Cazadores de Sombras: Herederos del Cielo

43 - "La vida es una cosa incierta"

Meses más tarde...

Logan al fin regresaba después de meses de gira por Europa. Pasaría las fechas navideñas en casa de sus padres en Nueva York, otro cambio más. Suspiró con pesadez al recoger su equipaje de la banda en el aeropuerto. A su hermana la habían aceptado en la escuela de ballet más prestigiosa del país y Chris... una vez que probó lo que es ser un verdadero cazador de sombras, no hubo vuelta atrás. Su hermano menor estaba en formación para convertirse en todo un guerrero.

Revisó su celular cuando le dijo al chofer del taxi las indicaciones. Sonrió al ver un texto de Lexi iluminando la pantalla, deslizo su índice sobre él para abrirlo, su sonrisa creció cuando le dio la noticia sobre su visita para navidad y año nuevo. Algo bueno para variar.

El taxista estacionó frente a la nueva casa de sus padres, antes perteneció a sus abuelos. Era grande y... bueno, era una casa.

—Gracias. — agradeció al hombre cuando lo ayudo a bajar su equipaje, entregándole una considerable propina.

Se colgó la mochila a su espalda, cogió su violín con la izquierda y la maleta con la derecha. Era una buena cosa que no todo el camino a la entrada fuera de grava y césped. Ni siquiera llamó a la puerta cuando su madre la abrió para abrazarlo. Prácticamente se lanzó hacia él.

—También te extrañe. — dijo devolviéndole el abrazo. — Llego justo a tiempo para Navidad.

—Hay que poner algo de comida en ese estómago. — comentó su abuela saliendo de la nada, abrazándolo con fuerza. — Gracias por las entradas al concierto, cariño. No quería que terminara.

—Oh, veo algo de grasa ahí. — señaló Sky desde las escaleras. — Creo que hay que ponerte a dieta.

—Ni en sueños, hermanita. — negó divertido por el comentario de su hermana menor, obviamente su abdomen estaba más que perfecto. — ¿Dónde están los demás? — preguntó, siguiendo a su madre hacia la sala de estar.

—Ian salió con tu padre a resolver unos cuantos asuntos, tu abuelo llega mañana en la mañana. — informó su abuela, envolviendo la pila de regalos. Suspiro, más tarde tendría que ir de compras navideñas. — Leah y las niñas están en casa de sus padres, tu tío las recogerá más tarde.

—Chris está en el... con sus tíos. — se apresuró a autocorregirse en medio de la oración. — Ya sabes, tenía clases.

—De acuerdo. — asintió Logan escondiendo su inconformidad.

Estuvo meses fuera para alejarse de todo el embrollo que suponía su nueva familia, y su hermano pasa tiempo de calidad con ellos.

—Voy a ser 'Hada de Azúcar' en "El Cascanueces". — dijo su hermana emocionada desde el sofá individual. — Tome una clase con los profesionales y ¡boom!, me dieron la oportunidad.

—Es la cuarta vez que me lo cuentas. — se rio Logan, recargado en el piano de cola que consiguió su madre especialmente para él. — Pasado mañana es tu gran debut y al día siguiente es navidad.

—Estoy emocionada. — Sky dio saltitos en su lugar. — Y Lexi vendrá con su familia para Navidad, eso es genial porque...

Y ahí es donde su hermana empezaba a parlotear sin parar. Increíblemente, no cambiaría a su familia por nada. Aunque omitiría muchos detalles.

Hoy era la función de su hermana y las compras navideñas eran lo último en su lista. Sin embargo, su abuela lo arrastro a ellas. No podía negarle nada a las mujeres de su familia, esa era la razón principal por la cual sus manos rezumaban de bolsas.

—Este se verá adorable en Hanna. — su abuela levantó un pequeño vestido rosa para su nieta más joven. — ¿Qué sucede, Logan? Sé que no te gustan las compras, pero tu mente está a años luz de distancia.

—Han pasado tantas cosas en tan poco tiempo, todos están convencidos de que terminaron los problemas, pero no estoy tan seguro. — se atrevió a confesarle a su abuela, esa idea que no dejaba de rondar por su mente. — Supongo que solo son ideas mías. — suspiro cansado. — Debería ver hacia el futuro...

—Y seguir en contacto con esa familia que no sabías que existía. — había olvidado que su abuela, al igual que su madre, cuenta con ese sexto sentido. Casi como si leyera su mente. — ¿Acaso tu padre te lo ha prohibido? — preguntó enarcando una ceja, mientras la chica en la caja le entregaba una nueva bolsa, que por supuesto Logan sostuvo. — Porque si es así, oirá cada palabra de mi boca.

—No nos prohíbe nada. — se apresuró a decir el rubio. — Pero todos nos odian en ese lugar, e ir es un recordatorio constante de lo poco bienvenidos que somos.

—Estoy segura de que pueden verse fuera de ahí. En todo caso, esas personas no son nada tuyo, es lo ultimo en que deberías fijarte. — su abuela caminaba, sin despegar la vista de las vitrinas ni dejar de conversar. — El problema no es ese, Logan, no te engañes. Temes que esa vida te guste y perderte en el camino.

Otra vez lo dejo sin palabras. Su madre también tiene esa capacidad. Dio justo en el blanco, y ni siquiera le contó toda la historia completa.

—Aunque quieras negar que eres un cazador de sombras, tienes antecedentes muy obvios sobre lo especial que eres. — nunca había escuchado decir a su abuela esas palabras en voz alta. Lo sorprendió. — No eres como tu padre, para buena suerte de todos. — bromeo para quitarle hierro al asunto. Incluso Logan rió un poco. — Eres inteligente, guapo, un buen hijo y sumamente talentoso en lo que haces. Tus padres te aman y están orgullosos de ti. Nada de lo que hagas cambiaría eso. Ni siquiera querer convivir más con tu tíos y primos, conocí a tu abuela hace años, estoy segura que también quiere conocerte.

—No estoy tan seguro de eso. — admitió Logan en voz baja.

—Bueno, cariño, sin importar lo que hagas, siempre serás Logan. — concluyó la mujer mayor con vehemencia. — No tengas miedo de perderte, encontraras el camino de vuelta.