Al empezar con una pequeña parte de la vida de Lennon, las palabras dan inicio al comienzo de una abrupta historia. Una mujer diferente, recurrente para iniciar algo peculiar.
Sus cautivantes y marcados ojos color ámbar ciertamente interesaban tanto como para atrapar "esa necesidad" de buscar su mirada por una segunda vez. Su armoniosa consistencia conjugaba entero ante las bravías pecas de su tierno cuerpo; y su melena castaña que viajaba hasta un poco más abajo de sus hombros, avivaba más su piel.
No aprendió a tener juicio y prudencia de la noche a la mañana, pero logró conquistar la madurez que antes no encontraba desde una edad temprana, y es que con un padre despreocupado y una madre fallecida que intentó en vano aferrarse a la vida, la llevaron al borde de recurrir a la fuerte necesidad de sostener su cordura, manteniéndose en el ahora y lo que poco a poco pudo ir construyendo con una "verdad". Una vida decente quizás.
Para Lennon, su definición de talón de Aquiles pudo haber sido Ezra, su hermano, quién parecía llevar la vida a límite por mero capricho y todo sin llegar a sentir ningún insignificante puñado de culpa.
La realidad distaba de cualquier cosa, y no se podía adivinar si aquello frente a sus ojos era la ordinaria vida que ya conocía desde hace veintitantos años o parecía ser otro de sus tan recurrentes delirios a los que llamó ensueños.
"Como el color y la tan afable transparencia de la miel, como el más claro café o el tono más resplandeciente de un rayito de sol", así la definieron en ocasiones cuando parecía sonreír desde sus ojos.
Pero su rara vida la conducía cada vez a algo más inquietante, estremecedor y hasta un tanto abrumador. Todo lo demás carecía de importancia cuando lo único que quiso fue lograr entender la razón de continuos porqués.
—¿Papá?
—Sí, cariño.
—Por qué... a veces... tengo el presentimiento de estar viviendo en un sueño.
—Porque a veces no es un presentimiento.
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Cartas a un extraño
Romance¿Te gustaría escucharme? Es que, quiero compartir contigo una historia, una de esas de las que "no se tienen memoria", una donde extrañamente entiendes lo que digo solo porque a veces, y solo a veces, es inevitable que todo se dirija de atrás hacia...
