El peligro terminó por ser un amargo recuerdo, la incertidumbre al final mínima, aunque las lágrimas, esas parecían incesantes. Asumir el suceso no fue una clara descripción de lo que pudo haber admitido como dolor, porque para cada quién, dolor tenía un significado diferente.
Puede que haberse negado desde un principio hubiera tenido un "final" diferente, eso quiso creer, y que incluso, que su padre marcara primero aquel día pudo haber cambiado algo en la línea de tiempo.
Las pesadillas habían disminuido en consideración, irónicamente, un fantasma escondido en la voz de Charlie terminó por darle la voluntad que necesitó para huir; y, demasiado optimista o muy ingenua, pensó que dentro de tantas cosas solo debía haber una que hiciera todo tan llevadero.
Y la había; inmiscuida en un nombre y apellido. Aun así, Lennon había decidido volver a la ciudad y a lo que, según ella, nunca debió cambiar.
—Todavía no me convence la idea de que regreses, y mucho menos sola... ¿Seguro que estarás bien?
—Si lo dices por Ezra, creo que quedarme tampoco hará la diferencia. Pierde cuidado. Además, Irina me espera y volveré al trabajo, si es que todavía tengo uno.
—Podrías conseguir un trabajo aquí en Dunster, y, bueno, Irina podría
—No. —decretó sin pensarlo ante las palabras de su padre —Sería mucho para mí... Voy a estar bien, Charlie.
—Claro... Claro, por supuesto. Fue algo estúpido. Yo... bueno, está por mucho decir que todo esto... lamento que no haya sido como lo imaginaste y... y y-yo quiero que... Lennon... —si bien había tenido una dura conversación con él, en ningún momento reveló más allá de lo que quiso. No pareció relevante, pues estaba agotada de aquel bucle en el que se había quedado con su padre; se había resignado, simplemente todo estaba en el pasado. Y quiso mantenerlo ahí. Y Charlie, pareció entenderlo —...Piensas... ¿que esté bien? —Lennon quiso esquivar las palabras, pero en cambio, terminó por verlo a los ojos y negó.
—No lo sé papá. —mencionó casi inaudible. Y el afecto de Charlie por su hijo, a pesar de todo, nunca fue inevitable —Volverá si decides ayudarlo. Pero no cometas el error de alejarlo otra vez solo porque no sabes manejar la situación. No importa lo que haya hecho sigue siendo un Clent, y por consecuente tu hijo.
—Recuperar un hijo y perder otro. —ironizó —Veo porqué el perdón cuesta... Supongo que volverá. Debe hacerlo.
—¿En serio estarás bien? —preguntó después indecisa por las palabras del hombre.
—Sí, es cuestión de tiempo... ¿Puedes... puedes darle un abrazo a este viejo, por última vez?
Entender realmente a su padre terminó por ser más que tedioso, y aunque aquello le había afligido, su decisión había sido determinante. Era tiempo de irse.
—Por qué se siente como una despedida.
—Porque eso es, cariño. —sonrió —Me gustaría que nunca me olvides, Lennon. A pesar de mis errores nunca dejaste de ser la niña de papá.
"Y me hubiese gustado que me protegieras como un padre protegería a su hija..."
¿Por qué de pronto la presencia de su padre se sentía lejana?. Se estremeció, sintió una punzada en su corazón y su ceño se frunció. Se resguardo una última vez en los brazos del hombre evitando un poco menos el resentimiento.
—No importa qué pasó... tú siempre estarás conmigo. Y siempre serás mi padre. —el hombre le deja un beso en la coronilla antes de separarse.
—Te quiero mi pequeña Lennon.
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Cartas a un extraño
Romance¿Te gustaría escucharme? Es que, quiero compartir contigo una historia, una de esas de las que "no se tienen memoria", una donde extrañamente entiendes lo que digo solo porque a veces, y solo a veces, es inevitable que todo se dirija de atrás hacia...