—¿Están todos bien? — preguntó Jem un segundo después de la explosión.
Los gemidos comenzaron a escucharse, siendo la respuesta al cuestionamiento.
—¿Chris? ¿Sky? — la voz de Jocelyn sonó estrangulada cuando nombró a sus nietos.
No hubo respuesta, el silencio era demasiado para tratarse de algo bueno. Jem ayudó a Tessa a ponerse en pie, sintiendo como si una nube estuviera sobre sus pies, aunque solo vio la vieja alfombra que había visto días mejores.
—Imposible. — murmuró Tessa mirando un punto en especial.
Jem no entendía lo que sucedía, hasta que fijo su vista en el mismo lugar que su esposa. Y el jadeo que soltó a continuación, se quedaba corto a lo que sus ojos divisaban.
En la biblioteca del Instituto de Nueva York se hallaba la puerta de aquel lugar del que todos hablaban y que pocos han visto. Y la figura andrógina, de pie justo en el medio, se examinaba a si misma como si hubiese hecho un gran descubrimiento.
—Juro que esto no era mi intención, no sabía que algo así pudiera suceder. — habló el menor de los Morgenstern con voz temblorosa.
—Demasiado tarde para tal consideración, Cazador. — enunció aquella figura con voz rasgada, la cual resonó ante aquel silencio abrumador sorprendiendo a más de uno. — Es hora de seguir.
—¿Seguir con qué? — se adelantó la rubia para ponerse frente a su hermano.
A Jem le pareció, que aquel ser celestial, esbozó una leve sonrisa por esa intuitiva acción.
—Con el plan de tu hermano. — comentó como si nada, algo de lo que pudo ser esa parte de Esther cuando se hizo la fusión. — Me temo que una vez que se les molesta a los muertos, es difícil regresarlos a su lugar de descanso eterno. Solo deben pasar a través de mí y obtendrán lo que desean, de preferencia contigo, Cazadora, algo me dice que necesitaran de tus habilidades.
—¿Qué habilidades? — cuestionó recelosa.
—Nada de lo que debas preocuparte. — respondió con altanería. — El tiempo se agota, hay que decidir.
—Iremos nosotros. — se ofreció Jem para ir en lugar de los niños.
Solo que este no notó la mirada que los hermanos Morgenstern compartieron. Bastó un segundo para que ambos se pusieran de acuerdo, tomaran sus manos y corrieran a través del ser celestial, antes de que nadie pudiese detenerlos.
—Hasta luego. — se despidió el Ángel.
Y desapareció, el portal se fue con el ser, dejando a todos los presentes totalmente anonadados, preguntándose lo que acababan de presenciar y con la profunda preocupación de no saber a donde se fueron los Morgenstern más jóvenes.
Laura seguía anonadada por el plan — ese plan falso que le contaron — de salvar a Logan.
—Laura. — su parabatai le habló cuando se arrodilló junto al cuerpo de Logan.
Todo había terminado, la bruma y el cansancio comenzaron a hacer mella en ella. El grito estridente de Nina, la madre de Logan, fue lo que hizo que se percatara del río de lágrimas escurriéndole por las mejillas.
—¡Logan! — el alarido de la mujer rubia hizo que todos a su alrededor se encogieran. La forma protectora en la que se encorvaba hacia el cuerpo de su hijo era de puro dolor. — ¡Ustedes lo hicieron! — acusó entre lágrimas. — Todos lo sabían, todos y no dijeron nada...
—Tía... — comenzó a decir Josie, pero una mirada de la mujer le bastó para callarse.
—Es lo que Logan quería si... si no era él. — habló Will con firmeza. En su postura se notaba el estrés extremo. — Ya sabíamos...
—¡No saben nada! — volvió a interrumpirles. —Creí...
Algo en la expresión de Nina cambió, apenas pronunció una palabra antes de desplomarse hacia el suelo.
Jonathan libraba su propia batalla con lo que quedaba de Mark Blackthorn. Era increíble que apenas recordara a ese muchacho mitad hada durante su primera Guerra. No había ni un gramo de humanidad en él, un rasgo que parecían compartir respecto a los recientes hechos.
—Ni siquiera te recuerdo, solo eres un insignificante borrón en mi memoria. — lo pateó con fuerza hasta lanzarlo al otro lado de la habitación. — Tu familia debe estar muy avergonzada de ti.
—No tengo familia. — escupió sangre mientras se mofaba. — El día que decidiste atacar, ellos desaparecieron para mí.
—La vergüenza es peor, supongo. — puso uno de sus pies sobre el pecho de Mark, ni siquiera oponiendo resistencia.
—Pero todo se devuelve. — volvió a escupir sangre. — La bonita rubia está en el mundo de los muertos, — aplastó aún mas el pecho de ese individuo cuando esas palabras salieron de su boca. Sin embargo, eso no evitó que siguiera hablando, incluso una débil sonrisa estiro sus labios maltrechos. — tu hijo fue asesinado por el resto de su familia, la pelirroja lo apuñaló, ¿no te parece familiar? — dijo con ironía. — Y tu esposa... lamento que tengas tantos funerales en puerta.
Algo en Jonathan se accionó al oír esa declaración, como si todo lo que hicieran, no fuera suficiente.
—He sido paciente y juré que mi venganza sería con lo que más amaras, te lo quitaría todo hasta que volvieras a estar tan solo como la vil rata de alcantarilla que eres.
Justo cuando terminó esa oración, vio el cuerpo de su esposa desplomarse en el suelo y a su hijo mayor, sostener el arma con la que, probablemente, asesinó a su madre.
¡AHHHHHH! Juro que ya merito se acaba, los capítulos los siento demasiado largos, así que los estoy recortando, esta semana habrá otra actualización, se los prometo :D
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Cazadores de Sombras: Herederos del Cielo
FanfictionHan pasado 20 años desde la última batalla contra los Nephilim. Nada ha cambiado sustancialmente. La Clave siendo dirigida por cazadores de mente cerrada, la constante fricción con los subterráneos, incluso la actividad demoníaca ha ido disminuyend...