Logan llevaba tres días encerrado en su departamento. No recordaba haber comido algo siquiera, ignoró las llamas de su familia, incluidos los mensajes con fuego. Prácticamente selló todas las posibles entradas del lugar. Aun podía sentir el peso del cuerpo de Esther sobre él; ni siquiera fue a su funeral. Por primera vez, sintió como si la situación lo superara. Le dolía, ni siquiera se atrevía a negarlo.
Su única actividad, además de autocompadecerse, fue tocar el violín como si se tratase de su lugar seguro. Tal vez lo era, pero el momento de cuestionarse esa duda paso tan rápido cuando interpretó el primer acorde.
—Tocas bien. — la voz monocorde de cierta pelinegra rompió el encanto del momento. — Veo que ni te molestaste en vestirte con algo decente. — señaló su pijama de pingüinos. — pareces un vagabundo, nunca vi tu cabello tan grasoso.
—Pocas veces has visto mi cabello — atinó a decir Logan mientras dejaba el instrumento en su lugar correspondiente.
—Quizá algún día aceptes que eres la versión joven y mejorada de tu padre. — observó la pelinegra tomando asiento en la única silla libre de la sala. — Mientras tanto... puedes seguir jugando a hacerte la víctima y sufrir. — cruzo las piernas, enseñando sus pocos prácticos zapatos de tacón. — Tus padres vendrán en cuestión de tiempo, ya que no respondes a ninguna llamada. Solo intentaban "darte tu espacio". — remarcó esas palabras en un bufido.
—¿Viniste a decirme eso solamente? — inquirió el rubio enarcando una ceja. — Porque si es así, puedes irte.
—Vengo porque tu hermana muere de la preocupación, lo cual preocupa a Lucas y por ende a mí. Chris me dio la dirección de este bonito lugar para hacer que sacaras la cabeza de tu culo y reacciones. — explicó Laura sin cortarse en nada. Esas palabras contundentes lo sacudieron mentalmente. — Voy a prepararte algo de comer mientras vas a ducharte, sé que en Europa los baños no son muy frecuentes, pero estamos en América. Y cuando te adecentes un poco, piensa en tu madre, que no solo tiene que preocuparse por lo obvio, sino por no saber cómo su hijo está sobrellevando lo sucedido, solo.
Laura dejo la sala con un resoplido de malestar. Obviamente, no estaba de acuerdo en su manera de hacer las cosas. Para ser sincero, el tampoco.
Camino como un autómata a su recamara para hacer lo que Laura prácticamente le ordenó. Se fue quitando la única prenda que lo cubría, no nivelo la temperatura del agua, simplemente dejo que lo empapara.
Esther considero que su vida valía lo suficiente para morir en su lugar. Esa razón era el punto principal de sus preocupaciones, además de la muerte de alguien que consideraba su amiga cercana, saber que la castaña intentó eso por un trasfondo que no comprendía hacia que se le cayera el cabello.
—¿Logan? — llamó Laura asomándose a su habitación. — Hice mi mejor intento de sopa, por lo menos es comestible.
—¿Mi vida obtuvo un valor repentino y no fui notificado? — cuestionó Logan mirando sus pies descalzos. — Pareciera que todo mundo lo sabe, menos yo.
—Esther hizo su elección, Logan. — expresó Laura. — Nunca sabremos sus razones, aunque tenga mis sospechas. Le gustabas y a ti te gustaba ella; esa podría ser una buena causa.
—No funcionó. — murmuró el rubio levantando la mirada para clavarla en la pelinegra. — Lo intentamos, pero no encajamos. — la sorpresa de Laura era casi palpable, la llevaba escrita en todo el rostro. — No te sorprendas, Laura. Esther era bonita y vulnerable, provocaba en mi esa necesidad de protegerla. — el rubio soltó un largo suspiro. — Me gustaba, pero fue un enamoramiento unilateral. Y ahora me siento tan malditamente culpable... — la voz se le cortó en un sollozo.
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Cazadores de Sombras: Herederos del Cielo
Fiksi PenggemarHan pasado 20 años desde la última batalla contra los Nephilim. Nada ha cambiado sustancialmente. La Clave siendo dirigida por cazadores de mente cerrada, la constante fricción con los subterráneos, incluso la actividad demoníaca ha ido disminuyend...