Capítulo 5

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- ¿Jane que clase toca ahora?

- Mmmm - revisa entre sus cuadernos por su horario - filosofía ¿por?

- Nada en especial - amo a la profesora de filosofía. Ella y sus ejercicios de reflexión existencial, me encantan, te hace usar el cerebro y pensar en cosas algo absurdas. O en mi caso, mi momento ocioso.

Llegamos a clase, nos sentamos en nuestros puestos. Nuestras amigas se sientan muy alejadas, ya que estamos ordenados alfabéticamente, Jane y yo tenemos, obviamente, los mismos apellidos, así que nos sentamos juntas.

- Buenos días jóvenes - saluda la profesora al entrar al salón. - hoy es un día especial, pues tenemos a un nuevo alumno con nosotros.

Todos giramos la cabeza hacia la puerta esperando ver al susodicho. Estoy preparada para todo, incluso un monstruo bicefalo, excepto para lo que entra por la puerta. Es una aparición divina, la cosa más bella que he visto en la vida.

Un chico alto, demasiado alto, por lo menos 1.80, cabello rubio oscuro y su tez es muy blanca para el sol que hace por estos lares. El definitivamente no pertenece a este lugar, europeo tal ves. Pero no ese tipico largirucho y alto como un fideo, no. Él tiene porte, sin duda posee el triangulo invertido. Pero tampoco es como una mole, un chico con esteroides, solo grade y atemorizante. (digo, tienes que verlo hacia arriba) Pero con una sonrisa de comercial de pasta dental, que te roba el aliento.

- Bueno que silenciosos se han quedado. Karla, cierra la boca o te comerás una mosca. - la profesora le sonríe cómplice a una compañera -  Bueno, chico grande ¿cuál es tu nombre?

- Uriel -contesta con voz grave, pero tan suave como la seda mas fina. Su sonrisa no desaparece y siento que a mi me duelen las mejillas de verlo sonreír tan ampliamente. Gracias a esa sonrisa casi se me olvida respirar. Casi.

- Bueno es evidente que has causado una gran impresión, así que, cuéntanos más de ti -la maestra parece igual de fascinada que todos nosotros ( si, a los hombres también se les cae la baba).

- Mis padres son europeos, mi padre es alemán y mi madre italiana - da una barrida con su mirada por todo el salón y juro que el chico resplandeció - y yo naci aquí.

Toda la clase suspira, incluyéndome, juraría que escuché también a la maestra.

- Muy bien, pues bienvenido y obviamente en un futuro sabremos más acerca ti. - suspira - por el momento siéntate aquí al frente, ya mañana te acomodamos según tú apellido.

La profesora comienza a hablar pero nadie le presta atención y yo no soy la excepción. Pero es que, ¿como me pueden culpar? Quiero decir; él es maravilloso, espectacular, guapísimo, no se como describirlo, simplemente me quedo sin adjetivos.

La maestra aplaude para llamar nuestra atención y por cinco segundos todos la miramos, pero después todos los ojos están puestos en el chico nuevo, del cual no recuerdo su nombre, pero no importa para mi el será El chico divino. Si, definitivamente ese es un buen adjetivo.

Divino.

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- !Chicas! - Pam grita desde lejos - ¡chicas! - agita frenéticamente la mano libre, porque la otra está enganchada en el brazo del chico divino.

Ay Dios, mi corazón se detiene y luego late desbocado, me atraganto con la manzana que estoy comiendo aunque en realidad desearía desmayarme en este instante, no se como no se me ocurrió que Pam lo arrastraria cerca y se le pegaría como lapa.

La vemos luchar mientras hace su camino hacia nuestra mesa, cada persona a su alrededor han visto que allí viene el chico más hermoso creado jamás. (incluso Brad Pitt tendría envidia de él).

- ¿Verdad que es un día estupendo? - estrecha más fuertemente el brazo que tiene alrededor del chico divino y jamás en la vida he estado más envidiosa.

- Absolutamente, he estado pensando en eso toda la mañana - chico divino levanta su rostro al cielo e inhala una gran bocanada de aire en su interior y yo estoy embobada mirándole.

Cuando exhala el aire, baja su mirada y se topa directamente con la mía. Me quedo mirando cada centimetro de su hermoso rostro y me olvido de cómo respirar. Y como la tonta que soy comienzo a jadear en busca de oxigeno, pero mi cerebro no quiere cooperar y en segundos me he olvidado de como respirar.

Jane me ve preocupada, se levanta de su lugar para estar junto a mi, pero no llega a tiempo ya que unas grandes manos, me toman de y hombros y me giran en mi asiento, al momento tengo un rostro frente al mío (demasiado cerca diría yo ¿dónde quedó el espacio personal?).

Es chico divino. Él pone cada una de sus gigantescas manos a cada lado de mi rostro y me ve directamente a los ojos.

- Respira -inhala profundamente por la nariz - ¿ves como lo hago yo? - exhala por la boca. Imito sus acciones y poco a poco me voy serenando. Poco a poco voy regulando mi respiración.

- Eso es -sonríe -así. Ya. ¿estás bien? -cuestiona.

- Si -mi voz suena extraña. Carraspeo -si, gracias.

- Bien - suelta mi cara y yo quiero lloriquear por la pérdida de contacto. Cuando logró apartar la mirada de chico divino me doy cuenta que todo ésta muy silencioso, veo a mi alrededor y todos nos ven fijamente y quiero que la tierra me trage ¡ahora mismo!

Pam que tenía la boca abierta es la primera en reponerse y sonreír ampliamente, obviamente maravillada con el-chico-divino-se-dar-primeros-auxilios..

- Guau - ella asiente con la cabeza hacia mi - ¿como sabias que hacer?- el parece incómodo por sólo un segundo y luego contesta cómo si hubiera sido iluminado.

- Bueno fue instintivo ¿no?

- Pues mi instinto me decía que le diera las cachetadas necesarias para que reaccionara. Así que no lo sé.

Todo el mundo estalla en risas por su comentario y siento como el calor trepa a mi rostro. La voy a matar.

- Bueno, pues gracias por ser tan atenta- replicó sarcasticamente.

- Todo mi amor para ti, preciosa - me guiña y ya con eso sonrió. Que fácil soy.

Chico divino se sienta junto a mi y durante todo el almuerzo conversa con todos sin hacer excepción incluso con la extremadamente reservada Adri, yo sólo trato de ignorarlo, me siento demasiado incómoda con mi comportamiento cuando él esta cerca.

Un día, y ni siquiera entero, lleva aquí chico divino y yo ya soy una chica tonta detrás de un chico hermoso ¿cliché?

¡No! Esa no soy yo y él y su linda carita no van a hacer de mi una cabeza hueca.

No, me niego.

O al menos lo intentare...

Tú Eres Mi Ángel [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora