Capítulo 10

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Estamos en el receso y yo estoy tratando con todas mis fuerzas de ignorar a Jane y mis amigas, en su insistencia de hablar sobre chico divino. Mejor conocido como Uriel ( es que Zadkel esta en chino) acerca de lo que pasó entre nosotros ayer y el porqué tarde tanto en volver al salón y el porqué cuando él regreso al salón minutos después de mi, iba afligido, una expresión nunca antes vista en él. A lo que yo quise responderles, que apenas hace unos cuantos días lo conocían y que no era yo, necesariamente, la causante de esa expresion, que cabe resaltar no vi, ya que como una cobarde, no le he dado una sola mirada desde ayer.

Y hoy mismo, cuando en la entrada trató de acercarseme, lo esquive olímpicamente y me sentí tan aliviada y ridícula a la vez, pero es que me siento demasiado nerviosa cerca de él, y no solo eso, también torpe.

Yo no soy una persona torpe, soy más bien natural. No digo, ni hago nada forzado, todo fluye de forma natural en mi y el tener estas reacciones con él me hace sentir cohibida y estresada, por no encontrar una manera de sobrellevar la situación.

- ¡Jesús! - la que exclama es Pam.

- ¿Y eso?- cuestionó algo ácida -¿tu hablando de Jesús? ¿estamos en un pre-apocalipsis?- ni siquiera me molesto en verla.

- Si tengo que hablar con Jesús para que te quite ese humor de los mil demonios - Pam golpea su mano en la mesa - prometo que me rezó todo el Rosario.

-¿Y tu que sabes de rezos? -pregunta Jane burlona. Y ahora si que fijó mi vista en Pam, intrigada.

- Que no lo haga no quiere decir que no lo conozca -Se encoge de hombros - Además mi mamá lo hace, así que, de allí lo se.

- Vaya, acabas de darnos una clase acerca de los prejuicios - ahora es Adri la que habla - te juro a veces me sorprendes - yo le doy una mirada que dice: a mi esta mujer siempre me sorprende - aclaro; sorprenderme de buena manera.

- No soy tan mala - afirma Pam lamiendo su pajilla que esta manchada de batido de fresa. Lo cual a mi me parece sumamente sugerente.- es sólo que estoy experimentando antes de acudir al llamado del señor. - es inevitable no reírnos a todo pulmón, porque nunca en la vida me imagino a Pam religiosa.

- ¿Qué? - inquiere bastante sería  - ¿no creen que sea capaz de ser una mujer respetable?

- Si por respeto quieres decir miedo...- le doy una mirada aburrida - entonces si.

Pam me ve mal y luego de un tiempo cuando no logra intimidarme con su mirada, se levanta furiosa.

- De acuerdo, si quieres ser una perra esta bien, pero no conmigo chiquita - toma sus cosas y yo me siento  mal por lo que estoy haciendo - no se que demonios te pasa, pero yo no me quedaré aquí para ser tu chivo expiatorio. - con una última mirada asesina se retira de la mesa y yo creo que no me comprendo. Estoy siendo tan ridícula en todo y me da tanta vergüenza que cuando Jane se pone de pie para ir tras Pam, yo la detengo poniendo una mano sobre su brazo. La que tiene que ir por ella soy yo, nadie más. Respiro  hondo, me pongo de pié y con la mirada le digo a Jane que tengo que hacer esto sola y que me desee suerte con la fiera. Muy pocas veces se ha molestado conmigo y ha sido sólo cuando soy demasiado tonta.

Jane asiente con la cabeza, entendiendo sin palabras, así somos, incluso creo que Adri, que se ha mantenido en silencio, ha entendido.

Cuando voy caminando por el lugar por el que vi a Pam desaparecer, veo una mesa llena de chicos muy ruidosos; o están muy felices o muy drogados.

Entre esos chicos diviso a chico di... quiero decir, a Uriel, que tiene una expresión tan encantadora... uffff no imaginaba que una mirada confundida mezclada con un poco de concentración pudiera hacerme suspirar.

Lo que me parece un poco desconcertante, es el hecho, de que Uriel manifieste sus emociones tan abiertamente y sin miedo de que es lo que pensarán de él... chico valiente.

Que lástima que yo sea una chica cobarde...

Sigo mi camino sin voltear a ver hacia la mesa, porque no quiero ver a chico... Dios, llamarlo por su nombre, va a ser duro.

Pasa un tiempo hasta que logró dar con Pam y cuando la encuentro esta acostada bajo un árbol. Mi árbol. Me acerco despacio a ella no muy segura de que decir.

Cuando estoy junto a ella me doy cuenta que tiene los ojos cerrados y los auriculares puestos, me pongo de rodillas y comienzo a picar su brazo con mi dedo, ella abre un ojo y cuando me ve, cierra el ojo y se corre un poco más, lejos de mi. Pero yo estoy decidida, así que la sigo y esta vez no le picó sólo el brazo sino también el abdomen.

Ella se revuelve sin querer ceder, aprieta los labios conteniendo la risa, la pico con ambos dedos índices y ella en su intento por alejarse, se mueve y sin querer uno de mis dedos termina en uno de sus pechos.

Ella abre sus ojos sorprendida al igual que yo, ambas nos detenemos en seco.

-  Si lo que querías era tu ración de amor para tu mal humor, sólo lo hubieras pedido -sin darme tiempo a reaccionar Pam se sienta y me planta un beso sonoro y hasta húmedo en la boca.

Es imposible que abra más mis ojos sin el temor a que se salgan mis glóbulos oculares de sus cuencas.

- ¿Sin palabras? - pregunta divertida - ¿quieres otro?

- ¿Qué? ¡no! -me pongo en pie apresuradamente, me siento incómoda debido al hecho que su beso esta vez no me resulto tan repulsivo. Un escalofrio me recorre, nunca se me paso por la cabeza que el beso de una mujer no fuera desagradable.

No tengo ningún problema con las lesbianas, simplemente a mi encantan los hombres. (Suspiro) chico divino...

-Tierra llamando a Lizzy - Pam chasquea sus dedos frente a mi rostro. -¿pensabas en el maravilloso beso que te di? - Sacudo la cabeza.

- Pam, sobre lo que paso allá dentro... - no me deja terminar, empieza a caminar hacia nuestra mesa.

- Te entiendo, sólo necesitabas tu beso - se gira caminando de espaldas -mis besos son mágicos - me guiña un ojo.

- No vuelvas a hacer eso ¿de acuerdo? - le pido, alcanzandola.

- Si vuelvas a ser perra lo haré - se encoge de hombros - todo queda en tus manos.

No volveré a ser "perra" como dice ella. No quiero otro beso...

Tú Eres Mi Ángel [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora