"[...] Desde aquella vez no lo volví a ver en mis sueños, ni de ninguna forma. Eliot, supongo que de alguna manera también terminó siendo un fantasma, otro de tantos que solo había alimentado mi esperanza o que de cierta forma terminó por robármela. Ha quedado en el pasado, y he decidido, también, no pensar más en ese particular punto en el que la vida me hizo querer enamorarme de mi propia fantasía. Debía avanzar; y eso continuo haciendo, al final caí de cuenta de que hay peores cosas que aquello.
La muerte por ejemplo, se había vuelto tan..."
Me detengo y echo un vistazo a lo escrito en la libreta. Resoplo una vez más y una mueca sale de mí.
Admito que me gusta ponerlo en el primer manuscrito antes de enviar, pero sé que al final nunca dejaría su nombre. Así que termino por tachar su nombre.
Miro por el rabillo del ojo y sé que la curiosidad de la ya no tan pequeña Hanna es muy evidente.
—¿Puedo saber qué es?, pareces muy concentrada.
—Invento un cuento de terror para contártelo por las noches antes de dormir. En el peor de los casos ya te sabrás la historia, o se lo daré a tu chico para que lo haga.
—Chistosa, claro... ¿Crees posible que pueda leerlo antes de cualquier otra persona? ¿Incluso que Irina?, me parece que sueles ponerla antes que mí, y ambas somos igual de importantes para ti, así que evita el favoritismo.
Subo mis hombros.
—Igual te lleva unas cuantas páginas por delante.
—¡Qué! Lennon! —yo río por su puchero.
—Ya, tú ganas; lo leerás cuando lo termine, pequeña celosa.
—Pero ahora mismo puedo. No seas demasiado radical conmigo. —dice y hace un gesto de pequeñez con sus dedos.
Suspiro, introduciendo el bolígrafo y cerrando la libreta.
—Se supone que debo sorprenderte. Algo que verdaderamente parece imposible para cualquier persona que te conozca. Y eso ya es una pena para Kahlid. Dime, cuántas sorpresas le has arruinado.
—Ninguna... —yo alzo una ceja cuando finge inocencia —¡Tks!, solo dos pero prometí trabajar en eso... Pero, enserio, tendrías una verdadera crítica y merecida fan de primera mano si me lo enseñas primero esta vez.
—El hecho de que seas tú... admito que me asusta un poco y solo un poco. —imito su gesto con los dedos de hace un momento —Pero, te complaceré; no seré radical y lo consideraré para la primera "edición de críticas constructivas."
—Sé que lo harás. Debes. Y no soy una pequeña celosa. —me sonríe victoriosa desprendiéndose se la supuesta ofensa —Hablando de chico... Le he dicho a Kahlid que venga con nosotros, creo que llegará en cualquier momento. Espero que no sea un inconveniente.
—Estaría perfecto verlo a él también, Hanna. Creo que puede servirle para que los nervios no le traicionen cuando esté al lado de Alex.
—¿Nervios? No. Es muy astuto, y ahora parece que sabe qué hacer frente suyo. —sonríe —Pero igual seguimos trabajando en eso. Ya le he dicho qué hacer. —dice bajito.
—Oh, sangre fría ante todo, y eso se debe por estar contigo. —digo haciendo un mohín.
Y poco a poco, la veo dejar su sonrisa.
—...Lennon...—miro los ojos cuando me llama y sé que ahora esto se vuelve un poco más serio —¿Tú... Habrías disparado el arma en tu cabeza?
Inhalé y exhalé prolongadamente.
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Cartas a un extraño
Romance¿Te gustaría escucharme? Es que, quiero compartir contigo una historia, una de esas de las que "no se tienen memoria", una donde extrañamente entiendes lo que digo solo porque a veces, y solo a veces, es inevitable que todo se dirija de atrás hacia...