba presente. Asimismo, la pelinegra y un hombre parecido a ella también.
—Hola. — saludó Logan como si no hubiera sucedido nada.
—¿Tú, de nuevo? — la mujer de cabello negro fue la primera en hablar.
—Lamentablemente, tengo asuntos pendientes por arreglar. Hay algunos cabos sueltos que necesito unir y para eso requiero una pequeña junta con ella. — señaló a la pelirroja. — Ah... y sin espías, acabo de ver al chico sin talento musical colgado de una viga — su vista se dirigió al techo. — y a la otra pelirroja que no sabe nadar entrar a la habitación contigua. — mencionó sin borrar la sonrisa de su rostro. — Solo por si no sabían. — agregó finalmente.
—¡Max! ¡Baja, ahora mismo! — gritó la pelinegra enojada.
—Le quitas la diversión, mamá. — el chico descendió y rodó los ojos por haber sido atrapado.
Mientras tanto, Jace dibujaba una runa en la pared solo para ver como su hija espiaba del otro lado de la pared.
—¡A tu habitación! — le gritó el hombre a su hija. La pelirroja salió corriendo del lugar. — ¿Cómo supiste eso?
—Soy un buen observador cuando me lo propongo. — afirmó Logan con convicción. — Me gusta bromear con mi familia que soy Sherlock, mi hermana es Mycroft y el enano sería Euros, solo sin el lado psicótico. Claro, basándose en la serie, no en los relatos.
—¿Hermanos? — preguntó Clarissa con los ojos abiertos por la sorpresa.
—Solo tres, por suerte. — respondió Logan.
—Estas muy cooperativo esta vez. — observó la pelinegra cruzándose de brazos.
—Necesito respuestas, y creo que estoy en el lugar indicado. — declaró Logan con simplicidad.
—¿Qué estás dispuesto a intercambiar? — preguntó Jace con suspicacia.
—Depende.
—¿De qué?
—De lo que estén dispuestos a ofrecer a cambio. — Logan imitó la postura del rubio. — Estoy seguro que se mueren por contar maravillosas historias de mis padres. — dijo con sarcasmo.
—Salgan de aquí, por favor. — pidió la pelirroja.
Dos de ellos protestaron, pero el pelinegro logró que salieran.
—Conocí a tu madre hace muchos años. — comenzó Clarisa, tomando asiento en la silla más cercana. — Pensamos que era un mundano con la visión, pero resulto ser totalmente diferente. La chica que nos engañó, y tiempo después la buscamos porque necesitábamos su ayuda... todos hicimos algo de lo que nos arrepentimos, Logan. Aquel día todos perdimos algo, nosotros nos ganamos el desprecio de tu madre, ella perdió el hogar que siempre conoció e Ian... bueno, nunca fue el mismo.
Logan se recargó en el escritorio, escuchando atentamente cada palabra de la pelirroja.
—La primera vez que nos vimos, no sospeche ni por un instante que fueras mi sobrino. Eras tan reservado, distante y lucias tan feliz. — siguió Clarissa, su mirada puesta en Logan. — Tu apariencia, no dictaba que fueras hijo de Sebastian.
—Mi padre se llama Jonathan. — corrigió Logan. — Es tu hermano, me sorprende que no sepas su nombre. — se cruzó de brazos, su tía se sonrojo.
Bueno, ¿en serio creían que se los pondrían tan fácil?
—Nunca me ocultaron mis orígenes, siempre he sabido que ninguno de mis padres es precisamente normal. — explicó Logan. — Se lo suficiente de su mundo para querer estar en cualquier lugar, menos este.
—¿Entonces, porque estas aquí?
—Necesito respuestas, y ya que veo que todos me odian sin razón aparente. Supongo que mis padres tienen muchos esqueletos en su armario.
—No te odiamos. Yo no te odio. — replicó Clarissa con tranquilidad. — Solo no les gusta lo que representas para todos nosotros, eres el hijo de dos personas que la Clave detesta. A pesar de salvarnos a todos de una muerte segura. Hubo un momento hace años, donde tu padre causo un daño permanente a nuestra comunidad, hizo cosas verdaderamente... malas.
—¿Y qué papel tiene mi madre en esto?
—La Clave es una instancia cerrada. — respondió Clarissa, dirigiéndose a la ventana más cercana, mirando el horizonte de la ciudad. — No tolera lo que no conoce. Tienen miedo de lo que es capaz de hacer.
—¿Molestar incesantemente con su inevitable carisma? — preguntó Logan, colocándose a un lado de su tía. Ambos soltaron unas risitas. — Mi padre tiene un archivo completo de todos ustedes, reportes, datos, fotografías... le importaba lo suficiente para dejarlo bajo llave en su escritorio y revisarlo cada tanto. Nos dijo que su familia murió, evidentemente no es cierto.
—Nuestra madre está viva, nuestro padre murió hace años. — contó la pelirroja, y Logan noto que le costaba expresar. — Pero... nunca tuvimos una buena relación, apenas y nos conocemos.
—Mi papá odia a sus padres. — comentó Logan con crudeza, vio a su tía estremecerse visiblemente. — Siempre que alguno le preguntaba sobre su familia se cerraba, pero con sus padres... solo palabras duras, alguna vez oí a mis padres discutir sobre eso. Me parezco a él. Excepto por el astigmatismo, eso lo herede de mi abuelo, obviamente el que está vivo.
La mujer volteo a ver a Logan, sorprendida por sus palabras. No había notado que llevaba gafas, solo se las había visto puestas una vez y era fácil ignorarlas.
—Entonces, ¿Qué hizo mi padre para que todos me odien sin conocerme? — preguntó Logan unos minutos después.
Antes de que Clary pudiera responder esa difícil pregunta, un halo de luz apareció en la habitación, trayendo a dos personas consigo.
