48 - "No entres a la boca del lobo..."

665 67 9
                                    


¿Cómo su pequeño grupo de tres personas termino siendo uno de siete? Logan observó a su hermana hablando con Laura, mientras Lucas las seguía por detrás con Max a un lado de este. Will y Josie iban a la cabeza, Esther prefirió quedarse al final con él.

—¿Cómo van las cosas? — preguntó la castaña con algo más que curiosidad.

—Mejor de lo que creí. — admitió Logan honestamente. — Ya no he vuelto a tener esa sensación, es bueno bajar la guardia de vez en cuando.

—Eres más fuerte de lo que crees, Logan.

Y cuando Esther decía cosas como esa, era el momento de duda que surgía en Logan. El ángel caído ocultaba secretos, eso era un hecho, le molestaba no saberlos. Sobre todo, porque tenía el presentimiento que tenían relación con él. Si bien, al principio, cuando la encontró desvalida en aquel callejón le causo un tremendo caos en su vida y esa creciente necesidad de protegerla, ahora... existía cierta desconfianza hacia su persona.

No podía explicarlo, solo era como si una pieza del puzzle no encajara a la perfección.

—Lo creeré cuando lo vea. — repuso Logan, con un poco más de brusquedad de lo que quiso. — Ya estamos aquí ¿ahora qué?

—Es hora de disfrazarnos, hay demasiados subterráneos nos reconocerían fácilmente. — informó Josie con facilidad. — Por suerte, tenemos una runa que nos permitirá camuflajearnos. Así que, hagámoslo. — dijo sacando su estela.

Unos minutos después, cuando la runa fue colocada, eran prácticamente invisibles.

—Es en el segundo piso, no se separen ni hagan nada estúpido. — advirtió Will sin dejar de moverse entre las personas.

—Pides demasiado. — murmuró Max rodando los ojos. — Nuestros padres fueron los maestros en meterse en problemas y nosotros somos sus hijos, obviamente heredamos esa maravillosa capacidad.

—Estoy totalmente de acuerdo. — secundó Sky asintiendo. — Apuesto veinte dólares a que esto se volverá un desastre. — choco los cinco con Laura, claramente del lado de la rubia. — Quizá no una masacre, pero si una complicación estratosférica.

—Estoy con ellas. — dijo Esther para sorpresa de todos. — No me miren así, han pasado cosas muy raras en los últimos meses... si hoy no sucede nada, sería extraño.

—Solo, por favor, traten de no hacer nada estúpido. — repitió el rubio mayor, exasperado por el rumbo de la conversación. — Bien, aquí vamos. No se separen.

Will deslizó la estela por una pared vacía, esta se ilumino, dando paso a un umbral oculto. Esther se tensó a su lado, Logan había notado que los lugares oscuros no eran sus favoritos. Sin más remedio, tomó su mano como un gesto de apoyo silencioso. Un hecho que no pasó desapercibido para nadie, ni siquiera para Laura que fingió no darle mucha importancia.

Si bien, aquel pasadizo no era precisamente largo, el camino, solo iluminado por la luz de las estelas, hacían el ambiente más claustrofóbico.

—No tenías que tomar mi mano. — murmuró Esther a Logan casi avergonzada.

—Tampoco veo que la sueltes. — bajo la vista hacia sus manos aun unidas. — No me molesta, la verdad. — medio sonrió.

—Yo...

—Dejen de coquetear. — dijo Max con su usual tono malhumorado. — Will dice que ya estamos en el lugar indicado.

Frente a ellos había varios subterráneos, cada uno sentado en representación de su especie. Hadas, hombres lobo, brujos, vampiros... solo faltaba el traidor.

Cazadores de Sombras: Herederos del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora