22 - "Morir en el intento"

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—¿Quién eres tú? — preguntó Jace, nada contento por la intervención de otra adolescente.

—Me llamo Esther. — respondió la chica, luciendo incómoda por todas las miradas puestas en ella. — Yo... — se quedó sin palabras. — lo tienes. — Esther se acercó inconscientemente hacia el rubio. — justo aquí. — coloco delicadamente su mano sobre el pecho del nefilim.

Un brillo iluminó la habitación con la acción de Esther. Jace se alejó instantáneamente, por mero reflejo.

—Por el Ángel. — murmuró la pelirroja. — ¿Qué fue eso?

—Fuego Celestial. — dijo Esther sonriendo ligeramente. — Por eso caí aquí, hay tanta fuerza angelical en un solo lugar.

—¿A qué te refieres? — Alaric tenía una expresión en su rostro, como si se encontrara frente a un descubrimiento digno de un Nobel. — ¿Cómo te llamas?

—Acabo de decir mi nombre. — replicó está rodando los ojos.

—No me refiero a tu nombre terrenal. — Esther se tensó ante la insistencia del moreno. — ¿Cuándo llegaste a la Tierra? — la forma en la que ese nefilim la miraba, era la principal razón por la cual deseaba evitarlos, aunque ya no pudiera hacerlo.

—Soy Esther. — repitió la morena con necedad, sería tonta si les dijera su nombre real.

Los demás no lucían tan sorprendidos, se preguntó por qué. No todos los días veían a un ángel, aunque este hubiera caído. Y de repente todo encajo.

—Ustedes, fueron ustedes. — nada de lo que decía la castaña parecía tener sentido para los demás, la miraban como si estuviera loca. — Creyeron que no habría consecuencias.

—¿Consecuencias de que exactamente? — le preguntó el rubio cuyo Fuego Celestial ardía en sus ojos.

—De invocar a un ángel y no morir en el intento. — respondió la castaña casi perturbada por ese hecho. — Querían terminar una guerra y empezaron otra sin saberlo. No puedo culparlos, eran jóvenes y estúpidos. — los justificó Esther para sorpresa de todos. — Supongo que se creían que todo seguiría su rumbo normal.

—¿A qué te refieres? — pregunto la madre de Logan confundida.

—Cuando invocas a un ángel y este responde, alteras el flujo del tiempo. — explicó Esther, sin importarle la creciente atención en el ambiente. — lo que tenía que suceder, cambia; el futuro ya no será el mismo, aunque a veces termina con el mismo resultado. Utilizaron fuerzas que su mente es incapaz de comprender, tú tienes un bello recuerdo de eso, ¿no? Estoy segura que lo sientes palpitar, te hace más rápido, más fuerte... tienes sueños ¿verdad?

—A veces. — respondió el rubio a regañadientes.

—Cometieron un gran error al llamar a los poderes del cielo. — asintió la castaña de manera ausente. — Su padre también, — señaló a Jonathan. — aunque él se atrevió a ir más allá.

—¡Basta! — exclamó Alaric. — ¿Cómo es que sabes todo eso?

—Para eso me crearon. — respondió Esther tragándose el nudo de su garganta. — Los asesinatos, ataques repentinos, reencuentros... esto no hace más que comenzar. — el ángel caído miro el rostro de cada uno de los presentes, deteniéndose unos momentos en el matrimonio Morgenstern. — Solo que aún no han logrado su cometido.

—¿Cual? — preguntó Alec, adelantándose a su parabatai.

—Destruirlos. — respondió Esther con simplicidad.

Cazadores de Sombras: Herederos del CieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora